Siento que la palabra “presunto” se ha convertido en una muletilla para los periodistas, sin entender su significado. ¿Podría darnos algunas luces sobre cómo usarla correctamente?
Jorge Conde
Redactor freelance
Alicante, España
R.-Entre los usos sanos de esta palabra está el de su connotación de presunción de inocencia.
En efecto, si no ha habido sentencia condenatoria, toda persona debe presumirse inocente: esto, además de ser un mandato legal en muchos países ( en Colombia, por ejemplo) es un acto de justicia.
El adjetivo “presunto” también es una muletilla aconsejada por la necesidad de seguridad del periodista cuando se temen problemas legales, o las reacciones violentas de grupos delincuenciales dispuestos a silenciar la información periodística. Es el caso de los narcotraficantes que, a pesar de ser conocidos y reconocidos como agentes del negocio de las drogas amenazan y atentan contra los periodistas que denuncian su actividad.
En este caso el “presunto narcotraficante” no es fórmula judicial, sino expresión cautelosa para prevenir reacciones violentas de narcos quisquillosos.
El abuso de este adjetivo, sin embargo, puede inducir aconfusión, si no a desinformación, a los receptores de la información quienes, no obstante las evidencias, encuentran en el medio de comunicación una información en contrario.
En algunos medios, en vez de acudiral ambíguo “presunto” se publican estas noticias sin firma y se tiene el cuidado de afirmar: “fulano de tal, comúnmente reconocido como miemvbro del grupo tal…” o “N.N. conocido como narcotraficante”. Son recursos con los que se busca preservar la seguridad del periodista y, sobre todo, la exactitud de la información debida a la audiencia.
Documentación
El derecho a la presunción de inocencia, protege cuatro valores fundamentales:
Primero protege la dignidad personal y de todos los hombres .Dignidad que está unida inseparablemente al derecho a la libertad en su dimensión social. La presunción de inocencia protege esa peculiar dimensión social de la dignidad humana que es la confianza.
Segundo, Protege el honor personal y familiar. También aquí el valor fundamental del que hay que partir es la dignidad de la persona humana que se divide en un doble plano: se protege con la presunción de inocencia el honor como crédito moral, entendido como crédito moral inherente a la naturaleza humana.
Del otro lado se protege también el honor común dignidad moral del hombre , una dignidad progresiva pero siempre operativa y diferenciada entre cada hombre.
Tercero, preserva también la autoridad necesaria para poder administrar justicia con serenidad, con la imparcialidad requerida, con la independencia que reclama la realización de la justicia.
La presunción de inocencia se funda finalmente en el valor de la realización de la justicia. Existe este principio precisamente para que pueda realizarse la justicia. En este sentido es compatible la presunción de inocencia con algunas limitaciones que pueden imponerse al sospechoso como la prisión preventiva o las fianzas que aseguran su libertad condicional.
Carlos Soria: La ética de las palabras modestas. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, 1997.Página 97, 98.
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