El escritor y crítico cultural español Jorge Carrión dirigió un taller virtual para 20 periodistas de Iberoamérica el 2, 3 y 4 de diciembre de 2020, durante el Festival Gabo Nº 8.
En la actividad, realizada en alianza con el Ministerio de Cultura de Colombia, Carrión profundizó sobre el concepto de periodismo cultural y su ‘metamorfosis’, con reflexiones acerca de las rupturas y los ajustes incómodos pero necesarios para mantener la vigencia del periodismo.
Para empezar el taller es necesario aclarar ocho conceptos básicos, o atributos, que maneja el maestro sobre el actual periodismo cultural:
1. Ideas: crítica o crónica, o big data y storytelling
¿Por qué es importante empezar con ideas referentes? Porque, cree Carrión, el gran problema del periodismo en general, y del periodismo, es que se hace por inercia. Acostumbramos a seguir produciendo textos, videos y fotos según unas teorías y un modo de entender el periodismo que se formalizó en el siglo XX y no se ha revisado, y que cuando se incluye en el siglo XXI viene hecho más énfasis en las formas, en el lenguaje, en las nuevas tecnologías, que en el contenido, y en el sentido del contenido.
Dos modelos básicos del periodismo cultural son la crítica y la crónica con sus respectivas variantes. Géneros como el ensayo o la reseña son identificables con el ámbito de la crítica, y por tanto el periodista cultural es un crítico cultural; es alguien que cuando decide reseñar tal libro o reseñar tal exposición, está eligiendo cauces de legitimación y posibilidades de influencia, y por tanto todos los periodistas culturales somos críticos culturales aunque no hagamos crítica.
Hay una parte de nuestra producción periodística que puede ser identificada como crítica y el resto de lo que producimos puede ser relacionado con la crónica, y que puede ser crónica, entrevista, perfil, listas de novedades…
La crítica y la crónica son dos conceptos del siglo XIX, muy válidos en el siglo XX y que persisten en el siglo XXI, pero hay que expandirlos. La noción de la crítica y la información general se podría ligar con el concepto de big data, y el de la crónica se podía emparentar con un concepto que la trasciende que es el storytelling.
Es muy interesante que, aunque a todos nos guste escribir crónica y reportaje, entendamos que en el conjunto de nuestra producción es menos importante la crónica que el storytelling, porque la crónica puede limitar, en cambio el storytelling no hace más que ampliar. La crónica debe tener los atributos del storytelling: seducir, sorprender…
Hay una suerte de descompensación entre el prestigio de ciertas marcas y autores frente a su influencia real, integridad real, y esto es porque aún usamos cánones impuestos en siglos pasados.
2. Postcolonial y feminista
Vivimos en una época neocolonialista y ojalá neofeminista, pero aún sorprenden las listas que se publican sin perspectiva de género, porque cargamos encima con una herencia colonial.
La mayor parte del periodismo es colonial más que postcolonial, empezando por The New York Times. Los únicos contenidos que se producen en español en el Times son de opinión, el resto es producido del inglés. Es decir, que todo lo que se lee en el Times es lo que escriben los corresponsales americanos en Latinoamérica, y eso es colonial. Eso en general es un artículo, una voz que anuncia, un monólogo, y pasa la palabra a testigos, entrevistados, que viven ahí.
Hay que buscar formas postcoloniales y feministas de acercarse a los productos culturales para lograr cualquier tipo de relato o reseña mucho más justa posible. En el periodismo es más importante la honestidad que la objetividad, y para ser honesto debemos tener en cuenta esto.
3. Cultura de la terapia
La cultura de la terapia es un concepto que acuñó Eva Illouz, una psicóloga de las emociones, que empezó a analizar un show de ópera y se dio cuenta de que Oprah Winfrey es una mujer traumatizada: no solo convirtió el plató en un lugar donde el invitado contaba situaciones difíciles, sino que además en el propio público se articulaba una dinámica parecida de terapia colectiva que podía llevar incluso a la catarsis. Ahí, Illouz se dio cuenta de que todo el siglo XX está articulado en estructuras terapéuticas.
Esta cultura se ha trasladado a todo: a clubes de lectura, de hacer amigos… De algún modo, la cultura terapéutica es la base social. La cultura tiene una enorme dimensión terapéutica.
