Martín Caparrós empezó su taller sobre libros periodísticos de este año haciendo confesiones: “La copia es la manera de encontrar. Así aprende el bebé a hablar, a caminar, todas las habilidades sociales… […] Hasta que llega el momento de hacerlo deliberadamente. Por supuesto, mezclando, amalgamando, variando. Uno se arma una prosa copiando“.
Los 4 libros con los que engendró su estilo propio como cronista:
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Lugar común la muerte - Tomás Eloy Martínez
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Operación masacre - Rodolfo Walsh
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Música para camaleones- Truman Capote
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Inventario de Otoño - Manuel Vicent
A ese desnudo sumó: “El periodismo narrativo consiste básicamente en utilizar formas de otros géneros literarios para contar la realidad. La única diferencia entre la ficción y la no ficción es ‘el pacto de lectura’: lo que te voy a contar es verdad, lo vi, lo investigué. Más allá de eso, todo es intercambiable, modificable.”
El problema, según Caparrós, es que la historia de la apropiación de géneros se estancó en la copia de la novela social o negra de los años 20, 30. García Márquez, Walsh, Capote, Mailer la copiaron. “Después, muchos seguimos retomando lo que ellos hicieron en los 50, 60 en lugar de seguir indagando”. Hay que investigar, probar, inventar, reclamó el maestro.
“La literatura está llena de recursos”, concluyó y como ejemplo desveló otro poco sus instrumentos particulares de artesano de las letras. Para escribir El interior, un libro–crónica sobre algunas de las provincias más remotas de la Argentina, publicado en 2006, se inspiró para los perfiles de los entrevistados en Los poemas de Sidney West, de Juan Gelman (1969), que a su vez se había inspirado en La antología de Spoon River de Edgar Lee Masters (1915); obras en las que los describían en verso –claro– como epitafios. Para los paisajes se decidió por los haikus y, para ciertas historias, por el fluir de conciencia a lo Cortázar.
“De ahí – de esa amalgama– surgió lo que hice los veinte años siguientes”, volvió a confesar.
Nada presagiaba tal nivel de intimidad al comienzo de la jornada.
El arranque del taller
La novena edición del Taller de libros periodísticos, dirigido por el escritor y periodista argentino Martín Caparrós, empezó con los saludos de los que lo hacen posible en esta edición, que va del 3 al 7 de junio: Jaime Abello, director general de la Fundación Gabo; Luis Prados, director de Programación de Casa América; y Eva Orúe, directora de la Feria del Libro de Madrid.
Este año el protocolo quizá lo pareció más por la impresionante sala de Casa América en la que se desarrolla. La sala Inca Garcilaso del Palacio que los marqueses de Linares construyeron a finales del siglo XIX tiene un techo de cinco metros, molduras doradas, suelo de mosaico, espejos gigantes, frescos de los mejores pintores de la época, estucados, mármoles, bronces, cortinajes. El espacio contrastó desde el minuto cero con la idiosincrasia de los reunidos y con las historias de los ocho periodistas/escritores –o al revés– que han venido a reunirse con el maestro Caparrós –y con ellos mismos– para trabajar en el libro periodístico que cada uno de ellos se trae entre manos.
Los participantes
Gabriel Labrador viene de El Salvador, trabaja en El Faro y está escribiendo sobre la democracia en su país. Patricia Nieto, de Colombia, es freelance y profesora universitaria y escribe sobre la vida, en el Amazonas colombiano, de los habitantes que se resisten a abandonar la selva; María Gabriela Verdezoto, de Ecuador, freelance, sobre lo que la minería del oro ha hecho a su país; Daniel Burgui, de España y freelance, sobre las repúblicas islámicas de Asia central; Jacobo García, de España también, trabaja en El País y prepara un libro sobre ‘Ñamérica’ tras más de veinte años allí; Marcela Turati, de México, trabaja en Quinto Elemento Lab, sobre una desaparecida en 1978 en la “guerra sucia” del cuerpo policial militar contraguerrillero en su país; Joaquín Sánchez Mariño, de Argentina, que trabaja en Antártica Press, prepara proyecto sobre un encargo de un libro que le hizo un hombre para que escribiera su historia de amor para salvarla; y Silvina Ajmat, argentina también pero residente en Madrid, trabaja en Mediaset y prepara un libro sobre el Programa Visar de 2019 que prometió la nacionalidad española a los argentinos hijos y nietos de españoles y resultó ser un fraude.
Todos protestaron sobre las presiones de los editores periodísticos para no hacer todo eso que Caparrós estaba recomendando. El maestro zanjó así la cuestión: “En ‘Ñamérica’ el libro es nuestro espacio de libertad. Por supuesto con honestidad, calidad, trabajo… Pero aquí podemos hacer lo que se nos cante.”
Entre ese grito de libertad y el ejercicio de generosidad y sinceridad desplegado por el maestro y asumido por los talleristas, desde el primer momento, el clima para un productivo y hermoso trabajo en equipo quedó prendido esperando a la jornada siguiente.
El maestro
Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) se licenció en historia en París, vivió en Madrid, Nueva York y Barcelona, hizo periodismo en gráfica, radio y televisión, dirigió revistas de libros y revistas de cocina, tradujo a Voltaire, a Shakespeare y a Quevedo, recibió la beca Guggenheim, los premios Planeta y Herralde de novela, los premios Tiziano Terzani, Roger Caillois y Caballero Bonald de ensayo, los premios Rey de España, Moors Cabot y Ortega y Gasset de periodismo. Es maestro de la Fundación Gabo desde 2000 y miembro de su Consejo Rector desde 2013. Ha publicado más de cuarenta libros en más de treinta países. Los últimos son las novelas Sinfín y Sarmiento y los ensayos Ñamérica y El mundo entonces. En 2023 Random House inició, con unos 15 títulos, la publicación de la “Biblioteca Martín Caparrós”, que reeditará la mayoría de sus obras.
Sobre el taller
Hoy, el formato libro es el refugio del mejor periodismo narrativo. Ante la reticencia de muchos medios a publicar artículos largos y su desinterés por determinados temas, los periodistas más entregados eligen esta forma de trabajo laboriosa, paciente y contracorriente, sacándole tiempo al tiempo para escribir sobre lo que quieren y como quieren: sin restricciones, órdenes, ni límites más que los propios.
El taller de libros periodísticos de Martín Caparrós se organiza anualmente desde hace una década. En él se reúnen ocho periodistas/escritores ñamericanos, que tienen un libro entre manos, para trabajar en sus estructuras y contenidos durante cinco jornadas bajo la guía del maestro y con la colaboración del resto de talleristas.
Oaxaca, Buenos Aires y Madrid han sido las ciudades sede. En esta ocasión se celebra en Casa de América coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid, por tercera vez consecutiva. Ambas instituciones y la Fundación Gabo hacen posible esta actividad.