Con el objetivo de presentar y analizar los problemas cruciales que enfrentan los periodistas de salud de Colombia, tanto desde el punto de vista teórico como práctico, la Fundación Gabo y Coosalud convocaron al taller ‘Detrás de las noticias: cómo comunicar en salud y no morir en el intento’, que se desarrolló en Cartagena del 31 de octubre al 2 de noviembre de 2019.
Para esta actividad fueron seleccionados 22 periodistas de 13 ciudades, quienes durante tres días estuvieron bajo la orientación de la periodista científica argentina Nora Bär, editora de la sección Ciencia y Salud del diario La Nación (Argentina), acompañada de los tutores Pablo Correa Torres, editor de temas ambientales, salud y ciencia de El Espectador (Colombia), y Fernanda Hernández, editora y presentadora de la sección de Salud de Noticias Caracol (Colombia).
El tratamiento de temas de salud en medios de comunicación es una tarea que plantea desafíos en el periodismo, porque combina aspectos humanos, emocionales, económicos y científicos que influyen de manera crucial la calidad de vida de la población. Para ‘no morir en el intento’ al seleccionar temas y comunicar el lenguaje de salud, primero se dio respuesta a los cuestionamientos elementales del sector y se realizó una construcción de una agenda de temas prioritarios en salud en Colombia. También se identificó la diferencia entre una información importante de la superficial y se dio consejos de cómo conectarse con las audiencias atendiendo la manera en que estas buscan y consumen la información. Como resultado, los participantes conocieron aspectos claves y consejos útiles para poder enfrentar los problemas cruciales.
Características del periodismo en salud
Debe ser especializado
Con frecuencia quien trata la sección de salud no es alguien especializado en el área, y son pocos los periodistas que quieren cubrir la sección de salud. Sin embargo, es posible hacer una carrera profesional desde el periodismo en salud, dijo Pablo Correa.
En ese sentido, para tener un olfato periodístico adecuado, se requiere de tiempo y trabajo constante para mejorar las habilidades. “Una buena mirada y olfato para ejercer el periodismo de salud aparece entre el tercer y quinto año de ejercerlo”, afirmó Correa. El desconocer los temas de salud hace propenso al periodista de caer en falsedades o engaños por parte de profesionales o instituciones con intereses particulares. Correa, a propósito de lo anterior, recordó que durante su carrera descubrió malas prácticas de algunos científicos reconocidos en el país.
Tiene impacto en el comportamiento de la gente
Nora Bär sostuvo que cubrir salud tiene un impacto en el comportamiento de la gente, y por ello es importante trabajar con rigor los temas que se abordan.
También, Fernanda Hernández contó que los periodistas que cubren temas de salud pueden conectar con sus audiencias conociendo la manera en que estas buscan y consumen la información.
Tomando en cuenta que el periodismo de salud llena las carencias y necesidades de información de la comunidad, la comunicadora aseguró que “el periodista puede salvar más vidas que un médico en una cirugía”.
Corrobora la información
Hernández señaló que la población se informa ahora por redes sociales y el riesgo que encuentren información errónea por parte de personas que no son del área de la salud es mayor que antes. Por ello, el rol del periodista ante esta situación es corroborar las afirmaciones que se hacen en Internet e informar correctamente sobre ellas.
Informa y educa
Hernández mencionó desde su experiencia cómo el periodismo de salud también puede educar a una audiencia. Si se conoce cuáles son las dudas de información de las personas a través de ver las búsquedas más usuales, esto se puede aprovechar para informar y educar sobre estos temas. Además, el mensaje de cierre de la nota puede mencionar las formas de prevención de la enfermedad o decir cómo o dónde buscar ayuda profesional.
Bär por su parte aconsejó seguir la Guía de Buenas Prácticas en Comunicación acerca de VIH y SIDA, desarrollada en colaboración con la Fundación internacional AIDS Healthcare Foundation y redactada por la Red Argentina de periodismo científico. También recomendó el uso del instrumento para profesionales de los medios de comunicación, realizado por Organización Mundial de la Salud para la prevención del suicidio.
Habilidades de un periodista en salud
Maneja el inglés
Es importante buscar los artículos originales de las investigaciones y a sus investigadores, que en la mayoría de casos -independientemente del país de origen- son en inglés. Para Correa, un reto principal de un periodista especializado en salud es saber inglés, porque la buena información está en este idioma. Respecto a este tema, Nora Bär recalcó que para “quienes quieran trabajar en salud es insoslayable leer en inglés”.
Tiene nociones técnicas: estadística, lenguaje médico y epidemiología
Nora Bär dice que, en el periodismo de ciencia, los contenidos que se tratan son complejos; por esta razón, para ejercer la profesión correctamente, el periodista de salud tiene que equiparse con nociones técnicas. Por esto, señaló la importancia de familiarizarse con habilidades en estadística para poder comprender y leer los resultados de los artículos científicos, y así evitar sesgos de información. También para saber cómo y qué preguntarle al científico que se va a entrevistar.
Por su parte Hernández enfatizó en que se debe confirmar las palabras en el contexto a utilizar y verificar su correcto uso. “Siempre es recomendable consultar muchas fuentes y conocer bien el lenguaje médico; si no, el periodista pierde credibilidad por una palabra mal usada”.
También Correa dijo que se debe empezar a tener un pensamiento poblacional con nociones de epidemiología y no solo pensar en individuos a la hora de hacer historias, ya que solo hablar de un caso hace que se pierda el contexto real de la situación que tiene la enfermedad en la población general. Siempre es importante, ante un caso particular, señalar los datos epidemiológicos poblacionales. “El periodista en salud debe saber cuáles son las principales causas de muerte y cuál es el mayor reto al cubrir salud en su audiencia”.
Conoce el funcionamiento del sistema de salud
Correa subrayó lo importante que es tener conocimientos acerca de los conceptos más importantes del sector, tales como la composición, el financiamiento, la administración de los recursos y qué organizaciones están a cargo de la afiliación y prestación de servicios de la población.
Sortea los retos de la práctica profesional
Hernández aconsejó a los periodistas de salud reconocer claramente los retos de la práctica profesional; estos incluyen las presiones, prejuicios o el reto de volverse “experto” en un tema. No se debe considerar ningún tema 'tonto' para ser abordado y siempre hay que trabajar en mejorar la capacidad de síntesis de la información, para así ser capaz de empatizar con las necesidades de información de la audiencia.
Desarrolla valores en el quehacer profesional
La médica y presentadora aconsejó a los periodistas de salud recuerden la gran responsabilidad que tienen al informar. Del mismo modo, siempre deben trabajar en equipo con los profesionales de salud y ver la oportunidad de las situaciones y temas.
Comunicar en salud requiere de ocho principios, que según Hernández nunca se deben olvidar:
- Honestidad
- Humildad
- Humor
- Coherencia
- Habilidad
- Heroísmo
- Vehemencia
- Emoción
Piensa críticamente
Bär indicó que el periodista debe tener un pensamiento crítico. Este se desarrolla con la experiencia, ya que cada artículo ayuda a conocer sobre un tema y saber cómo piensan los expertos.
La editora argentina afirmó que “uno desarrolla una intuición para saber si es o no es clara y correcta una investigación”. Y agregó: “me considero una privilegiada porque los periodistas de salud tenemos la posibilidad de entrevistar premios Nobel y cada una de esas charlas nos va sirviendo para incorporar criterios científicos”.
Preparar la edición
Análisis del contexto del país y área local
Por la complejidad del sistema de salud en un país, el periodista debe conocer el funcionamiento del aparato gubernamental, el comportamiento epidemiológico de la enfermedad más frecuente y preguntarse si tiene establecida una agenda para abordar los temas de salud que afectan directamente a la gente.
Correa recomendó establecer una agenda coherente con las necesidades de la audiencia. Para ello, se debe revisar en qué medida y porcentaje se hace periodismo abordando las principales causas de muerte en el país o área local (u otras estadísticas relevantes para el sentir de la población) y qué tanto difiere esa agenda con las estadísticas relevantes.
Conocimiento de los temas que más busca el público
Es importante, según Correa, conocer qué temas lee la audiencia y cuáles son las características particulares de esos temas, para así mejorar el criterio de selección y profundidad de los temas de salud. Medir el resultado de sus publicaciones con herramientas de analíticas, tales como Google Analytics o Crowdbabble, ayuda a ponerle atención a los temas y al comportamiento de la comunidad de lectores.