Tal vez, y según Carrión, la última gran obra de la cultura de la terapia es la serie This Is Us. La mayor parte de los best sellers, tanto en lo culto como en lo popular, son parte de la cultura de la terapia, como 50 sombras de Grey, Ordesa, Soldados de Salamina o Patria, de Fernando Aramburu.
Si tenemos en cuenta las estructuras psicológicas de la época, podemos ser mejores críticos culturales que si no las tenemos en cuenta.
4. Transversal
En el siglo XX, quizás tenía sentido el periodismo cultural especializado: estaba el que cubría arte, cine, el que cubría literatura… En nuestra época, esto ha dejado de tener sentido. En nuestra época, el periodista cultural es transversal y tiene diferentes ámbitos de trabajo.
No solo es transversal en sus intereses, sino que además su propia práctica es transversal, porque ya no solo escribimos o hacemos fotos, sino que a menudo nos convertimos en productores de diferentes tipos de narrativas. La tecnología nos permite eso. La transversalidad nos lleva a todos los ámbitos de la cultura, no solo a la de los modelos y lenguajes, sino a la reflexión para encontrar conceptos transversales. Creo que en nuestra vida real no hay diferencia taxativa cuando estamos leyendo un libro en papel, viendo series en Netflix, viendo videos en Youtube. En los artículos de cultura no solo se puede hablar una cosa cuando en realidad en una serie hay un guion, que puede ser literario, hay una banda sonora...
Por ejemplo, si nos dedicamos 10 horas a ver y leer entrevistas de Mario Vargas Llosa, podríamos hacer un remix de la entrevista ideal a Vargas Llosa con las mejores respuestas de los últimos 50 años que han publicado 100 medios.
Nicolas Bourriaud es autor de tres libros muy importantes que se llaman Estética relacional, Postproducción y Radicante, sobre arte contemporáneo.
5. Transmedia y convergencia mediática
Todo empieza a ser transmedia. Cualquier producción cultural de alto presupuesto se empieza a pensar en varios lenguajes. George Lucas y Disney se reúnen y está el guionista, el chico que diseñará los juguetes de McDonald’s, el que hará el parque temático… Se empieza a pensar las culturas en términos multicanal, en varios medios.
Pero no hay crítica transmedia: hay crítica de la película, del cómic, etc.
Henry Jenkins es un académico que dice que no importa tanto el transmedia como lo que él llama la convergencia mediática, que dice Jenkins que ocurre aquí: un buen relato consigue converger y otro no. El único modo de que nos lean, que les interesemos a los públicos, es converger, y ahí estaría el significado profundo de por qué un periodista cultural tiene que, además de publicar, cultivar sus redes sociales, si queremos converger rápidamente en los cerebros de nuestros lectores.
6. The Game
The Game es el modo con el que el escritor Alessando Baricco denomina nuestra época. Es una arqueología del siglo XXI, y sigue la evolución desde la tecnología del juego.
Buscar en Google ha cambiado el modo en el que nos relacionamos con la información, porque en el camino de buscar nos encontramos de otras cosas, nos olvidamos de lo que vamos a buscar, y el viaje no tiene sentido como meta, sino como recorrido, como ruta.
En The Game no importa la memoria, el peso, sino que todo es líquido, gaseoso, inestable, y eso hace que los muros, las fake news, viajen muy rápido por él, que se compartan.
Dice Baricco que no podemos dar por perdida la batalla de The Game, sino entender las nuevas reglas del juego, diseñar lo que queremos decir con mecanismos del nuevo storyteling. El storyteling en The Game es el diseño aerodinámico que permite que algo pueda tener difusión en el nuevo paradigma.
7. Objetos culturales vagamente identificados
Una de las grandes características de la segunda década del siglo XXI es que habían nacido y se habían consolidado objetos digitales que aspiran a la viralidad: son digitales y quieren ser virales: visualizaciones de datos, listas de reproducciones, historias de Instagram, los hilos de Twitter, los pódcast, las web series, etc…
Lo que defiende Carrión es que hay que incluir estos objetos en la cultura porque sabemos que cuando nació la fotografía, todo el mundo decía que no era cultura, y cuando Van Gogh pintaba todos decían que eso no era cultura, y a Shakespeare no lo consideraban un gran artista sino un autor de ocio. Ni el jazz ni el tango eran música cuando nació.
