I. Un camino hacia una Colombia diferente
Con motivo del lanzamiento del libro ‘La paz con los ojos abiertos: Periodismo, comunicación y construcción de paz en Colombia’, la Fundación Gabo, USAID Colombia y ACDI/VOCA convocaron el 6 de noviembre de 2019 a periodistas, integrantes del Gobierno de Colombia, líderes gremiales, directivos de organizaciones no gubernamentales y líderes comunitarios que compartían el interés por la existencia de una comunicación más constructiva en temas de paz.
La inauguración del encuentro estuvo a cargo de Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo y Michael Torreano, director de la Oficina de Reconciliación e Inclusión de USAID Colombia.
Abello explicó que el título del libro se debe a la frase escrita por Gabriel García Márquez en el suelo de la Plaza de Bolívar, en Bogotá, el 26 de agosto de 1984. “¡Viva la paz con los ojos abiertos! Porque creo que la paz que estamos tratando de encontrar no puede ser una paz ciega, sino una paz con ojo de cóndor”, escribió Gabo tras dibujar una paloma en el marco de la Jornada de Artistas por la Paz por la época en que el Gobierno de Belisario Betancur negociaba simultáneamente con las guerrillas FARC, EPL y M-19.
“Creo que todas las personas que participamos hoy en este evento, compartimos la convicción de que la paz, la reconciliación y la estabilidad en Colombia, deben incorporar las ricas y variadas realidades de los territorios que históricamente han sido estigmatizadas por la violencia y el conflicto”, dijo Torreano al comienzo de su intervención.
El representante de USAID añadió que su organización actualmente trabaja en el fortalecimiento de veinte colectivos de comunicación en todo el país, que utilizarán el libro como una carta de navegación para sus trabajos periodísticos. “Hacia el futuro, esperamos que ‘La paz con los ojos abiertos’ sea parte del día a día de los comunicadores y periodistas, convirtiéndose en una herramienta de consulta permanente que permee el oficio de los que construyen noticias y mensajes hacia una narrativa más positiva, que visibilice el nuevo país que está surgiendo en los territorios estigmatizados, construyendo así un futuro compartido”, concluyó Torreano.
Jaime Abello procedió luego a explicar de qué se trató el proyecto. Fueron siete talleres realizados a lo largo del año 2018 en las ciudades de Bogotá, Medellín y Cartagena. Allí, se capacitaron en temas relacionados con comunicación para la paz a periodistas, empresarios, líderes de opinión, community managers e influenciadores. Los talleres fueron diseñados por la directora académica del proyecto, Ana Cristina Navarro. Producto de ellos, se redactaron siete relatorías que la gestora del conocimiento Nubia Esmeralda Rojas recopiló y analizó. Posteriormente, en coordinación con Ricardo Corredor, director ejecutivo de la Fundación Gabo y coordinador editorial del proyecto en ese entonces, se redactó el documento final.
Abello destacó que el libro no solamente recopila los aprendizajes dejados por los talleres, sino que también documenta las principales iniciativas que el periodismo y la comunicación en Colombia han existido para comprender el conflicto y buscar la paz. Así mismo, expone el compromiso de Gabriel García Márquez y su Fundación Gabo en la capacitación de periodistas para contarle al país acertádamente las noticias que se producen durante procesos de paz.
“Reconocemos que lograr la paz nos va a tomar todavía mucho más tiempo. La situación política actual del país nos recuerda que todos los sectores sociales de Colombia necesitamos luchar por el respeto a los derechos humanos, la defensa de las instituciones estatales, y la construcción de la paz, que está todavía en juego”, comentó Abello antes de cederle la palabra a Francisco Barbosa, Consejero Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales.
