Los talleristas de la Beca Gabriel Garcia Márquez de Periodismo Cultural, en la Casa de la Fundación del Carnaval de Barranquilla, en compañía de la reina de las festividades, Daniela Cepeda. Foto: Joaquín sarmiento.
En más de una oportunidad, las historias narradas por los periodistas culturales pueden llegar a convertirse en metáforas que explican un fenómeno social de enorme profundidad y largo alcance. Para Jonathan Levi, esa es quizá la más importante lección que nos deja el relato que Héctor Feliciano hizo de los pormenores de su investigación periodística durante la segunda jornada del Módulo de Cultura Popular de la Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural. “Cuando Feliciano habla de judíos y de la selección de obras de arte por parte de los oficiales nazi, la imagen recurrente que se hace el lector es la de los trenes que llegaban a Auschwitz y de la manera en que los seres humanos eran separados una vez entraban en el campo de concentración. El texto habla de algo más que subyace en lo profundo”. Esta fue la reflexión con la que se abrió el tercer día de actividades, durante el cual los becarios se lanzaron a leer sus bocetos, borradores y dieron a conocer las impresiones que hasta el momento se han hecho acerca del fenómeno de la cultura popular en Barranquilla.
Levi también resaltó la importancia de la curiosidad periodística al recordar lo que una fuente le dijera a Feliciano al inicio de su investigación: “un periodista nunca tendrá acceso a esos documentos”, refiriéndose a los inventarios en los que los oficiales nazi registraban las obras de arte saqueadas a las familias judías. “Una cosa así no se le dice jamás a un periodista”, fue la sentencia de Feliciano, quien al escuchar que algo le era vedado, supo de inmediato que había encontrado un motivo para insistir y llevar su investigación hasta el final.
Salcedo encauzador
Por otra parte, la participación de Alberto Salcedo Ramos por segundo día consecutivo ha permitido que los periodistas encuentren una voz que los ayuda a encauzar sus investigaciones. En el caso de un trabajo que se interesa por la flauta de millo, por su origen indígena y por el significado que tiene para la música autóctona, Salcedo y Lisandro Polo -quien pertenece al Grupo Tambó, una agrupación que ha organizado La noche de tambó durante 25 años-, arrojaron luces que permitieron a los becarios entender algunas de las particularidades de este instrumento, así como algunas señas y nombres de fabricantes que podrían explicar su importancia.
Salcedo alertó a los becarios sobre el riesgo que se corre al entrevistar a las fuentes, y mucho más en el contexto del carnaval, cuando los barranquilleros se alistan para figurar y convertirse en protagonistas: “cuando el entrevistado es demasiado consciente de que estamos allí por él, se convierte en un producto de sí mismo y comienza a mostrarnos algo que cree que a nosotros como periodistas nos va a gustar”, señaló. Es entonces cuando conviene dedicarle tiempo y espacio a la reportería, hasta que el personaje se habitúe al periodista y comience a actuar con naturalidad.
Luego de la sesión de trabajo, los becarios se dispersaron por la ciudad, algunos visitando barrios remotos en busca de una reina popular; otros entrevistando a un fabricante de máscaras y los hubo quienes fueron en busca de una de las reinas gay que por estos días se disputan la soberanía del desfile de su comunidad en Barranquilla.