La beca Michael Jacobs de crónica viajera cerró su tercera edición en el pasado Hay Festival Cartagena. Además de anunciar el nombre del ganador (el español Diego Cobo), se realizó una charla sobre el tema en la que participaron Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-; Daniel Samper Pizano, jurado de la beca; y Federico Bianchini, ganador en 2016.
Fue una hora para dialogar sobre el estado de la crónica de viajes en Hispanoamérica a partir de los casi 500 trabajos postulados en estos tres años. Además, Bianchini contó su experiencia reporteando y escribiendo Antártida, 25 días encerrado en el hielo, libro que publicó como resultado de este estímulo.
Qué es la crónica viajera
Samper Pizano reveló una preocupación que queda entre los jurados cada año: “recibimos muy pocos proyectos que puedan considerarse crónica de viajes”. Estas fueron algunas ideas que surgieron sobre cómo entender este género:
-La crónica viajera implica tres cosas: necesaria pero no suficientemente el viaje, una mirada y un tema: Federico Bianchini.
-Es periodismo, no es una nota turística que se califica de 1 a 5: Daniel Samper Pizano.
-Los libros de viajes no solo tratan de geografía, tratan de personas en sitios y sitios con personas: Daniel Samper Pizano.
-En la crónica viajera la mirada es importante. No hay crónica viajera sin mirar: Federico Bianchini.
-Son historias que no se pueden contar sin viajar pero que deben tener un norte: Daniel Samper Pizano.
Como una obra que reúne todos estos ingredientes, Jaime Abello hizo referencia a El ladrón de recuerdos, el último libro que escribió Michael Jacobs sobre su travesía por el río Magdalena. “Es un libro capaz de indagar y hacer preguntas importantes sobre la condición humana”, aseguró Abello.
La experiencia del ganador
El cronista argentino Federico Bianchini contó cómo desarrolló su crónica sobre la Antártida. Todo empezó cuando viajó a este lugar en 2014, con el fin de escribir un artículo sobre ciencia para la revista Anfibia.
Su idea inicial era quedarse 10 días y entrevistar a los científicos y militares que viven hasta 14 meses en ese lugar. Sin embargo, las dificultades del clima lo obligaron a quedarse casi un mes en un continente “donde no hay moda, dinero ni llaves. Donde el frío, contrario a lo que pueda pensarse, se disfruta”.
Durante ese tiempo identificó una interacción muy particular entre esas 80 personas que vivían ahí: “se tratan como si se conocieran desde siempre. Ante las condiciones extremas, en la Antártida las relaciones humanas son muy cercanas”.
En su libro, Bianchini se narra esa convivencia en condiciones extremas y a eso le agrega relatos sobre lo que ahí se investiga y lo cruza con su propia angustia al no poder salir de ahí. Como cualquier pieza con intenciones literarias, el autor se propuso contar una historia con tensión narrativa y sorpresas para el lector.
Para seguir incentivando el periodismo de viajes en Hispanoamérica, la FNPI y el Hay Festival, con el apoyo de Francis Jacobs, hermano de Michael, realizarán talleres y conferencias sobre el tema en diferentes festivales de la región.