El uso del lenguaje fue uno de los temas más recurrentes del taller de libros periodísticos con Martín Caparrós, que se desarrolló entre el 5 y el 9 de junio de este año en Madrid, y contó con la participación de ocho periodistas de América Latina y España.
Junto con las discusiones de las historias que se llevaron al espacio, emergieron múltiples preguntas acerca de cómo narrar los hechos, construir los personajes y elegir las palabras. ¿Cómo ofrecer explicaciones sin ser condescendientes con los lectores? ¿Qué recursos funcionan para entender un texto? ¿Existe un lenguaje universal?
No hay mejor guía que la historia misma
Para Caparrós, la selección de las palabras tiene que ver con el ejercicio de pensar para quiénes escribimos, aunque admite que no cuenta con una respuesta unívoca al respecto.
“Hay una especie de sueño húmedo de los editores que consiste en un castellano universal. Además, es simplemente impracticable, no existe. Uno escribe vereda o acera. Uno tiene que decidir. Yo siempre decidí escribir en el mío (mi lenguaje), pero también la idea del mío es variable, porque yo desde hace nueve años no vivo en la Argentina”, dijo.
Pero siempre será la propia historia, advirtió Caparrós, la que guiará el proceso: “la discriminación aparece junto con el texto que estás trabajando, es el texto que te está dando la medida de qué tipo de material se adapta y cuál no”.
“Es una cuestión de ensayo y error. Yo consigo una cantidad determinada de material sobre un tema y luego voy probando qué funciona”, explicó.
Uno de los recursos frente a los cuales se mostró bastante firme fue el de la nota al pie. El escritor argentino consideró que “la vieja nota al pie es patética, es la derrota del narrador”.
“A priori estoy de acuerdo con la idea de buscar distintos niveles de enunciación, pero las notas al pie vienen cargadas de una imagen de la derrota académica. Forman parte de un esquema en el que los académicos tienen que justificar lo que dicen”, argumentó.
“Yo a veces pongo largos párrafos entre paréntesis, pero están ahí en el texto. La nota al pie, si mantiene el papel justificativo, es un recurso un poco pobre”, comentó.
Lenguaje libre de prejuicios y estereotipos
También la periodista mexicana Eileen Truax complejizó la discusión al hablar de la reproducción de prejuicios, estereotipos y discriminaciones en el lenguaje que se suele utilizar para abordar algunos temas, como el de migración, que es en el cual ella se ha especializado.
“Lo que pasa es que muchas veces los periodistas repiten los vocabularios de los políticos, sobre todo el tomado de los desastres naturales. Por alguna razón hay una idea de que el lenguaje de los desastres naturales sirve: oleada, avalancha, desbordan, caos. Y se vuelve el lenguaje de ese fenómeno. Y te vuelves portavoz”, dijo.
Eileen, quien ha cubierto esta problemática en América Latina y Estados Unidos durante unos 15 años, afirmó que “crisis migratoria” es otra de las expresiones que se emplea frecuentemente de una manera desacertada.
“La migración no es una crisis. En ningún sentido. Si no los puedes recibir es porque es una crisis de recepción. La migración es el resultado de una crisis, que puede ser humanitaria, climática, o de un Estado violento que ocasiona una migración”, explicó.
Para ella, “los migrantes no son la crisis” sino un resultado o consecuencia de otras crisis.
El periodista español Agus Morales, quien también tiene experiencia en procesos migratorios, en especial de personas refugiadas, resaltó que, en el caso de los ucranianos que han huido de la guerra en su país, iniciada tras la invasión rusa el pasado 24 de febrero, no se habló de oleada en los medios, aunque eran millones los que estaban entrando a territorio europeo.
“Es un tema de perspectiva, tendemos a asumir la perspectiva de los países que reciben, en vez de la perspectiva de los migrantes”, dijo Agus. Sin embargo, cuando la perspectiva se pone en los migrantes, agregó, la historia cambia completamente.
Sobre Martín Caparrós
Es un periodista, novelista y ensayista (Buenos Aires, 1957). Ha practicado periodismo cultural, político, policial, deportivo, gastronómico y taurino en prensa, radio y televisión. Comenzó en 1973 en el diario Noticias de Argentina. Vivió en París, donde se licenció en Historia, y más tarde en Madrid, donde colaboró con el diario El País y distintos medios franceses. De regreso a su país dirigió los mensuarios El Porteño, Babel, Página/30 y Cuisine & Vins. Ha publicado más de treinta libros traducidos a más de treinta idiomas. Uno de los más conocidos es El Hambre, que narra y explica esta problemática mundial a través de la no ficción, y ha tenido una gran repercusión internacional. Además, como novelista ganó el premio Planeta Latinoamérica 2004 por Valfierno y el premio Herralde 2011 por Los Living. Recientemente recibió el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes (España) y el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos). En estos momentos reside en Madrid y publica con el diario El País. Es maestro de la Fundación Gabo desde 2001 y miembro de su Consejo Rector desde 2013.
Sobre el taller de libros periodísticos con Martín Caparrós
Con la guía de Martín Caparrós, ocho periodistas y escritores iberoamericanos someterán a análisis y discusión un proyecto de libro periodístico en el que se encuentren trabajando, con el fin de lograr contar la mejor historia posible. El taller tiene lugar entre el 5 y el 9 de junio, en Madrid, España, como parte de la programación de la 81ª Feria del Libro de Madrid. También coincide con el aniversario 40 de la entrega del Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez.