Irina Bokova, Directora General de la Unesco, logró este año el relanzamiento de El Correo de la Unesco, revista que había sido interrumpida desde hace cinco años por razones presupuestarias.
Gracias a la financiación de la República Popular China, esta revista de frecuencia trimestral estará disponible en siete idiomas: árabe, chino, español, francés, inglés portugués y ruso. La suscripción a la versión digital es gratuita y sencilla: bastan unos pocos clics para acceder a ella.
Desde su fundación en 1948, El Correo de la UNESCO ha defendido el ideario de una humanidad agrupada en su diversidad, unida en torno a valores universales y derechos fundamentales, y vigorizada por la riqueza de sus culturas, conocimientos y realizaciones.
La segunda edición desde su relanzamiento, correspondiente al trimestre julio-septiembre, está dedicada al rol fundamental de los medios de comunicación como portadores de la verdad, en la actual coyuntura plagada de mentiras que vive el mundo entero.
“En la era de la ‘posverdad’ la función de la Unesco cobra más importancia que nunca. Este nuevo número de El Correo nos ofrece una excelente ocasión para reafirmar nuestro compromiso fundacional de apoyar la información y la comunicación a fin construir la paz en las mentes de los hombres y las mujeres”, afirma en la editorial Irina Bokova, directora de la entidad.
La edición cuenta con excelentes artículos escritos por autores como Aidan P. White, director general de Ethical Journalism Network (La Red de Periodismo Ético); o Carlos Dada, periodista salvadoreño, ganador del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2016 por su trabajo en El Faro.
Para superar la crisis del periodismo, otros de los columnistas invitados proponen descontaminar el campo mediático, hoy atacado por todo tipo de “mentiras”, “hechos alternativos” o “noticias falsas”. Pero el debate sobre esta crisis va aún más lejos, pues pone de relieve diferentes puntos de vista, incluso divergentes, sobre los roles respectivos y a veces entrelazados de los medios tradicionales y las nuevas tecnologías de la comunicación; cuestiona la ética y la educación; se interesa por los nuevos modelos económicos; busca formas que permitan a los medios recuperar su función esencial de contrapoder y vuelvan a convertirse en garantes del buen funcionamiento de la democracia.