A lo anterior, Hernández dijo que, al conocer los temas que más busca la gente, se pueden identificar los vacíos de información y llenarlos. La herramienta que recomendó la especialista es Google Trends, donde las consultas por búsquedas se pueden categorizar por lugar y fecha.
Correa además aconsejó usar las listas de Twitter para rastrear temas de salud. También señaló Hernández que se puede utilizar los temas tendencia y la información que se publica en las demás redes sociales, como oportunidad para visibilizar e informar de un tema específico de manera correcta.
La presentadora recordó que hay que aprovechar el “efecto de celebridad”: cuando a un famoso se le diagnostica una enfermedad, esto aumenta las búsquedas de esa enfermedad. Esto, a su vez, se puede aprovechar para hablarle a la audiencia de estos temas, informar y educar.
Por su parte, Bär aconsejó tener criterios para identificar y diferenciar la información importante de la superficial. También advirtió que actualmente se sigue publicando sin rigor información en salud, especialmente en temas de nutrición, salud mental o enfermedades raras.
Preparar los temas
El periodista de salud debe pensar en el largo plazo
Correa sugirió a los periodistas de salud pensar en trabajar con las historias no solo de validez inmediata, sino también permanente. “Para construir temas a largo plazo el periodista debe mantener contacto cercano con las fuentes que apoyarán su trabajo”, añadió.
Ir más allá de la información conocida
Tomando en cuenta lo anterior, Correa recomendó ganarse la confianza de las fuentes primarias, al acercarse en espacios no convencionales y no solo buscando la inmediatez de la información. El invitar a un investigador a una conversación informal para conocer los hallazgos o las preocupaciones más importantes del sector puede generar historias con mejor narrativa y con temas aún no conocidos.
Llegar a un balance entre lo que guste y lo necesario
Bär propuso lograr un balance entre lo que entretiene y lo que necesita el público. “De todo lo que se habla, el periodista debe saber qué traer a primer plano porque la gente necesita información útil y también se entretiene con ella”, refirió.
La editora comentó que el público no sabe que le gusta un tema hasta que el periodista no se lo presenta. “La gente está esperando ser sorprendida. Puede no saber qué le gusta porque no conoce toda la información. Por tanto, el ser periodista de ciencia es también tener empatía con lo que gusta a la audiencia” añadió.
Búsqueda de información
Fuentes primarias: hablar con los científicos
Cuidar a qué o a quién le doy espacio: Correa resaltó la importancia de ir directamente a las universidades o congresos médicos para conocer a los profesionales y las investigaciones más importantes en el área.
Bär señaló que el periodista científico no puede dar el mismo peso informativo a negaciones del consenso científico. Por ejemplo, no es recomendable darle tanta importancia a los negacionistas del cambio climático, en tiempos en que la comunidad científica internacional ya llegó a un consenso sobre el tema. O en el caso de la vacunación, la opinión de una madre de familia anti-vacuna no puede tener el mismo nivel de importancia que el de un investigador.
Poner atención a los conflictos de interés: Los conflictos de interés no identificados debidamente pueden sesgar nuestra valoración de los hallazgos. Por ello, Bär advirtió que es clave tener una mirada crítica de la información y siempre verificarla, y ser vigilantes en la selección de fuentes, sopesando y descubriendo todo conflicto de interés, sea este financiero, personal o profesional. Es necesario, en consecuencia, investigar e informar sobre qué empresas y laboratorios están detrás cuando se promueve una idea o terapia.
También la editora argentina recalcó que hay trabajos de investigación publicados que pueden estar allí sin haber pasado y aprobado los controles que tienen las revistas indexadas; por ello, el periodista científico debe tener cuidado y recordar que no hay seguridad absoluta.
Comprender el lenguaje de los científicos es fundamental: “Existe un choque de culturas entre el laboratorio y la sala de redacción”, explicó Bär. Por tanto, el deber del periodista es comprender el lenguaje de su contraparte para mejorar la relación entre él y los científicos. Así, podrá estar familiarizado con conceptos y estadísticas que tienen que ver con la salud de la población y transmitirlos a sus públicos sin simplificarlos demasiado.
Pablo Correa comentó su experiencia al escribir temas como el Bosón de Higgs y la conjetura matemática Zimmer. Correa buscó directamente a los científicos del tema y con ellos trabajó la información de manera que esta fuera comprendida por cualquier persona no especializada y además que el científico viera bien expuesto su tema y reflejada su opinión. “Un artículo debe hacerse de manera que la mamá de uno pueda leerlo y que el científico que lo lea y no se sienta traicionado”, añadió.