Con esa perspectiva histórica ya sabemos que el reguetón y el trap van a acabar siendo músicas importantes, música en desarrollo, y que el podcast y los hilos de Twitter van a madurar hasta entrar en algunas formas los museos y en el canon, así que aceleremos ese proceso para que sean lenguajes y no lenguajes huérfanos.
8. Convergencia cultura-tecnología-ciencia
Si atendemos a la producción de objetos culturales en redes sociales, hay que hacer una crítica del algoritmo, una crítica de las plataformas y los límites clásicos que tienen que ver con la obra y el sujeto individual.
Si Jaime Altozano hizo una gran crítica del disco de Rosalía, lo que hay que mirar es el canal de Jaime Altozano o el fenómeno de los críticos youtubers.
Sostiene Carrión que “a mí la cultura ghetto no me gusta”, porque lo que le interesa es ver el cómic de superhéroes en su complejidad social, económica, política, artística, transmedia. Por eso creo que no tiene ningún sentido, y menos ahora, que en la lista de lo mejor del año probablemente no haya ningún libro de divulgación científica o tecnológica, porque los periodistas culturales no leen eso. Una exposición sobre El Bosco o Warhol tendrá más reseñas que una exposición sobre impresión en 3D o el cambio climático, y tenemos que intentar entender el periodismo cultural de lo que consideramos cultura narrativa, crítica y artística de gran interés con correspondencias, alianzas, expansiones a la tecnología y a la ciencia.
Inspiración en el siglo XXI
El modo de encontrar insipiración hay que buscarlo fuera, no al lado de la tradición, sino del periodismo:
- El Estornudo: se define como “una revista digital independiente de periodismo narrativo, hecha desde Cuba, desde fuera de Cuba, principalmente sobre Cuba y Latinoamérica”, dirigida por Carlos Manuel Álvarez.
- Revista Anfibia: es un proyecto hermano de Cosecha Roja, una web de periodismo sobre crímenes, sucesos, etc, nacida en Argentina.
- El Faro: un diario mucho más clásico, el gran medio digital de América central, con sede en El Salvador, muy comprometio con la crítica del poder. Se destaca especialmente su festival, que es otro tipo de formato.
- Everything Is a Remix: un proyecto de , Kirby Ferguson, un cineasta afincado en EE.UU. que habla d música, cine, tecnología, derechos de autor, entre otros. Tiene una serie de videos y un sitio web.
- Honest Trailers: Es puramente remix. Mezclan el remix con el humor y la crítica cultural. Lo más interesante de crítica cultural en los últimos años. Ven las películas mil veces, o las series y videojuegos, y hay una crítica real en términos poíiticos, artísticos, de guion.
- Forensic Architecture: Es un grupo de investigación multidisciplinario con sede en la Universidad de Londres que utiliza técnicas y tecnologías arquitectónicas para investigar casos de violencia estatal y violaciones de los derechos humanos en todo el mundo. Lo hicieron, por ejemplo, en un proyecto sobre Ayotzinapa, donde desaparecieron 43 estudiantes mexicanos en 2014, con una reconstrucción cartográfica de lo que pudo pasar.
- Joe Sacco: el gran exponente del periodismo en viñetas. Sus novelas gráficas son un referente mundial.
- Pitch Interactive: Balanceando los mundos del arte, el diseño, las estadísticas y la ciencia, esta web crea visualizaciones de datos y experiencias interactivas que se exhiben a través de una multitud de medios para clientes como Facebook, Google, Esquire, ESPN, MoMA, The Max Planck Institute y muchos más.
- De eso no se habla: Isabel Cadenas Cañón dirige el “podcast del año”, según Carrión; un podcast feminista, de no ficción narrativa, a medio camino entre la crónica, el ensayo y el documental, que trata de unir los puntos entre los silencios personales y los silencios colectivos.
- Pere Ortin / Altaïr Magazine: periodismo en collage, periodismo dadá, cartografía, viajes ilustrados en cómic.
- Internazionale: Revista en papel. No produce matrial propio, lo que hace es reunir, antologar, curar el mejor periodismo internacional, y en impreso.
Otros referentes
- Eva Stories
- Los desiertos de sonora, de Patty Godoy, basado en Roberto Bolaño
- Orsai
- La Revue Dessinée
- Biotopía, un podcast de Manuel Bartual
- Frieze - Revistas; ferias de arte; cursos y charlas
- Vestoj - Revistas y residencias/talleres
- Dazed - Cultura joven.
