Los efectos del periodismo en la sociedad han sido objeto de estudio de la ciencia a través de la historia, como consecuencia del ejercicio de un oficio que trata temas sensibles y, en algunos casos, directamente relacionados con la salud de las audiencias.
En el segundo día del taller ‘El sistema de salud en Colombia: desafíos de la cobertura periodística’, convocado por la FNPI y Coosalud, Carlos Fernando Dáguer, periodista de salud, habló a los participantes acerca de las diferentes atmósferas desde las que se percibe la comunicación en salud.
Dáguer hizo un repaso de la literatura científica y de las revistas de divulgación que han tomado muestras representativas y estudiado en detalle contenidos periodísticos para encontrar las consecuencias de este oficio en la salud.
A partir de este análisis, Dáguer presentó como conclusión tres dimensiones desde las que la ciencia han medido el impacto del periodismo en la salud pública.
1. El impacto de las celebridades ante las enfermedades
Según la lectura de distintos estudios realizada por Daguer, cuando una figura pública expone a los medios una condición de salud o enfermedad hay un aumento en el tratamiento y la prevención de la misma dentro de la sociedad. Estos son algunos de los casos.
- Efecto Magic Johnson: En 1991, el basquetbolista Earvin ‘Magic’ Johnson anunció públicamente que era portador de VIH. Una vez la noticia se hizo mediática hubo un incremento en el número de pruebas de detección de VIH y un aumento en la compra de condones. Asimismo, crecieron las donaciones a organizaciones que apoyan la investigación de este virus. Según un estudio publicado en Journal Health Communication en 2009, “la exposición a las celebridades a través de los medios de comunicación puede tener una influencia importante en las actitudes, creencias y comportamientos relacionados con la salud del público”. Este estudio también destacó que a mayor grado de participación emocional de la celebridad, más probabilidades de mostrar un aumento en la preocupación de otros por reducir las conductas sexuales de alto riesgo. Con el anuncio del jugador el grupo de personas que presentó más actitudes preventivas, fueron hombre heterosexuales.
- Efecto Katie Couric: En marzo de 2000, la periodista estadounidense Katie Couric decidió mostrar en televisión el proceso para preaprarse para una colonoscopia. Su esposo había muerto de cáncer colon rectal y aunque ella no estaba enferma, comenzó a realizarse esta prueba periódicamente y quería promover la prevención de este padecimiento. De acuerdo a un estudio publicado en Archives of Internal Medicine en el 2003, el día que se hizo pública la campaña de Couric, la cantidad de colonoscopias en EEUU aumentó significativamente y la tendencia se mantuvo nueve meses. El estudio concluyó que una celebridad, aunque no esté enferma, puede influir en la alerta de prevención y además sugirió que para que puedan impactar en la salud pública, las celebridades deben ser entrenadas al suministrar información basada en evidencia.
- El efecto Kylie Minogue en la prevención del cáncer de seno: En 2005 la cantante australiana Kylie Minogue se realizó una mamografía que no mostró ninguna irregularidad. Sin embargo, días después se hizo un autoexamen y decidió practicarse otra prueba en la que sí le encontraron una masa. Al hacer su historia pública en los medios, aumentó radicalmente el número de solicitudes para mamografías en Australia. No obstante, la comunidad médica no estaba preparada para esas citas. “Los defensores de la salud deben desarrollar estrategias anticipatorias para responder ante el cubrimiento noticioso sobre enfermedades de celebridades”, concluyó el estudio publicado en The Medical Journal of Australia, en 2005.
- El efecto de las historias de suicidios de famosos: Cuando se publica en medios historias sobre el suicidio de una celebridad, hay un efecto dominó en la comunidad, conocido como el efecto Werther que explica cómo contribuye la cobertura periodística de suicidios en la sociedad. El sociólogo David Phillips publicó en 1974 un artículo donde dice que el suicidio puede ser contagioso. Para su estudio tomó todas los suicidios reportados en portada del New York Times entre 1948 y 1967 y encontró que había 33 portadas que trataban este tema y que después de la publicación de estas notas habían picos de suicidio en Estados Unidos. Entre sus muestras tomó la mediatización del caso de Marylin Monroe. A partir de estudios como estos y otros acontecimientos se han hecho reflexiones sobre la cobertura del suicidio que han guiado a los periodistas a tomar decisiones profesionales frente a esta realidad. Para conocer más sobre cómo cubrir el suicidio visita nuestro Consultorio Ético.
