Las historias de Barú empiezan a ser narradas por los jóvenes de Cocosabara
11 de Diciembre de 2022

Las historias de Barú empiezan a ser narradas por los jóvenes de Cocosabara

Más allá de ser una zona turística, al sur de Cartagena, Colombia, Barú goza de una amplia riqueza cultural. Y de mucho talento, encarnado en los jóvenes de un colectivo de comunicaciones que busca narrar su realidad.
Durante su actividad de lanzamiento, los jóvenes de Cocosabara realizaron una muestra cultural y audiovisual sobre los productos comunicacionales.
Cristian Agámez Pájaro

Es palpable. Se puede ver en Instagram. También en Facebook o en un telón lleno de fotos exhibido en el salón de un colegio. Y, para ellos, es grandioso poder mostrar aquello que consideran loable y digno de ser contado.
Ellos son los jóvenes del colectivo de comunicaciones Cocosabara y aquello que cuentan con gran orgullo es el resultado de meses, incluso años, de trabajo, que empiezan a rendir frutos y a generar expectativa entre su comunidad.
Por lo menos, así lo describe Eleidis Castaño Torres, cuando se le pregunta sobre lo que considera ella más significativo de pertenecer a este grupo que integra en un mismo propósito a jóvenes de los corregimientos de Santa Ana, Ararca y Barú, ubicados en la península de Barú, al sur de Cartagena de Indias. “Contar de Barú que tiene muchas facetas, además de la parte turística, esas riquezas naturales y culturales; y que nosotros mismos debemos tener sentido de pertenencia sobre lo que tenemos y queremos mostrar al mundo”, indica sobre la razón de ser del colectivo. 
Su explicación coincide con el acto inaugural del colectivo, el pasado 3 de diciembre de 2022, en la Fundación Educativa Instituto Ecológico Barbacoas. Los jóvenes de Cocosabara prepararon una muestra de talento y del camino que recorrieron entre abril y diciembre de 2022, bajo el padrinazgo de la Fundación Gabo y la Fundación Santo Domingo. Es un tiempo valioso para cada uno de ellos, pues propició que se empoderaran en sus habilidades comunicativas, que aprendieran sobre fotografía, video, periodismo, expresión oral, expresión escrita y, sobre todo, para que empezaran a apropiarse de ricas y diversas historias con origen en este paraíso natural y turístico de la Cartagena insular.
Hay que mencionar que Barú, una península de Cartagena que se suele describir como isla, cuenta con más de 8.000 habitantes y es una de las zonas más exóticas del Caribe colombiano, de bellos paisajes y playas de arena blanca, pero también con una amplia cultura afro, raizal y ancestral de la hacen parte los jóvenes de Cocosabara y que, hoy, más que siempre, ellos quieren narrar.

Fortalecidos en 2022

“Genera mucha emoción, alegría, me pone muy emotiva, porque al inicio no fue fácil para nosotros. Fueron muchos años esperando una formación, para ver los frutos de nuestro trabajo. Actualmente estamos viendo los resultados y eso es emocionante”, prosigue Eleidis. Aunque ya los jóvenes de Cocosabara tenían adelantado algún trabajo como colectivo en 2020 y 2021, ha sido en este 2022, junto a la Fundación Gabo y la Fundación Santo Domingo, cuando han robustecido su formación, han materializado ideas pendientes y han construido nuevas propuestas en pro de sus objetivos.
En el salón múltiple de la institución de Barbacoas, para su lanzamiento oficial como organización, han mostrado danzas folclóricas de Barú, han presentado a cada uno de sus integrantes, pero también muestran algo de esos resultados que vienen edificando, como el video promocional del colectivo, con locaciones de Barú y ellos de protagonistas; otro producto audiovisual donde describen el potencial turístico de la zona; y una muestra fotográfica sobre la península, con la cual han hecho que el público interactúe, a través de una dinámica de adivinanzas cuyos premios han sido las mismas fotos captadas por sus lentes.   
“El colectivo significa nuevas posibilidades, maneras de aprender y desarrollar parte de mi vocación, de lo que me gusta”, comenta Francisco Valdez Licona, de 22 años y quien se desenvuelve como coordinador de seguridad y salud en una empresa de Cartagena, pero a quien le fascina el mundo de la fotografía y de contar historias, tanto que acostumbra visitar sitios frecuentados por los más veteranos de la isla, para escuchar de viva voz anécdotas entrañables que perduran en la tradición oral.
Francisco escucha narraciones como la del primer motor de borda o del primer carro que llegó a Barú; o de las innumerables peripecias que debían pasar las comunidades y los visitantes, cuando la vía principal de Barú estaba sin asfaltar; o sobre ‘la loma’, una pendiente vertiginosa, parte de esa misma carretera, que unía a los tres corregimientos de Ararca, Santa Ana y Barú. 
La pendiente, que desapareció cuando la vía fue asfaltada, causó más de un dolor de cabeza a los conductores. Fueron muchos los vehículos varados en ‘la loma’ o que parecían iban a descolgarse cuando la transitaban. Francisco y sus compañeros de Cocosabara indagan sobre ese y otros sucesos de este territorio.
“Muchas veces se conoce solo lo básico, vamos a mostrar a la comunidad en sí, a qué se dedica su gente, sus historias. [El colectivo] es un escape donde me siento libre, tengo la posibilidad de tomar fotos y convertirlas en historias y contarlas al resto del mundo”, precisa Francisco, quien se ha encargado de documentar con cámara en mano, lo que ha sido el acto de inauguración de Cocosabara.  

Más herramientas para contar

 
“Queremos que Barú sea un epicentro de un desarrollo sostenible y que de ese cambio nosotros seamos los pioneros en hacérselo saber al mundo entero, ese es el colectivo. Cada uno de los integrantes de este colectivo ha puesto su grano de arena para entregar sus conocimientos y fortalecer a una comunidad entera”, cuenta en el micrófono 
Jair Gómez Sanabria, el maestro de ceremonias en esta ocasión. Es un joven de 21 años, estudiante de administración de empresas, turistologo, también miembro de Cocosabara. “Me emociona estar en el colectivo porque me encantan las comunicaciones y el periodismo, quiero a través de eso fomentar que Barú se pueda visibilizar, que la cultura de nuestra isla pueda llegar a ser reconocida en el mundo”, añade. 
“Hemos hecho actividades de cubrimiento, con nuestros sabios ancestrales y también con los jóvenes que tienen algún talento para que las demás personas puedan verlos”, agrega en cuanto a los resultados obtenidos. 
Si se le quiere ver así, los productos comunicacionales que producen son su medalla a mostrar, pero también a cada uno de ellos les enorgullece el poder de las habilidades de comunicación con las que ahora cuentan, adquiridas en este 2022.  
Para Iván Cárdenas, director del área de Educación y Ciudadanía de la Fundación Gabo, encargada de este proyecto, además de tener más herramientas para narrar a sus comunidades y narrarse a sí mismos, hay que destacar que ahora los integrantes de Cocosabara tienen una mirada crítica sobre lo que sucede en su territorio. La expectativa de quienes integran este colectivo es seguir creciendo en 2023, por lo que invitan a más jóvenes a unirse, y seguir mostrando por redes sociales y por los medios que sea posible el resultado de ese esfuerzo que hace cada uno por Barú.  

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