Estar atentos a los errores y retractaciones: El periodista debe saber que los científicos también pueden equivocarse, aclaró Bär. Por tal motivo, existe la rectificación de investigaciones científicas, lo que nos obliga a siempre verificar en el historial de publicaciones científicas si hay o no investigaciones con retractaciones recientes.
No es recomendable publicar algo que no tenga un acuerdo unánime de los autores, y que no goce del apoyo de especialistas externos al estudio. “La ciencia se construye en base de consensos”, anotó la maestra argentina.
Fuentes secundarias
Organizaciones especializadas: Bär aconsejó consultar instituciones tales como academias y asociaciones de medicina para obtener información sobre los consensos científicos y declaraciones de políticas públicas, ya que esta califica como información confiable.
Con base en su experiencia, Correa recomendó las instituciones nacionales e internacionales a las cuales se puede consultar, como el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), el Instituto Nacional de Salud (INS), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre otras.
Servicio de noticias científicas en línea: Bär también resaltó la utilidad de los servicios de noticias científicas en línea, los cuales tienen noticias de salud, medicina, ciencia y tecnología de las principales instituciones de investigación y universidades. Por ejemplo, Eurekalert, un sitio de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (por sus siglas en inglés AAAS), u otros medios como el portal informativo de la revista Science. “En estos sitios uno se registra y puede ver información en calidad de embargo, artículos de estudios científicos antes de que se publiquen para la audiencia general, lo que es una ventaja”, relató.
Estos sitios ofrecen los correos de los autores para poder hablar directamente con ellos y hacer preguntas. Asimismo, tienen material multimedia y gacetas de prensa con lo que el periodista puede entender qué es lo que dice el artículo científico y entender mejor de la importancia de lo que se está hablando. En algunos casos hay posición editorial sobre el tema, lo que sirve para aprender de qué están hablando los científicos y por qué se discute.
Por otra parte, Correa recomendó Alpha Galileo, un servicio de noticias científicas donde se puede encontrar temas en español e inglés. “Muchas universidades suben comunicados de prensa y se pueden encontrar noticias en español, por tema y por revista”, comentó. El editor colombiano también reveló que otra de sus fuentes predilectas es la revista en español especializada en medicina Biomédica.
Selección de información
Reconocer lo que se necesita
Correa aclaró que, dependiendo del tema de interés, uno puede buscar información relevante en los portales de revistas utilizando temas y palabras clave, cuyo motor arrojará una lista por importancia o fecha. “El proceso de selección de información se realiza para tener el panorama general y así discriminar cuál material sirve para el tema que se busca”, refirió.
Según la experiencia de Bär, el periodista va a navegar en un océano de información y por ello debe tener herramientas para distinguir cuáles de esos artículos deben ponerse o cuáles no. “No siempre la información que uno vea interesante la puede transformar en una nota grande o de interés general”, advirtió.
La editora aconsejó ver en su totalidad el artículo seleccionado, reconocer el equipo de investigación, cuántas personas trabajaron en él, mirar el resumen y el objetivo del estudio, y así verificar en sus resultados y conclusiones si se comprobó o no la hipótesis planteada. Ya con esa información base revisar los correos de los autores del estudio y así contactarlos para preguntar con más detalle lo que nos sirve para nuestra nota periodística y descubrir qué es lo nuevo que hicieron o el significado de su aporte.
Recordar la motivación del periodista de salud
El periodista de salud puede hacer muchas cosas: informar de avances e innovaciones inesperadas, reportar hallazgos que tengan implicaciones a corto plazo, historias de vida inusuales o inspiradoras, pero, sobre todo, el periodista debe comunicar todo aquello de forma clara, creativa y emocional, pensando en que el receptor del mensaje pueda comprenderlo y asimilarlo. “El principal criterio cuando se elige una noticia es el interés público”, añadió Bär.
Análisis de información
Evidencia y validez de trabajos de investigación
El incremento de la investigación en salud nos obliga a entender que no todo el conocimiento proveniente de artículos científicos tiene el mismo impacto o valor sobre la toma de decisiones sanitarias; por tal razón, se debe analizar de forma crítica la literatura y valorar su nivel de evidencia (según el tipo de estudio) y validez (metodológica y reproducibilidad de los resultados en la población).