Recordando al filósofo español José Ortega y Gasset en su libro ‘La Rebelión de las Masas’, quien propone que una nación se construye como una idea de proyecto común hacia el futuro, Barbosa destacó dos conceptos relacionados con el libro que se estaba presentando. En primer lugar, que la paz se empieza a construir cuando se logran establecer diálogos improbables, una idea del académico estadounidense John Paul Lederach. “Pero esos diálogos no se pueden realizar si quienes establecemos las políticas no nos acercamos a los territorios para conocer sus realidades”, apuntó.
En segundo lugar, Barbosa destacó el concepto de periodismo de paz, formulado por Johan Galtung en los '60, en contravía al periodismo de guerra. Es decir aquel que no se queda apenas en contar las cifras de muertos por el conflicto, sino en mostrar las historias de los involucrados en él.
Barbosa resaltó en repetidas ocasiones a lo largo de su intervención la importancia del trabajo de periodistas como Jesús Abad Colorado, asistente al evento, cuyas fotografías para él permiten ponerle un rostro a la guerra, de tal manera que los ciudadanos que viven lejos de los territorios escenario del conflicto puedan entender que el problema es real y los afecta de una forma u otra.
Finalmente, Barbosa expresó que la narrativa sobre la paz se encuentra apenas en una etapa de la expectativa normativa, que el acuerdo de paz firmado en 2010 produjo. Para él, el acuerdo produjo ajustes jurídicos y nuevas instituciones, a las que todavía les falta más tiempo de maduración para que los ciudadanos comunes y corrientes entiendan de qué manera lo firmado les afecta.
Al respecto, recordó la anécdota de Gabriel García Márquez -relatada en ‘El mismo cuento distinto'- quien recordaba haber leído un cuento del detective Maigret, creado por Georges Simenon. Pero cuando se lo contó a Julio Cortázar, él, que era un conocedor de la obra del autor francés, le dijo que tal relato no existía. A propósito de esto, Barbosa afirmó que tal vez lo que nos ha costado como país es poner el establecimiento de la verdad como condición para la paz. “Tal vez lo que necesitamos construir más bien es la memoria, pues tratar de establecer una sola verdad podría embarcarnos en nuevas contradicciones”, concluyó.
Acto seguido, Ana Cristina Navarro, responsable de pedagogía de la Comisión de la Verdad, quien fue la encargada de la dirección académica de los talleres de ‘La paz con los ojos abiertos’, pasó a explicar la importancia de iniciativas como la que en este día convocaba a los asistentes.
“Ya es hora de que no le demos más la espalda a la verdad. Ahí los periodistas tenemos todo por hacer. Las recomendaciones que hay en este libro son útiles no solo para periodistas, sino para todos aquellos interesados en hacer pedagogía sobre la historia del conflicto, las iniciativas de pacificación y los caminos para transitar hacia un país diferente”, aseguró.
Navarro contó que este año se ha dedicado a hacer pedagogía entre los jóvenes desplazados por la violencia, que le han demostrado que el país está cambiando. Este cambio, para ella, se ve reflejado en que estas nuevas generaciones le ha manifestado reiterativamente que no quiere volver al pasado, a la polarización y la guerra.
II. Reflexiones y recomendaciones transversales
Nubia Esmeralda Rojas, periodista especializada en comunicación para la paz y gestora de contenidos del proyecto, pasó a exponer cómo se realizaron los talleres, se editó el libro y cuáles son los principales aprendizajes que de él se pueden extraer.
Antes de empezar su exposición, Nubia tomó un momento para dedicarle el libro y su presentación a la memoria del maestro Javier Darío Restrepo, recientemente fallecido, quien era un preocupado por el rol del periodismo para construir un país en paz.
“Quiero dedicar la presentación de este libro a nuestro querido Javier Darío Restrepo, hoy, que se cumple un mes de su fallecimiento. Sé que le hubiera gustado estar aquí. Sus aportes fueron clave, como siempre. Como periodista y como ser humano apostaba por la paz”, dijo Rojas, tras lo cual Jaime Abello recordó que precisamente Javier Darío participó en uno de los siete talleres del proyecto, aportando valiosas ideas.
