El portal de Columbia Journalism Review (CJR) ha publicado un artículo en el que recopila lo que, a juicio de uno de sus redactores, fueron los peores errores periodísticos del año que termina.
Aunque el portal de una de las escuelas de periodismo más reconocidas del mundo cuenta con una sección especial llamada Dardos y Laureles, dedicada a consignar los fallos publicados por distintos medios de comunicación, el artículo de David Uberti destaca lo peor de lo peor registrado en 2014, con el propósito de que no esos bulos no caigan en el olvido y se repitan.
1. ¿Una violación que no fue? En noviembre, la revista Rolling Stone, reconocida por sus reseñas musicales y artículos culturales, publicó un extenso artículo que se convirtió en tema de debate nacional: una joven estudiante de la Universidad de Virginia había sido violada por siete hombres en las instalaciones del campus. Sin embargo, a las dos semanas de su publicación, la mayoría de señalamientos hechos en el artículo tuvieron que ser desmentidos.
Se comprobó que Sabrina Rubin Erdely, la periodista autora de la investigación, nunca contactó a los supuestos violadores, ni a personas cercanas a ellos que fueron señaladas de defenderlos. El Washington Post confirmó posteriormente que la historia de “Jackie”, la joven supuestamente violada, no coincidía con la de sus amigos que también estuvieron con ella en el día de los hechos.
Tales contradicciones llevaron a la revista Rolling Stone a publicar una aclaración en su página web donde se lee: “Al conocer nueva información, parece haber discrepancias con la historia de Jackie, y hemos llegado a la conclusión de que nuestra confianza fue sobrepasada”.
2. Estamos al aire. El artículo de Uberti resalta los errores al aire del presentador de CNN Don Lemon, quien durante la transmisión de una entrevista en vivo con una supuesta víctima de violación en el caso contra el comediante Bill Cosby, dijo “usted sabe, hay formas de no llevar a cabo sexo oral cuando usted no quiere hacerlo… es decir, usando los dientes, ¿cierto?”…
Como si esto fuera poco, el mismo presentador cometió el error de preguntarle a los analistas que lo acompañaban durante la cobertura de la desaparición del vuelo 370 de Malaysia Airlines, si la teoría de que el avión fuera tragado por un agujero negro era posible. “Sé que es ilógico, ¿pero es ilógico?”, dijo…
Entre otros de los desatinos al aire de Lemon figuran el haber comparado el maltrato infantil con el entrenamiento para perros; o describir una escena durante las violentas confrontaciones raciales en Ferguson diciendo “obviamente, hay un olor a marihuana en el aire”.
3. Si vas a África, entrevista a los africanos. El tercer error periodístico resaltado por Uberti corresponde al programa 60 Minutos de la cadena CBS, que emitió el reportaje “The Ébola Hot Zone“, donde se retrató cómo se combate el virus del ébola en Liberia.
¿Pero cuál fue el error?, pues que la reportera Lara Logan no entrevistó a una sola persona africana en todo su trabajo. Visitó un centro médico y habló con doctores, enfermeras, virólogos y especialistas en enfermedades infecciosas, pero todos ellos norteamericanos.
4. Mejor toma las escaleras. Otro de los casos resaltados por Uberti involucra también la presentación de noticias en vivo por televisión, en este caso con el canal Fox News. Al informar sobre la historia de Ray Rice, un jugador de fútbol americano profesional, que fue grabado golpeando a su prometida en un ascensor, uno de los presentadores del programa soltó esta perla: “Creo que el mensaje es, mejor toma las escaleras”, a lo que uno de sus compañeros de set complementó terriblemente añadiendo “Creo que el mensaje es mejor, cuando vayas en un ascensor, ten en cuenta que puede haber una cámara ahí”. Al día siguiente, el canal pidió disculpas.
5. Una historia que no fue. Finalmente, Uberti pide no olvidar la lección que deja uno de los más sonados errores periodísticos del año. La entrevista que el New York magazine le hizo a Mohammed Islam, un joven de 17 años que invitó a la reportera Jessica Pressler a un almuerzo donde abundó el caviar para contarle cómo había logrado amasar 72 millones de dólares jugando en la Bolsa de Valores.
La historia resultó ser falsa, y la periodista tuvo que reconocer que no había contrastado fuentes para la elaboración de la misma, y confirmar así antes si Islam era el multimillonario que se ufanaba de ser.
El artículo (en inglés) reseña otros errores más que puede conocer aquí.
“Los errores noticiosos suelen tener una corta vida. Son sacados a la luz por ojos vigilantes, alimentados por las redes sociales, y olas de indignación empiezan a levantarse. Pero luego de un breve periodo de indignación, empiezan a desaparecer y pierden vigencia en el mar de constante expansión que es el contenido digital”, concluye David Uberti, autor de la nota.