Baja evidencia, Nivel III: reporte de caso, series y estudios descriptivos: Correa explicó que si, por ejemplo, un médico que ve un caso raro y reporta, estamos ante un estudio de caso. Luego este caso adquiere valor si es que otro médico ve un caso similar y lo compara. Si esto ocurre repetidas veces se realiza una serie de casos. Luego, se podría realizar un estudio en un subconjunto de población disponible seleccionada, recopilar datos en un día y así medir una potencial prevalencia de la enfermedad en dicha población, pero esto tendría un nivel bajo de evidencia al ser meramente estudios descriptivos de la situación.
Media evidencia, Nivel II: estudios analíticos; de cohortes, estudios de casos y controles: Si los investigadores desean verificar factores asociados a una enfermedad o condición podrían revisar en el pasado qué ocurrió con estos casos, mirar sus historias clínicas y contrastarlas con otras personas que no se enfermaron. Lo previo vendría a ser un estudio retrospectivo, porque vemos algo que ya ocurrió en los casos de los enfermos y, al mismo tiempo, buscamos personas sanas expuestas a los mismos factores para que aporten al estudio como controles.
Este estudio retrospectivo de casos y controles permite establecer asociaciones porque evalúa factores de riesgo para una enfermedad en grupos comparativos, pero no permite afirmar que exista una relación de causalidad directa entre ellos y la enfermedad. Lo ideal es poder realizar la investigación con el mayor control de la situación. Para esto, por ejemplo, el trabajo sería aún más completo si los investigadores empiezan a seguir en el tiempo hacia el futuro una cohorte de individuos con las mismas características (factores de riesgo) que tengan relación con cierta enfermedad.
Si, con el tiempo, los científicos conocen quién de aquellos grupos se enfermó y a qué factores estaba expuesto cuando se produjo la enfermedad, estos pueden postular la hipótesis de que la causa de la que sospechaban habría provocado la ocurrencia de una enfermedad. No obstante, al no tener una certeza absoluta, el nivel de certeza de estos estudios comparativos es medio.
Alta evidencia, Nivel I: estudios clínicos: Para tener un nivel de evidencia alto, los investigadores tendrían que hacer una evaluación experimental, pero estas están sujetas a implicaciones éticas y altos costos. Por eso, estos ensayos clínicos con asignación aleatoria de individuos y control total de las variables tienen un nivel de evidencia alto, pero son más usados para evaluar un producto, medicamento o técnicas diagnósticas.
Por lo general, los estudios clínicos para evaluar medicamentos se llevan a cabo en etapas. Cada fase está diseñada para responder ciertas preguntas durante el proceso y garantizar la seguridad del compuesto. En la Fase 0 o preclínica se buscan moléculas con potencial curativo, y se descartan moléculas que tengan perfil tóxico.
En la fase I se buscan dosis más efectivas con menos efectos adversos; aquí se ve factores como la seguridad y la pauta de administración. Los participantes son voluntarios sanos.
En la Fase II se busca información sobre la eficacia y seguridad del tratamiento. Los participantes en esta fase del estudio son enfermos susceptibles de ser curados por tratamiento.
En la Fase III, se evalúa la eficacia y seguridad en condiciones de uso habituales. Se usan dos grupos que reciben o no el tratamiento en prueba.
En la Fase IV se permite investigar formas de uso más eficientes. Se hace vigilancia de los tratamientos aprobados y su comercialización. En este proceso, un estudio en promedio puede demorar entre 12 a 15 años.
Revisión sistemática con metaanálisis: Por lo anterior, para mejorar la validez de una evidencia disponible y poder tomar decisiones sanitarias, los investigadores después de hacer sus estudios analíticos o ensayos clínicos, buscan y recopilan otros estudios con criterios de inclusión o exclusión similares.
En este caso los investigadores utilizan una técnica estadística que permite estimar cuantitativamente el beneficio del total de estudios recopilados, y con esto se pueden contrastar hipótesis respecto a las estimaciones combinadas de esos estudios. Estos resultados se pueden extrapolar a poblaciones más amplias. A esto se le llama realizar una revisión sistemática (metodología de búsqueda) y Meta-análisis (herramientas estadísticas para sintetizar los datos de una colección de estudios).