Rojas comenzó su exposición explicando que el objetivo de 'La paz con los ojos abiertos 'era el de propiciar un proceso participativo de reflexión sobre el rol que ha asumido el periodismo en la construcción de espacios de diálogo, convivencia y reconciliación en Colombia, después de haber logrado la firma de un acuerdo de paz con uno de los principales grupos alzados en armas del país (FARC).
Haciendo un paréntesis en su presentación, Rojas explicó por qué el documento habla de postacuerdo y no de postconflicto. Esto se debe a que es inevitable que en el futuro se sigan presentando diferencias entre distintos sectores de la sociedad que generen algún tipo de conflicto. La firma de un acuerdo de paz con uno solo de los grupos rebeldes no garantiza el fin de todos los conflictos sociales. Es por esta razón que en la elaboración de las relatorías y el documento final, se consideró más preciso hablar de postacuerdo.
Volviendo a su exposición, Rojas detalló que el proyecto estuvo enfocado en seis grupos de población que fueron considerados como prioridad:
- Instituciones involucradas en el postacuerdo y la construcción de la paz (organizaciones gubernamentales y ONG dedicadas a la paz, los DDHH).
- Sector educativo y academia (instituciones dedicadas a prácticas pedagógicas relacionadas con temas de paz, convivencia y reconciliación, a la educación primaria y secundaria, y a las universidades y centros de formación e investigación).
- Organizaciones civiles locales y medios comunitarios (producción de contenidos relacionados con una visión de la paz asociada al desarrollo, especialmente, en lugares y en momentos en los que el conflicto fue más violento.
- Sector privado y empresarial (temas relacionados con este sector, que tiene una fuerte presencia en la sociedad colombiana, goza de credibilidad y confianza en la sociedad civil, y tiene amplia capacidad de interlocución y diálogo con otros sectores).
- Community managers, gestores de contenido y estrategas digitales (activistas digitales y personas encargadas de diseñar y poner en marcha diversas estrategias de comunicación a través de internet).
- Medios de comunicación y periodistas (periodistas interesados y con experiencia en el análisis de temas de paz y conflicto, así como jóvenes trabajadores de los medios que empiezan a incursionar en ellos).
Paso seguido, se explicó cómo está construido el libro 'La paz con los ojos abiertos'. Inicialmente, contiene algunas de las reflexiones teóricas y prácticas más importantes sobre la comunicación, el periodismo y la construcción de paz en Colombia y el mundo. Adicionalmente, incluye una línea de tiempo con algunos acontecimientos relevantes de los últimos 70 años que no pretende ser un resumen histórico, sino ubicar al lector en el contexto al que se refiere. También recoge el trabajo llevado a cabo por la Fundación Gabo (antes FNPI) alrededor de los temas relacionados con el proyecto en sus 24 años de historia. Así también, repasa el surgimiento de iniciativas de comunicación, periodismo y construcción de paz en su contexto y analiza su recorrido.
Finalmente, el documento concluye proponiendo doce reflexiones y recomendaciones transversales surgidas de los talleres, las cuales se resumen así:
1. Trascender la coyuntura: contribuir a que los ciudadanos estén informados y entiendan la importancia del actual momento político, pero ir más allá: propiciar debates y análisis amplios y democráticos, que permitan a la opinión pública tener expectativas realistas e involucrarse.
2. Destacar la paz positiva, sin restar importancia a la paz negativa: hacer más visibles los esfuerzos de la sociedad civil por construir la paz en la cotidianidad. Eso no significa ocultar o desconocer las dificultades y vicisitudes propias de un proceso complejo como la implementación de un acuerdo de paz, sino utilizar claves de análisis diferentes de las tradicionales.
