En la actualidad, los desastres ligados a factores ambientales producen casi el triple de desplazamientos internos de poblaciones en el mundo que los conflictos violentos y las guerras, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Entre 2008 y 2018, más de 260 millones de personas en el planeta se vieron desplazadas por desastres de ese tipo. Una parte significativa de esos desplazamientos se vincula con los efectos del cambio climático.
Pablo Escribano, especialista regional temático de la OIM en migración, medio ambiente y cambio climático, afirma que el cambio climático ganará cada vez mayor peso entre las causas de las migraciones a nivel global en los próximos años. Gobiernos y organismos internacionales deberán trabajar en nuevas políticas de atención a la migración climática, pensadas en diálogo con otras múltiples causas de los procesos de movilidad humana.
Según el experto de la OIM, el periodismo también tiene un desafío por delante. Pese a que la relación entre migración y cambio climático es un tema cada vez más acuciante en la agenda internacional, en los medios de comunicación aún se registran algunos problemas de concepto bastante frecuentes a la hora de abordar el tema. Durante el taller ‘Cobertura de la migración y su vínculo con el desarrollo sostenible’, dirigido por la periodista venezolana Luz Mely Reyes, Escribano compartió con 18 periodistas sudamericanos algunos de los errores más habituales en las coberturas sobre procesos migratorios ligados a factores climáticos.
1. Migración climática no es igual que migración ambiental
En las noticias suelen usarse indistintamente estos dos conceptos, cuando en realidad la migración climática es una variante específica de la migración ambiental. El Glosario de la OIM define como migración “ambiental” al movimiento de una persona o grupo de personas que, principalmente debido a un cambio repentino o gradual en el medio ambiente, que incide negativamente en sus condiciones de vida, abandona su lugar de residencia habitual, en forma voluntaria o forzada, de manera temporal o permanente y dentro de un país o a través de una frontera internacional. La migración es “climática” cuando esa transformación en el medio ambiente se debe al cambio climático. Así, por ejemplo, un movimiento de población debido a la erupción de un volcán es migración ambiental pero no climática, a diferencia de movimientos por sequías, inundaciones por lluvia o subidas del nivel del mar, que sí lo son.
2. No existen los “refugiados ambientales”
Esta categoría, que aparece con frecuencia en titulares, es incorrecta: la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951, no reconoce a los factores ambientales entre las razones admitidas para solicitar refugio. Además, la mayor parte de las migraciones ambientales y climáticas son de carácter interno, y en muchos casos además voluntarias, mientras que la normativa internacional sobre refugiados está apuntada a desplazamientos a través de las fronteras entre distintos países y de manera forzada.
3. Los desastres no son “naturales”
La alusión a “desastres naturales” que provocan migraciones también es recurrente en la prensa. Sin embargo, según el experto de la OIM, el grado de vulnerabilidad de las poblaciones frente a los fenómenos ambientales depende de factores humanos. “Que un terremoto o un temporal resulte en un desastre o no también depende de cómo una sociedad está preparada para afrontar esos fenómenos –dijo Escribano en el taller–. Hablar de ‘desastres naturales’ es como asumir que no se puede hacer nada al respecto”. A su vez, a veces los propios fenómenos ambientales están condicionados por el ser humano, en los casos en que se deben al cambio climático.
4. El vínculo entre migración y cambio climático no es lineal
Uno de los principales problemas de las coberturas periodísticas es que postulan una relación de causalidad directa y automática entre los procesos migratorios y el impacto de los desastres o la falta de adaptación de las poblaciones en riesgo. Pero el vínculo entre migración y cambio climático es más complejo y está lleno de matices. En general las migraciones son un proceso multicausal. El experto de la OIM observó que, en las encuestas a migrantes que se han desplazado de zonas afectadas por desastres, los fenómenos ambientales no suelen ser aludidos de forma directa como causa de la decisión de emigrar. Más bien se registra una tendencia a señalar motivos políticos, económicos, sociales o demográficos que son consecuencia de cambios ambientales y climáticos –por ejemplo, la falta de trabajo en zonas rurales debido a sequías prolongadas– y que a su vez se combinan con ellos.
5. Las cifras tienen un límite como fuente de información
Cuando ocurren procesos migratorios ligados a desastres, las portadas de los periódicos suelen consagrarse a las cifras. Sin embargo, los números sobre migración y cambio climático tienen algunos límites como fuente de información que se deben tomar en cuenta. En primer lugar, los países utilizan metodologías muy diversas para construir sus estadísticas sobre este tema, por lo que hay que tener cuidado en no generalizar. Por otro lado, en ocasiones las cifras simplifican un fenómeno que, en la práctica, es más difícil de “aislar”: muchas veces los procesos de migración ambiental y climática se solapan y se confunden con otros procesos de movilidad humana ligados a fenómenos actuales, como los desplazamientos internos o el avance de las urbanizaciones.
Sobre el taller
El taller virtual ‘Cobertura de la migración y su vínculo con el desarrollo sostenible’, a cargo de Luz Mely Reyes, se realiza del 5 al 16 de abril de 2021 y es organizado por la Fundación Gabo y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Participan 18 periodistas de Sudamérica.