El libro es el espacio de libertad donde hacemos lo que nos da la gana: esta es quizás la lección más importante del primer día del taller de libros periodísticos con Martín Caparrós, que arrancó este 5 de junio, en Madrid, y se extenderá hasta el próximo 9 de junio, con la participación de ocho periodistas y escritores iberoamericanos.
“Si hacemos libros es porque queremos darnos el gusto de hacer lo que queramos hacer y no lo que nadie nos imponga. Es lo que más me gusta del libro. Entonces ya que uno hace eso, démonos el gusto de hacerlo en el tiempo que hay que hacerlo y de la manera en que tengamos ganas”, recomendó el escritor argentino este domingo.
Con este taller, que ocurre en el contexto de la 81ª Feria del Libro de Madrid, la Fundación Gabo continúa reanudando su labor formativa presencial, luego de dos años de la irrupción de la pandemia del coronavirus, que obligó a cancelar los contactos físicos y desplazar gran parte de las rutinas y actividades sociales al ciberespacio.
“Escribir es una de las actividades más solitarias que hay y poder reunirse de vez en cuando con otras personas para hablar de lo que estamos haciendo ayuda. Estamos acá para charlar”, dijo Caparrós.
Los argentinos Ernesto Picco y Marianela Jiménez, la colombiana Juanita Vélez, la venezolana Ronna Risquez, la mexicana Eileen Truax, el chileno Patricio (Pato) De La Paz, y los españoles Agus Morales y Miriam Ruiz serán los ocho talleristas que estarán compartiendo sus proyectos de libro junto con todas sus inquietudes y angustias, para intentar encontrar soluciones en colectivo y con la guía de Martín Caparrós.
Entre los temas que los autores estarán abordando en sus libros se encuentran, a grandes rasgos, la migración, el refugio político, el cáncer, el duelo por la pérdida de un hijo, el conflicto armado en Colombia, la violencia, la construcción de memoria y la explotación minera. Pero todos enfrentan el desafío de narrar historias desde perspectivas innovadoras.
Los límites entre ficción y no ficción
La primera discusión que ocupó la atención de los participantes fue una de las más viejas y recurrentes del periodismo narrativo: ¿cuáles son los límites entre ficción y no ficción? Sin embargo, en el grupo hubo consenso en torno a la importancia de respetar las reglas éticas de ambos terrenos, aunque se compartan las técnicas y recursos narrativos.
“Yo ahí soy un poquito rígido –reconoció Caparrós–. Lo único que separa la ficción de la no ficción es que la no ficción no sea ficción. Todo lo demás es manejable, modificable, las formas con las que se cuenta”.
“Todos los recursos son buenos si te permiten contar mejor lo que estás contando. El límite es estar honestamente convencido de que eso es cierto y haber hecho todo lo posible por confirmarlo”, afirmó.
Una violación de esos límites, de acuerdo con Caparrós, sería construir personajes ficticios para contar una historia periodística.
En este sentido, Pato De La Paz, editor general de The Clinic, compartió una preocupación sobre cómo definir la realidad en las historias personales en las que la fuente principal es la memoria del propio autor. Algo a lo que Eileen Truax respondió que “lo que tú recuerdas es la realidad”.
“También cuentas lo que no puedes contrastar, que es el gran debate que tienes cuando trabajas con víctimas. Cuando una mujer migrante te dice que la violaron tres veces, una dice que esa mujer dice que la violaron tres veces”, explicó la periodista mexicana, quien tiene una gran experiencia cubriendo migración latinoamericana.
El narrador como personaje
El otro gran tema de discusión en este primer día de taller giró en torno a la figura del narrador. ¿Es el narrador un personaje? De ser así, ¿qué implica que lo sea?
“Siempre hay un narrador, aun cuando uno no se regodee en ese narrador y no lo ponga por delante, el que cuenta siempre es un personaje. Alguien que uno ha conformado de algún modo, lo cual no quiere decir que sea un engaño ni nada que se le parezca”, dijo Martín Caparrós.
Además, advirtió que “no hay que confundir el autor con el narrador”. El narrador es una construcción del autor, “es alguien que se está mostrando como el que escribe”, y supone la elección de determinados elementos y la discriminación de otros para su construcción; por tanto, si se construye a partir de decisiones e intenciones narrativas claras, debemos considerarlo un personaje.
Para Marianela Jiménez, que llegó al taller con un proyecto sobre migrantes en España, el narrador “es una voz” que se construye en función de la historia, que no implica una renuncia a los principios del autor, aunque sean dos figuras que se diferencian.
Sacar al mármol todo lo que le sobra
El último llamado de atención que hizo Martín Caparrós en el taller, luego de intensas discusiones sobre la estructura narrativa de uno de los proyectos de libros, se dirigió al uso del lenguaje y los signos de puntuación. “La elegancia no consiste en encontrar segundas palabras”, dijo Caparrós, en alusión al uso de palabras rebuscadas. “Las primeras palabras son tan bonitas, tan naturales, y tan fluidas, que generalmente son las que mejor dicen”, consideró.
“Las palabras son precisas –dijo–. Todo nuestro trabajo consiste en elegir la palabra más precisa posible. Eso es escribir: desechar ochenta mil palabras y elegir una. En definitiva, no es más que eso. Yo cada vez más creo que la belleza es eso. En otras épocas creía que la belleza de una prosa estaba en la exhibición de ciertas habilidades, malabares y cosas por el estilo, y cada vez más creo que la belleza está en que la prosa sea precisa y que nada le sobre. Que todo de la sensación de que tiene que estar ahí con un sentido y no porque uno es cursi y tiene miedo a repetir y escuchó una palabra que quiere poner en el texto. Cada vez creo más en eso que decía (el artista) Miguel Ángel que ‘esculpir es sacarle al mármol todo lo que le sobra’. Escribir es eso, sacarle al texto todo lo que le sobra”.
Sobre Martín Caparrós
Es un periodista, novelista y ensayista (Buenos Aires, 1957). Ha practicado periodismo cultural, político, policial, deportivo, gastronómico y taurino en prensa, radio y televisión. Comenzó en 1973 en el diario Noticias de Argentina. Vivió en París, donde se licenció en Historia, y más tarde en Madrid, donde colaboró con el diario El País y distintos medios franceses. De regreso a su país dirigió los mensuarios El Porteño, Babel, Página/30 y Cuisine & Vins. Ha publicado más de treinta libros traducidos a más de treinta idiomas. Uno de los más conocidos es El Hambre, que narra y explica esta problemática mundial a través de la no ficción, y ha tenido una gran repercusión internacional. Además, como novelista ganó el premio Planeta Latinoamérica 2004 por Valfierno y el premio Herralde 2011 por Los Living. Recientemente recibió el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes (España) y el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos). En estos momentos reside en Madrid y publica con el diario El País. Es maestro de la Fundación Gabo desde 2001 y miembro de su Consejo Rector desde 2013.
Sobre el taller de libros periodísticos con Martín Caparrós
Con la guía de Martín Caparrós, ocho periodistas y escritores iberoamericanos someterán a análisis y discusión un proyecto de libro periodístico en el que se encuentren trabajando, con el fin de lograr contar la mejor historia posible. El taller tiene lugar entre el 5 y el 9 de junio, en Madrid, España, como parte de la programación de la 81ª Feria del Libro de Madrid. También coincide con el aniversario 40 de la entrega del Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez.