Latinoamérica, una región que avanza hacia sociedades del cuidado
2 de Mayo de 2024

Latinoamérica, una región que avanza hacia sociedades del cuidado

La Fundación Gabo, Fundación Avina y Oxfam realizaron el encuentro virtual 'Rompiendo el ciclo de desigualdad: el cuidado como base del estado de derecho en sociedades democráticas', como parte del segundo ciclo de ConversAcciones, espacios que buscan construir agendas de acción hacia democracias más igualitarias.
 María Eugenia Ludueña, María Claudia "La Negra" Albornoz, Ana Güezmes y  Laura Tami Leal.
Marcela Madrid

El trabajo de cuidado que hacen las mujeres en los hogares y en los barrios sostiene las economías de América Latina. Esta realidad, que ha sido invisibilizada históricamente, ha tomado especial relevancia desde la pandemia, cuando “se puso en el centro la importancia de los cuidados para la vida y la idea de que nadie se salva solo”, como aseguró Ana Güezmes, directora de Asuntos de Género de la Cepal. 

Para discutir sobre cómo romper las desigualdades alrededor del cuidado y avanzar hacia sociedades más justas, varias expertas y activistas de la región se reunieron en el encuentro virtual 'Rompiendo el ciclo de desigualdad: el cuidado como base del estado de derecho en sociedades democráticas'. Esta charla hace parte del segundo ciclo de ConversAcciones que organizan Oxfam y la Fundación Avina, con el apoyo de la Fundación Gabo, y que buscan construir agendas de acción hacia democracias más igualitarias.

Ana Güezmes, directora de Asuntos de Género de la Cepal (España), Laura Tami, secretaria de la Mujer de Bogotá (Colombia), y María Claudia Albornoz, vocera de La Poderosa (Argentina), discutieron bajo la moderación de María Eugenia Ludueña, periodista, docente y escritora (Argentina). Durante una hora y media reflexionaron sobre el estado de la economía del cuidado en Latinoamérica, las lecciones que deja el caso de Bogotá y las demandas del activismo en las comunidades.

El panorama del cuidado en Latam

La charla se inició con un panorama del cuidado en América Latina por parte de Ana Güezmes. Si bien el cuidado suele verse como un tema meramente social, Güezmes aclaró que es necesario abordarlo también desde las políticas económicas, ambientales y desde las relaciones humanas. Por eso la Cepal propone una Sociedad del Cuidado: “un nuevo estilo de desarrollo que pone en el centro la igualdad y la sostenibilidad de la vida humana y del planeta. Propone una profunda redistribución del poder, de los recursos y del tiempo”, como explicó Güezmes.

La directiva de la Cepal detalló cómo el concepto del cuidado ha evolucionado en la agenda pública de América Latina a través de las distintas conferencias regionales. Mientras que en La Habana en 1997 el cuidado se concibió como la necesidad de cuidar a la niñez y de proteger la maternidad, en Montevideo en 2016 la discusión se centró en cómo superar la división sexual del trabajo.

 

Las dimensiones del cuidado

Para que la sociedad se organice en torno al cuidado, este debe entenderse desde tres dimensiones que, según explicó Güezmes, tienen origen en la concepción del buen vivir de los pueblos indígenas y en la economía feminista.

  1. Cuidado como necesidad: la reducción en las tasas de fertilidad y el envejecimiento de la población en América Latina está generando un aumento en la necesidad de cuidar a personas mayores, a pesar de que la región no llegó a cubrir por completo la demanda de cuidado infantil.

  2. Cuidado como trabajo: cuidar es un trabajo que está sosteniendo las economías, al punto que representa entre un 16% y un 23% del PIB en los países de la región que lo han medido. Este trabajo ocurre, por un lado, en los hogares (casi siempre de manera no remunerada), pero también en sectores remunerados ampliamente feminizados como la educación, la salud, la educación o el trabajo social, todos con una amplia brecha salarial.

  3. Cuidado como derecho: la región avanza hacia la idea de considerar el cuidado un derecho humano desde tres dimensiones: el derecho a cuidar, a ser cuidado y a ejercer autocuidado. Esto implica que los Estados se encarguen de organizar el ecosistema del cuidado, a diseñar la regulación laboral y promover la corresponsabilidad de género a través de campañas pedagógicas. El derecho al cuidado se está discutiendo en la Organización Internacional del Trabajo y en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 

Según la panelista, Latinoamérica ha avanzado significativamente en el diseño y la consolidación de sistemas de cuidado; la muestra es que alrededor de 15 países cuentan con jurisprudencia y políticas públicas al respecto. Sin embargo, considera que el cambio va muy lento: “Necesitamos generar grandes consensos sociales y pactos fiscales”, dijo.

Bogotá, caso de éxito

Laura Tami, secretaria de la Mujer de Bogotá, Colombia, compartió la experiencia del Sistema Distrital de Cuidado, que ha convertido a la ciudad en un referente en esta materia. El Sistema, explicó, es “la articulación de políticas y programas, nuevos o existentes, que intentan suplir las necesidades de cuidados en los hogares, garantizando los derechos de las cuidadoras”. Antes de ponerlo en marcha, el primer paso fue identificar las necesidades de la población: 1,2 millones de mujeres en Bogotá se dedicaban siete horas al día al cuidado no remunerado: de estas, el 33% no tenía tiempo libre, el 70% tenía la secundaria como máximo nivel educativo y el 90% vivía en pobreza económica. 

Con base en esos datos, la Alcaldía diseñó una oferta de servicios para las personas que necesitan cuidados y también para las cuidadoras. Estos servicios se ofrecen en las denominadas Manzanas del Cuidado, un espacio físico en cada localidad de la ciudad que reúne toda la oferta.

  • Cuidadoras: componente respiro (actividades como danza y yoga), formación (educación flexible para terminar el bachillerato y acceso a programas técnicos) y generación de ingresos (empleo o emprendimientos).

  • Población que requiere cuidado: profesionales del distrito de Bogotá se encargan de cuidar a las personas menores de 14 años, adultos mayores o personas con discapacidad que las cuidadoras tienen a cargo mientras ellas realizan sus actividades. 

  • Hombres: transformación cultural a través de las Escuelas para Hombres. Uno de los lemas del Sistema es A cuidar se aprende; por eso Tami hace énfasis en que Bogotá le apuesta a una redistribución del cuidado que vaya más allá de las Manzanas para llegar a los hogares. 

  • Buses del cuidado: llevan la oferta de servicios a la población rural de la ciudad.

El cuidado en los barrios

La conversación fue haciendo zoom y llegó al plano comunitario. María Claudia Albornoz, vocera de la organización La Poderosa, de Argentina, habló desde el espacio donde ejerce el cuidado: un centro comunitario que ofrece servicios de comedor, educación para la niñez y oportunidades para los jóvenes en su barrio, Santa Fe. 

La apuesta de La Poderosa es lograr que ese trabajo que hacen las mujeres en los barrios populares sea reconocido como trabajo de cuidado. “Somos trabajadoras de la triple jornada: dentro del hogar, en el mercado laboral (generalmente informales) y en la comunidad. Nuestras horas se multiplican cuando sostenemos la vida en los barrios populares ofreciendo educación, alimentación, cooperativas”, aseguró Albornoz. 

En particular, presentaron un proyecto de ley ante el Congreso de Argentina para que el trabajo de las cocineras comunitarias sea reconocido y remunerado, dado que están solucionando una necesidad vital que el Estado no asume: “en Argentina hay 22 millones de pobres y 10 millones se alimentan en comedores comunitarios”, explicó. Aunque el proyecto no fue aprobado, considera que ese esfuerzo contribuyó a que muchas mujeres entendieran que lo que hacen es trabajo, “no solo amor”.

Lecciones aprendidas

  • El reconocimiento como primer paso: para romper la desigualdad que ha caracterizado las dinámicas del cuidado, lo primero que deben hacer los estados y las mismas cuidadoras es reconocer que el cuidado es trabajo. Así lo afirmó Albornoz: “Aprendimos que tenemos que ser prioridad las mujeres que hacemos trabajo comunitario y la mejor manera de hacerlo es reconociendo como trabajo decente ese trabajo de cuidado”. En esa misma línea, Laura Tami aseguró que el reconocimiento de los derechos de las cuidadoras es la base del Sistema Distrital del Cuidado en Bogotá: “Cuando me reconocen que lo que he estado haciendo no es un favor ni un deber, sino un trabajo, puedo asociar algunos derechos a esa labor, por ejemplo, el derecho a descansar”.

  • Trabajar con sentido de urgencia y visión a largo plazo: Ana Güezmes insistió en que la crisis de los cuidados es urgente y necesita medidas concretas para materializar salidas. Sin embargo, se necesita combinar ese sentido de urgencia con unas bases técnicas sólidas para lograr resolver problemas estructurales. Así ocurrió en Bogotá, según explicó la Secretaria de la Mujer: una vez escucharon a los actores relevantes y lograron consensos empezaron a poner el marcha el sistema.

  • Priorizar el cuidado es necesario para poder financiarlo: la financiación de estos sistemas y el aspecto fiscal fueron inquietudes constantes en la conversación, pues como aclaró Güezmes, los Estados tienen dificultades de recursos para universalizar estos programas y servicios. Laura Tami relató que en el caso de Bogotá el Sistema se financia principalmente de recursos públicos; por eso ha sido clave el interés de los gobiernos por invertir en el tema, así como la prioridad por parte de la ciudadanía en que sus gobernantes inviertan en los servicios del cuidado, algo que han confirmado mediante encuestas. 

Sobre el ciclo de ConversAcciones

Desde el 2021, Fundación Gabo, Fundación Avina y Oxfam LAC unen esfuerzos para crear espacios que permitan compartir las reflexiones y aprendizajes de la sociedad civil latinoamericana en su esfuerzo por fortalecer la democracia en la región. Dentro de estos espacios, en 2023 se realizó el primer ciclo de ConversAcciones, tres encuentros virtuales bajo la temática ‘De la imaginación a la acción: innovaciones democráticas en América Latina’. Las reflexiones y aportes que surgieron de ahí resultaron en la publicación del libro digital ‘Navegar la crisis democrática. Lecciones desde la sociedad civil latinoamericana’.

Este año, manteniendo la inspiración inicial, se realiza el segundo ciclo de ConversAcciones, esta vez en torno a una pregunta crítica: ‘¿Qué puede hacer la democracia frente a la tiranía de la desigualdad?’

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