3. No revictimizar a quienes han sufrido la violencia: abolir prácticas como la tendencia a concentrarse en el relato lastimero de la muerte y el dolor, que atentan contra la dignidad de las víctimas, afectan su salud mental, generan insensibilidad, apatía y fatiga en las audiencias, muestran la violencia sin contexto, y generan en la sociedad la sensación de que no hay salida a la violencia.
4. Propiciar la expresión de nuevas voces: abrir espacios para que otras personas o grupos sociales –especialmente los silenciados por el conflicto- se expresen en igualdad de condiciones, respetando sus lenguajes y sus maneras de ver el mundo, y dando relevancia a sus historias.
5. No difundir información falsa: es urgente y necesario que la comunicación y el periodismo verifiquen juiciosamente los mensajes que reproducen y no se conviertan en cajas de resonancia de información sin verificar, sobre todo ahora, que se difunden más rápidamente gracias a las TIC.
6. Usar lenguajes, enfoques y formatos innovadores: aprender de las experiencias de quienes han logrado difundir y promover una idea de paz fácil de explicar, alejada de abordajes y terminologías que confunden, distancian o aburren.
7. Tomarles el pulso a las audiencias y promover su participación: Estrechar vínculos con las audiencias y construir con ellas mecanismos de comunicación democráticos, asequibles y eficaces, crear y difundir contenidos que tengan en cuenta a las personas a las que van dirigidos y atender a sus opiniones, reacciones y necesidades, fortalece a las iniciativas comunicativas y periodísticas, las hace más pertinentes y potencia su rol social.
8. Desarrollar proyectos y estrategias de alfabetización mediática y digital: Asumir una función pedagógica que vaya más allá de explicar la realidad, promover la formación de audiencias y ciudadanías críticas y ayudarles a formarse en competencias para el debate y el diálogo, conocer el funcionamiento de los medios y de las nuevas tecnologías.
9. Documentar, investigar, evaluar y sistematizar los aprendizajes y experiencias: La trayectoria de muchas iniciativas y el impacto que tuvieron es difícil de seguir, debido a una cierta tendencia a no registrar su desarrollo, y sus aprendizajes se pierden en el olvido.
10. Tener en cuenta la necesidad de formular proyectos sostenibles: Considerar de modo realista la sostenibilidad de los proyectos de comunicación y periodismo está directamente relacionado con su capacidad de incidir y contribuir a la democracia, el diálogo y la construcción de paz.
11. Tener una visión descentralizada de país: propiciar un verdadero diálogo plural que tenga como base los niveles local y regional, lo rural y lo urbano, a partir del cual se construyan estrategias e iniciativas que respeten y aprecien las diferencias.
12. No partir de ceros: articularse estratégicamente con otras iniciativas: Unir esfuerzos aumenta el impacto, permite un manejo más eficiente de los recursos y tiene un efecto multiplicador y amplificador.
Para concluir, Rojas recordó que el documento también está disponible para libre descarga en el sitio web de la Fundación Gabo.
III. La paz implica una esencial labor de pedagogía
Ricardo Corredor, director de la seccional Caribe de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, quien trabajó como director ejecutivo de la Fundación Gabo y fue el coordinador editorial del libro, moderó el debate que se llevó a cabo a manera de cierre del encuentro.
“Me gustaría recordar cómo surgió este proyecto. Fue gracias a una pregunta: ¿Qué tipo de comunicación necesita este país después de que termine la negociación?”, dijo Corredor añadiendo que “La paz es un proceso, y los procesos son complejos. Construir la paz implica una esencial labor de pedagogía en la que los periodistas juegan un papel fundamental para ayudar a la ciudadanía a entender esta complejidad”.
Sergio Guarín, director de la Corporación Reconciliación Colombia fue el primero en intervenir. Pidió entender que estamos en el medio de un contexto de cambio social que nos está llevando lentamente hacia la pacificación. Para él, no podemos olvidar que Colombia lleva treinta años tratando de consolidar una democracia pluralista, y el proceso de paz debe verse en el marco de ese proceso de consolidación.