2. Los cambios del rol del periodista en crisis de salud pública.
Los cambios de percepción del periodista y el impacto de estos en su trabajo durante momentos de crisis ha sido otro de objeto de estudio de la ciencia, según Dáguer.
La Vrije Universiteit de Amsterdam publicó en 2017 los resultados de un estudio realizado por medio de entrevistas a 22 periodistas finlandeses y alemanes que habían cubierto crisis de salud pública en sus países. El estudio reconoció que hay ciertos atributos que se mantienen en épocas normales así como en crisis: el deber de divulgar, el papel de perro guardián y la función de ser intérprete de la realidad.
También identificaron que hay tres formas en las que el periodista cambia. Primero, se siente llamado a movilizar a la sociedad hacia la prevención y comienza a proliferar el periodismo preventivo, manifiesta sentimientos de compasión para ayudar a las personas. Asume las garantías de cómo clasificar el riesgo, intenta enseñarle a la población los niveles de riesgo y su conducta de perro guardián se prolifera y se vuelve cooperador a las actualidad.
3. La deficiente cuantificación de riesgos y beneficios de los tratamientos
“El periodismo pudo ser perjudicial para la salud según estudios que analizan las notas periodísticas dedicadas a describir los beneficios o riesgos de tratamientos de salud”, dice Dáguer. Según un estudio publicado, en 2011, en Columbia Journalism Review, 70% de las historias no cuantifican adecuadamente los daños de las intervenciones sobre las que informan y al contar los beneficios se quedan en anécdotas.
En la cobertura de tratamiento, como encontró en su lectura Dáguer, los periodistas, en vez de contar los datos estadísticos significativos, hacen una búsqueda deliberada de los casos excepcionales para contar una historia del tipo “el hombre que muerde al perro”. “Los estudios han demostrado que las noticias de atención médica a menudo exageran los beneficios y minimizan los daños o riesgos”, citó Dáguer a HealthNewsReview.org.
En 2016, PLoS Med publicó un un estudio de caso de cómo los medios de comunicación ayudan a enfermar a las personas. Este consistía en un análisis de 33 historias publicadas sobre el síndrome de las piernas inquietas durante un período de dos años en EEUU. La observación encontró que solo una historia cuantificó un beneficio para el primer medicamento aprobado por la FDA para esta afección y que la mitad de las historias se basaban en anécdotas de personas que toman el medicamento y presentaban una mejora sustancial, mientras que solo 15 mencionaron el medicamento y, de estas, cinco informaron algo sobre los efectos secundarios y solo una cuantificó el riesgo de daño.
Este estudio sugirió que en lugar de hablar anécdotas no representativas en tono de curas milagrosas, los periodistas deben ayudar a los lectores a comprender qué tan bien funciona el tratamiento y responder, por ejemplo, qué probabilidades hay de mejora con el tratamiento, qué pasa si no se toma, qué efectos podría causar.
Dáguer recomienda que al informar sobre el impacto de tratamientos es importante seguirle la pista al dinero. En un artículo sobre la cobertura de los medios de comunicación de los beneficios y riesgos de los medicamentos, el The New England Journal of Medicine sugiere a los periodistas buscar la evidencia por medio de las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la magnitud del beneficio y a qué grupos de pacientes se puede ayudar?
- ¿Cuáles son los riesgos y costos asociados?
- ¿Cuáles son los posibles vínculos entre las fuentes de información y los fabricante, o aquellos que promueven la terapia?
Según Dáguer, esta recopilación de perspectivas sobre el periodismo de salud desde la literatura científica sobre cómo el trabajo de los periodistas puede afectar a las personas es un punto de encuentro entre dos formas de narrativa: el deseo del periodista de querer salvar el mundo y el de contar historias poéticas.
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Sobre el taller El sistema de Salud en Colombia: desafíos de la cobertura periodística
Es convocado FNPI - Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano- y Coosalud. Se realiza en Cartagena de Indias, Colombia, del jueves 29 de noviembre al domingo 2 de diciembre de 2018 con la participación de 25 periodistas de salud provenientes de 15 ciudades de Colombia. La actividad contó con la dirección de Carlos Francisco Fernández, asesor médico de El Tiempo, y las intervenciones de Iván Darío González, viceministro de Salud; Fabio Aristizábal, superintendente nacional de Salud; Pablo Correa, editor de temas ambientales, salud y ciencia de El Espectador; Carlos Daguer, exasesor de comunicaciones del Ministerio de Salud; Gilberto Barón, economista y asesor del Ministerio de Salud; Julio César Castellanos, director del Hospital Universitario San Ignacio; y Elisa Torrenegra, directora de Gestarsalud.