Prestar atención a las estadísticas y ser transparente ante la incertidumbre
Bär señaló que tratar el riesgo estadístico puede ser fuente de muchos malentendidos: por ejemplo, un 50% de aumento en el riesgo de cierto tratamiento puede no ser significativo si la muestra es pequeña. “La desinformación en relación con tratamientos novedosos aún en fase experimental puede llegar a generar falsas expectativas”, subrayó la periodista.
Se debe, además, distinguir entre los conceptos de asociación y causalidad. Por consiguiente, es aconsejable emplear la especulación responsable, reconocer la incertidumbre, compartir los dilemas con el público y priorizar la mejor evidencia disponible. No es recomendable 'aterrorizar' a la audiencia, pero tampoco ser displicentes sobre los riesgos latentes.
Partes de los artículos
Para poder comprender los artículos, es importante conocer sus partes y reconocer dónde extraer los datos más importantes. El artículo científico está compuesto por: un resumen, introducción, materiales y métodos, resultados, conclusiones y discusión. Bär explicó que “en el resumen, comienza el artículo con la primera parte de antecedentes o contexto del tema de lo que se sabe, con estadísticas y si el lector no sabía del tema en esta parte uno se va enterando a través de las definiciones allí expuestas del objetivo del estudio y los resultados y conclusiones más importantes”.
Lo importante para la editora argentina es verificar los niveles de evidencia del estudio, identificar la hipótesis o pregunta principal a responder por los científicos y luego ver a través de cuáles métodos o experimentos lo hicieron posible y si sus resultados contestaron o no la pregunta planteada. Con las conclusiones y discusión, la experta recomendó ver qué falta por preguntar para luego contactar al científico y a otros investigadores de la misma área para corroborar la información y contrastarla en beneficio de la nota periodística.
Bär también pidió estar alerta con los artículos de fármacos en seres humanos o sobre investigación clínica, ya que muchas están vinculados a fines comerciales. Si es algo novedoso, siempre se debe reflexionar sobre la pertinencia del avance para publicarlo en nuestros países.
Cómo contar temas de salud
Saber traducir el mensaje para la audiencia
Hernández sostuvo que se debe traducir el mensaje en lugar de darlo por entendido, se debe verificar y se debe tener claro que es muy diferente el lenguaje médico del lenguaje popular. Es diferente hablar de celulitis, entendida en la población como piel de naranja, a la celulitis en el área médica que se refiere a la infección de la piel. “Es sumamente importante el rigor en el uso del lenguaje; por ejemplo: el error de escribir 'vena aorta', cuando lo correcto es decir arteria aorta. Por ello, si el periodista no sabe, debe averiguar”.
La comunicadora enfatizó en que se debe confirmar las palabras, porque es diferente hablar de trasplante y 'transplante' (forma incorrecta) o de cuadripléjico que 'cuadraplejico' (forma incorrecta). Otro error común es confundir términos, como médico estético con cirujano plástico, siendo estos oficios distintos. Caer en fallos como estos podrían cambiar el significado y hasta el contexto de lo que se explica.
Añadió que siempre es necesario consultar con muchas fuentes, “ya que las organizaciones de salud también se equivocan; el rigor del periodista recae en conocer bien el lenguaje médico”.
Hernández recomendó traducir a metáforas la información cuando se habla de enfermedades complejas como hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, cáncer y sobre el sistema inmune. “El lenguaje médico es complejo y requiere de traducción; por ello, las metáforas facilitan mucho las cosas”, recalcó.
Correa también hizo el mismo llamado: “reflexionar sobre qué tanto necesita el tema de tecnicismos y si lo requiere, a este se le debe integrar analogías o metáforas”. Su recomendación es hablar de la investigación como si se le explicara a un niño, pero sin desvirtuar la complejidad del tema.
Bär subrayó que se debe tener claro el tipo de público objetivo para saber con qué tipo de lenguaje hablar. Respecto a su experiencia, la periodista indicó que escribe para audiencias que tengan mínimo una educación secundaria.
Eliminar mitos y leyendas urbanas
Según Bär, para hablar de VIH y SIDA, o del proceso de trasplante o de suicidios, debemos verificar las guías existentes para comunicar adecuadamente estos temas. Se requiere en el caso del VIH no utilizar palabras que estigmaticen más, tales como enfermos, pacientes o contagiados; de lo contrario, recomienda utilizar el término 'personas con VIH'.
