Entrevista.
Bióloga de formación, y autora del libro ‘La Salud En Los Medios’, la escritora argentina Roxana Tabakman es una eminencia en cuanto a periodismo de salud se trata.
Por eso estuvo invitada a Cartagena de Indias como parte del jurado calificador de la quinta versión del Premio Roche de Periodismo en Salud, que dio a conocer recientemente el listado de finalistas en las categorías de Periodismo Escrito, Televisión y Video.
Como bióloga graduada de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Roxana integró el laboratorio de Neuroquímica de la Fundación Campomar (hoy instituto Leloir) de Buenos Aires. Ha publicado artículos en La Nación y Pagina 12 de Argentina, La Vanguardia de Barcelona y la revista Perspectivas de la OPAS. Durante nueve años fue editora de la sección Medicina de la Revista Noticias. Ha sido galardonada varios premios, entre ellos el Premio Longines al Periodismo Destacado.
“Lo esencial para el periodismo es la curiosidad. El resto son técnicas que se van aprendiendo, pero la curiosidad es lo esencial”, dice Roxana en la entrevista concedida al Blog de Periodismo de Salud de la FNPI, a propósito de su visita a Cartagena.
Usted, siendo bióloga de formación, ¿cómo llega al periodismo?
Es un largo camino. La verdad a mí la ciencia me gustaba porque era curiosa, pero la práctica de laboratorio es bastante rutinaria. Yo creo que no era lo suficientemente obsesiva como para ser capaz de hacer un mismo experimento todos los días y que me saliera igual. Entonces al pasar a hacer divulgación periodística tuve que hacer unos cambios mentales. Empecé por divulgación científica en general. Después pasé al periodismo científico y me llamaron para trabajar en una revista que se llama Noticias de Argentina donde querían que fuera editora de salud. A partir de ahí me enfoqué bastante en el periodismo de salud.
¿Cuáles cree que son las ventajas y las desventajas que pude tener una persona que llega al periodismo con una formación científica o médica previa?
Lo esencial para el periodismo es la curiosidad. El resto son técnicas que se van aprendiendo, pero la curiosidad es lo esencial. Creo que los dos caminos son válidos. Si cada camino acepta su formación, es decir que al periodista no le enseñan ciencia y al médico no le enseñan a comunicar. Ambos pueden tratar de informarse y formarse, entonces es válido poder hacer este trabajo viniendo desde ambas orillas.
¿Cuál es la propuesta de su libro ‘La salud en los medios’, pues habla de la relación médico – periodista - paciente?… ¿Es difícil tratar de unir todos esos lenguajes?
En el periodismo de salud trabajan juntos de la misma manera periodistas y médicos. Es un matrimonio de conveniencia. Porque a los médicos no les gustan los periodistas, pero tienen que quedar bien con ellos porque les gusta salir. Y a los periodistas no les gusta trabajar con médicos porque quieren dirigir las notas y verlas antes de que sean editadas.
Lo que yo intento con el libro es que se conozcan mejor esos dos mundos. Para darte un ejemplo: noticia para un periodista es lo último que sucedió. En cambio para un médico que apoya el método científico, hasta que algo no esté confirmado, no merece ser divulgado. Entonces hay peleas, discusiones en el tema del lenguaje, porque los médicos quieren ser precisos. Muchas veces hablan para que sus colegas no los critiquen y nadie los entiende. Pero el periodista lo que busca es la claridad, no la precisión. Entonces hay muchos roces cuando trabajamos juntos.
Con mi libro busco mostrarle a los médicos cómo es el mundo del periodismo, cuáles son sus valores, preocupaciones, qué le interesa, qué no, cuáles son sus puntos débiles. Y lo mismo al contrario: mostrar al periodista cómo es el método científico, qué es noticia, qué se puede divulgar, qué no, qué conclusiones se pueden sacar de las afirmaciones. Qué es un experimento, qué es un avance, qué es una publicidad encubierta. También hablo de las otras fuentes: de los pacientes, de los famosos que hablan de enfermedades a veces de forma altruista, otras veces no; de los pacientes que a veces son un elemento de marketing y otras veces son grupos de pacientes interesados en todas las trampitas que hay en la cobertura.
¿Cree que el periodismo de salud puede ser vulnerable a las noticias falsas?
Todos los temas son vulnerables, porque las noticias negativas generan mucha exageración y el miedo vende. Con las noticias positivas en salud pasa algo muy curioso: la gente está acostumbrada a buscar tranquilidad en el médico. Como los periodistas entrevistan al médico, buscan transmitir tranquilidad, escuchar que todo está bien, que todo se sabe. Eso es muy loco porque, por un lado, los medios buscan alarmar exagerando afirmaciones. Pero por el otro tratan de mostrar que cuentan con las respuestas a todas las preguntas, a pesar de que la ciencia se renueva cada día sobre sus propios errores.
¿Cree que el periodismo de salud está sufriendo de alguna enfermedad?
Tenemos la crisis de los medios que afecta todo el planeta. Tenemos la crisis de los países que afecta gran parte de los países de América Latina, donde las empresas cierran y despiden a sus equipos, sobre todo en las empresas de comunicación… Internet, por ejemplo, aumenta nuestras posibilidades de divulgación, pero no de ingresos, porque divulgar es fácil, ganar es difícil. Eso atenta contra la calidad.
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