Adicionalmente, dijo Guarín, esta democracia colombiana en construcción se enfrenta en este preciso momento a las mismas amenazas de deslegitimación que enfrentan otras democracias en el mundo, por lo cual vemos en estos días tantas manifestaciones y revueltas populares en países como Chile, Argentina, España o Colombia. La democracia está siendo vista como una plataforma para perpetuar en el poder a los mismos de siempre, y esto es un peligro para países como los latinoamericanos, donde las instituciones estatales son incipientes.
“Los periodistas no son los responsables de generar cambios en la sociedad, sino más bien de ir contando cómo estos cambios se van dando. Sin embargo, sí pueden aportar propiciando espacios de diálogo que permitan expresar las frustraciones que naturalmente se generan en una transición social”, invitó Guarín al finalizar su intervención.
El turno siguiente para hablar en el panel fue para Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), quien además hace parte del Comité Nacional de Paz. Para él, en este momento el país está pagando las consecuencias de haber invertido recursos y esfuerzos en lograr que se firmara un acuerdo de paz, pero no haber planeado e invertido lo suficiente en la etapa de postacuerdo.
“La construcción de nuestro relato nacional enfrenta una gran amenaza: el reemplazo de los periodistas por los opinadores”, apuntó Mac Master advirtiendo que la falta de rigor o compromiso con la verdad de estos opinadores se ha tomado los medios de comunicación causando un gran daño a la audiencia.
La mayor parte de la intervención de Mac Master estuvo dedicada a explicar su preocupación por la falta de claridad en la definición de terceros civiles involucrados en crímenes de guerra ante la Comisión de la Verdad. Esto es, por ejemplo, empresarios cuyos familiares hayan participado de alguna manera en acciones violentas que podrían ser objeto de procesos ante la Jurisdicción Especial para la Paz.
Jesús Abad Colorado, ganador del Reconocimiento a la Excelencia en el Festival Gabo 2019, dedicó su turno en el panel a destacar la importancia de la fotografía para mostrar la realidad del conflicto a aquellos que lo sienten como algo distante o de baja prioridad. “Creemos que el reportero gráfico hace las fotografías con el dedo. Pero lo hacemos en realidad con los ojos, el corazón y la conciencia”, dijo Colorado.
Desde su punto de vista, los periodistas estamos para darles rostro a aquellas personas que los gobiernos e incluso las organizaciones no gubernamentales suelen convertir apenas en estadísticas de la guerra. Por eso, aseguró que el libro ‘La paz con los ojos abiertos’ está llamado a convertirse en una cartilla que les sirva a quienes dan las noticias para contar de manera adecuada las historias de las víctimas y demás personas tocadas por la violencia en el país.
“El buen periodismo necesita unirse a los relatos de la comunidad, para revelar aquellas verdades que a algunos no les conviene que se sepan”, aseguró Colorado al destacar la labor de la Revista Semana al cubrir la historia del asesinato del desmovilizado Dimar Torres.
Juan Diego Restrepo, director del portal Verdad Abierta, llamó la atención respecto a que no se está teniendo en cuenta que el descontento de las comunidades discriminadas tiene que ver principalmente con el modelo de desarrollo que hemos elegido como país. Actividades extractivistas como la minería industrial y la extracción de petróleo no ocuparon, para él, el lugar que les correspondía en la negociación de paz.
Mac Master le respondió a Restrepo asegurando que es equivocado generalizar a los empresarios, como si todos ellos defendieran un mismo modelo económico. Según sostuvo, hay una enorme diversidad entre los modelos económicos en el que los distintos empresarios del país creen, e invitó a no estigmatizarlos presentándolos como si fueran promotores de una única visión de desarrollo para Colombia.
Ricardo Corredor coincidió con Mac Master al invitar a los participantes a evitar las generalizaciones, pues por ejemplo, se ha acusado a “los medios de comunicación” de minar el proceso de paz, lo cual es inexacto, teniendo en cuenta el amplio abanico de medios que hay en el país.