- Victory Journal. Deporte, revistas, libros, producciones audiovisuales
- Digiday - Crítica de internet, premios, contenidos.
- Caso 163
- Solaris: ensayos sonoros
- Pictoline
3 series sobre periodismo que recomienda Jorge Carrión
- Succession (HBO)
- Press (BBC)
- Newsroom (USA)
Dos textos recomendados escritos por el maestro
- Prólogo: Mejor que ficción
- Columna: Un nuevo canon cultural en 10 objetos
Otras consideraciones sobre el periodismo cultural
- Lo cultural puede ser viral. Jaime Altozano hace crítica musical de alto nivel y es muy viral. Los medios están reaccionando tarde, pero hay medios como Vanguardia, Reforma o Clarín que a menudo hacen píldoras para Youtube que son virales. El tema es si esto es sostenible, porque puede ser muy viral, pero no tener ningún tipo de retorno económico.
- Ojo en el tema youtuber e influencer: la estética de lo precario y lo informal puede ser muy influyente.
- En el periodismo cultural hay demasiada solemnidad, falta un poco de comedia.
- El arte del pitch: el pitching es fundamental en todos los niveles de lo cultural y nos lo jugamos todo en el e-mail. En 5, 7 líneas debes convencer a un editor de que ese tema merece la pena.
- Cada uno tiene que tener sus obsesiones. Las de Carrión fueron las librerías, por eso pudo escribir un libro en 2 meses, porque llevaba haciendo un trabajo de 15 años.
- El periodimo cultural es intervención política, hay intención detrás de los que haces. Si no eres consciente de tu pequeño poder político y de que hay un plan detrás de lo que propones, defiendes, haces, también eres un periodista huérfano.
- El periodismo cultural demasiado a menudo es un amplicador de la agenda culural dictada por las empresas culturales. Hay una pegunta importante aquí: ¿Cómo nos posicionamos respecto a la novedad y a la singularidad?
- Estamos acostumrbados a hablar de lo que nos regalan: los libros que nos regalan, los conciertos a los que nos invitan. Y es entendible, porque sería muy costoso tener una vida cultural con ese acceso. Pero tienes que dejarlo claro, que no vas a adminsitrar visibilidad por los accesos. Tenemos que hablar de lo que toca, pero creo que mientras más reflexión, mejor será muestro proyecto personal como periodistas.
- Intenta saber más de algo que lo que nadie sabe. Cubre tu generación, porque serás probablemente el máximo experto de tu generación, porque tu generación será la que en algún momento publique, suene, emita…
- Intenta estar en TikTok, Telegram, Snapchat. Y estudia. Aprender y ser un experto en lo que todavía nadie es un experto.
- Siempre se puede subir el nivel de la audiencia, porque así sea algo, cualquier cosa en redes sociales, construye al receptor.
- Y cuando tengas un medio, ten un buen contador y un buen ingeniero de sistemas.
Sobre Jorge Carrión
Es doctor en humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y codirector del Máster en Creación Literaria de la UPF-BSM (junto con José María Micó). Ha vivido en Buenos Aires, Rosario y Chicago. Publica regularmente en diversos medios, entre ellos la sección de opinión en español de The New York Times y La Vanguardia. Es autor de la tetralogía de ficción Las huellas (conformada por Los muertos, Los huérfanos, Los turistas y Los difuntos) y de varios libros de no ficción, entre los que destacan Australia. Un viaje, Teleshakespeare, Librerías, Barcelona. Libro de los pasajes, Contra Amazon y Lo viral. Fue comisario de las exposiciones Las variaciones Sebald del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y Todas las bibliotecas del mañana del centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián. Con Sagar ha publicado dos libros de cómic: Barcelona. Los vagabundos de la chatarra y Gótico. Es el autor y el narrador de los guiones del podcast Solaris, ensayos sonoros. Ha sido traducido a quince idiomas.
Sobre el taller
Esta actividad se realizó con el apoyo por el Ministerio de Cultura, en el marco del Festival Gabo 2020, el cual fue posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y a la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía de Medellín.
Se llevó a cabo de manera virtual el martes 2, miércoles 3 y jueves 4 de diciembe de 2020, con la participación de 20 periodistas de 8 países de Iberoamérica.