Construir una narrativa en salud diferente a la de la confrontación o el drama
Casos como los suicidios, por ejemplo, se deben abordar como problemas de salud mental. No se deben justificar, sino explicar en qué circunstancias se da, e informar el acceso a tratamiento oportuno, además de a dónde se puede llamar para pedir ayuda. En el texto no se debe repetir la palabra suicidio o muerte, ni es necesario describir la escena y la víctima, mucho menos glorificar el suicidio como única opción. Por lo anterior, al hablar este tema es clave informar rutas de atención para prevenirlos, resaltó Bär.
La editora además resaltó que los fenómenos sociales son complejos y que pueden salirse de control si magnificamos o distorsionamos los temas de salud. “Debemos tener presente que el periodismo de ciencia y salud también involucra cuestiones sociales, políticas y económicas”.
El periodista de salud debe reportar la mejor información posible y ser honesto en lo que sabe y en lo que no, además tener en cuenta nociones estadísticas del problema. “Los periodistas somos como los coordinadores de ese diálogo y podemos dar soluciones a los complejos problemas de la sociedad”, agregó.
Fomentar el pensamiento crítico
El periodista debe ser preciso cuando informa sobre resultados preliminares in vitro o en animales, ya que las estadísticas y datos pueden influir en las decisiones sobre salud de las personas o las políticas públicas. En ese sentido, al escribir, es importante darle a nuestra audiencia las herramientas para desarrollar un pensamiento crítico, entretejiendo en la historia pasajes de cómo se reunió la evidencia, cómo se contrastó y cómo se llegó a las conclusiones, advirtió Bär.
No confiar en el principio de autoridad
Lamentablemente, según Bär, “existe la mala praxis en la ciencia y la salud”, por lo que el periodista científico debe ser fiscalizador o auditor de lo que se está haciendo. Para ello, el periodista de salud puede apoyarse en expertos independientes, quienes ayudarán a evaluar la calidad de la evidencia o contrastar resultados.
Narrar temas de salud de forma rigurosa y atractiva
Bär señaló que el periodista debe tener claro qué tipo de audiencia leerá sus reportes para que a partir de ello use herramientas literarias como las metáforas y las hipérboles. “No se trata de repetir la misma receta, la típica pirámide invertida para capturar el interés del público. Uno tiene que enriquecer lo que cuenta con diferentes estrategias literarias, como también utilizar diferentes formatos como videos, audios, e imágenes. La tecnología actual nos lo permite”.
“Los textos deben quedar perfectamente escritos. Es fundamental trabajar en un buen inicio para que este sea el anzuelo perfecto del lector, y que este diga ‘que interesante, quiero leerlo’. Para esto, el periodista debe recrear detalles del ambiente, los colores, y si es una entrevista, describir cómo es la persona, dónde se encuentra, además de utilizar recursos estilísticos de la literatura para enriquecer las crónicas de temas de ciencia sin desvirtuar el mensaje científico”.
Oportunidades del periodismo en salud
Nora Bär afirmó que los científicos no siempre tienen la destreza para comunicar con la gente temas complejos. “Saber mucho de un tema no es garantía de poder explicarlo y hacerlo comprensible a la población”. Por esta razón es importante el rol del periodista en salud, quien tiene la importante misión de llevar esta información al público en general.
Correa dejó una invitación final: “el sector salud, universidades y organizaciones necesitan comunicadores especializados. Hoy existen becas y financiación para reportajes y proyectos en esta área. Por tanto, el periodismo en salud es un camino que vale la pena recorrer”.
Sobre el taller ‘Detrás de las noticias: cómo comunicar en salud y no morir en el intento’
Fue convocado por la Fundación Gabo y Coosalud. Se realizó en Cartagena de Indias, Colombia, del jueves 31 de octubre al sábado 2 de noviembre de 2019 con la participación de 22 periodistas de salud provenientes de 13 ciudades de Colombia. La actividad contó con la dirección de Nora Bär, editora y columnista de Ciencia y Salud del diario La Nación (Argentina), y la mentoría de Pablo Correa, editor de temas ambientales, salud y ciencia de El Espectador, y Fernanda Hernández, editora de salud de Noticias Caracol.