Werner Zitzmann, director de la Asociación Colombiana de Medios de Comunicación (AMI), empleó su turno al micrófono para contar que desde el gremio de los medios tradicionales existe una preocupación por no estigmatizar a los involucrados en el conflicto. Adicionalmente, manifestó que es importante trabajar para que en Colombia sigan existiendo los medios de información, pues esto garantizará que una mayor pluralidad de voces que representen a distintos sectores de la sociedad.
Adelaida Trujillo, representante de La Iniciativa de Comunicación, Imaginario, y Citurna Producciones, invitó a que la Fundación Gabo no considere que con la publicación del libro no se considere terminado el proyecto de ‘La paz con los ojos abiertos’, pues viene ahora la tarea de adaptar sus hallazgos a diferentes formatos, para que puedan ser útiles para audiencias clave como lo son los niños, jóvenes, o incluso personas de otros países interesadas en el conflicto colombiano.
Diana Montoya, quien estuvo en la estrategia de construcción de paz tras la firma del acuerdo en el gobierno de Juan Manuel Santos, y actualmente es activista y consultora en temas de paz, manifestó que desde su punto de vista en este momento hay un vacío. Con este vacío se refiere a que no hay instituciones o grupos de ciudadanos que defiendan con convencimiento el camino trazado con el acuerdo de paz firmado por el gobierno anterior con la guerrilla de las FARC.
“La paz no es otra cosa distinta a la democracia”, intervino Tatiana Duplat, directora de Bibliored. Para ella, el libro presentado en este encuentro debe servir para que aquellos que quieren contar la paz, necesitan mostrar las historias de quienes trabajan por la paz desde los territorios.
María Paula Martínez, directora de comunicaciones del Ministerio de Cultura, expresó que es un reto hablar de paz hoy en día en algunas regiones del país donde definitivamente no hay paz, como lo es el departamento del Cauca.
Ya para finalizar la mesa redonda, Jesús Abad Colorado invitó a recordar que, a pesar de actualmente se perciba un resquebrajamiento de la paz, hay comunidades que todavía están dispuestas a creer en ella y defenderla. De ahí la necesidad de periodistas que no sean parte de la guerra y promotores de ella desde los micrófonos, sino constructores de paz dispuestos a contar la verdad desde los territorios, desde las historias de aquellas personas realmente afectadas por la violencia.
Nubia Rojas intervino para defender que las recomendaciones contenidas en el libro ‘La paz con los ojos abiertos’ no fueron formuladas por periodistas desde la distancia de su propia tribuna. Por el contrario, se trata de ideas aportadas por los periodistas y demás actores de distintas regiones del país que participaron en los talleres que fueron la materia prima del libro.
A esto se sumó Jaime Abello en sus palabras para concluir el encuentro, admitiendo que a la Fundación Gabo le interesa la difusión del libro hoy presentado, pero le apuesta mucho más a la apropiación de la información ahí contenida. Desde su punto de vista, las opiniones escuchadas en este evento ratifican que hay numerosos retos para la democracia y la construcción de paz en Colombia, entre ellos:
- La aplicación de los acuerdos de paz.
- Los abusos de autoridad de la fuerza pública.
- Los territorios victimizados por distintas formas de ilegalidad.
- La acción política armada remanente.
- El narcotráfico.
- La inseguridad urbana.
- El reclamo social por la desigualdad social y la influencia de grupos violentos en las marchas.
- La polarización y el populismo.
“Todos estos retos están lejos de solucionarse en los próximos dos o tres años. Dada la complejidad de esta realidad, los periodistas y medios estamos ante la responsabilidad de sembrar esperanza y no desesperanza. De reconocer la realidad, pero también apostarle a la búsqueda de soluciones”, comentó Abello al finalizar el evento y agradecer a todos los asistentes por su presencia participación.