Durante los últimos meses ha tomado fuerza en Twitter la tendencia #GamerGate, la cual ha sido usada para debatir respecto a distintas causas relacionadas con la industria de los videojuegos. Sin embargo, ¿cuál es su verdadero origen y propósito?
“El GamerGate es la respuesta de los consumidores a la corrupción existente en la industria de los videojuegos. Somos solo personas que queremos integridad por parte de quienes informan sobre videojuegos”, dijo Jennie Bharaj, youtuber y gamer en entrevista concedida al Huffington Post.
Pero al debate sobre el GamerGate se han sumado recientemente grupos feministas que acusan a las empresas desarrolladoras de ser misóginas y de usar la figura de la mujer solamente como un objeto sexual meramente decorativo en los juegos. Adicionalmente, se acusa a estas empresas de emplear mayoritariamente hombres y de producir juegos en su mayoría dirigidos al público masculino.
Sin embargo, ese no es el origen del GamerGate, tal y como lo demuestra esta línea de tiempo que se remonta hasta el 2002 rastreando el origen de la corrupción por parte de los periodistas dedicados a reseñar videojuegos. Otro recurso valioso para entender la discusión es esta colección de enlaces sobre el tema publicada en Reddit.
“Buscando impulsar comercialmente un producto con notorio patrocinio, muchos periodistas que hacen parte de importantes páginas de videojuegos resultan con una visión totalmente parcializada, básicamente enfocada en hablar bien del juego porque el cliente es el que paga… Si el análisis de un videojuego depende de un acuerdo con el publisher, la labor del periodista se convierte en algo irrelevante. De nada serviría recorrer un juego y dar una opinión sincera si al final solo importa el simple número con el cual se le califique, otro sistema que no tiene sentido”, afirma César Núñez, editor del portal Egamers.com, consultado por la Red Ética Segura.
Pero, si las fallas éticas de los periodistas que cubren videojuegos son tan viejas como la industria de los videojuegos, ¿por qué tanto interés por el tema ahora?
Tal y como bien lo explica un artículo publicado por CNN, la controversia comenzó con la publicación de acusaciones personales hacia la diseñadora independiente de videojuegos Zoe Quinn por parte de su exnovio, Eron Gjoni. Gjoni acusó a Quinn en su blog de acostarse con un periodista del portal Kotaku, a cambio de publicidad para su reciente juego, Depression Quest, lanzado el 11 de agosto de 2014.
El episodio se convirtió en detonante para el descontento expresado por parte de la comunidad gamer en relación a la integridad periodística de varios periodistas, que creció al descubrirse que algunos recibían favores y otros beneficios por parte de los desarrolladores sobre los que informaban.
Integridad periodística
A pesar de que en el Consultorio Ético de la FNPI no hemos recibido preguntas específicamente sobre el GamerGate, sí hemos respondido durante años numerosas inquietudes relacionadas con los favores que los periodistas pueden recibir a cambio de publicar información positiva sobre un tema.
“La independencia es un elemento imprescindible para hacer periodismo. O visto desde otro ángulo, los atentados contra la independencia del periodista a través de regalos y privilegios, son numerosos y frecuentes porque constituyen un mecanismo eficaz para ejercer control sobre la información y condicionarla de acuerdo con los intereses de alguna persona o institución”, afirma el maestro Javier Darío Restrepo en una de sus respuestas.
Sobre el conflicto de intereses que representa el recibir regalos o favores a cambio de publicar información favorable para una fuente, realizamos recientemente un tuitdebate en el que participaron decenas de periodistas de toda Iberoamérica.
“Como parte del periodismo de videojuegos, pienso que en la gran mayoría de casos debemos aconsejar al jugador, no implantarle en el cerebro un punto de vista… La verdad es que no todos los títulos son buenos, pero la opinión de un periodista no tiene por qué bajar el ánimo de compra o elevarlo injustificadamente cuando es el jugador quien decide al final. Todos los portales deberían acabar con el sistema de calificación por puntaje, y podríamos optar por bajarle al ataque o la extrema aclamación de un lanzamiento”, añade César Núñez, de Egamers.com
En 1975 la AJRAP, Asociación de Jefes de Redacción de la Associated Press, adoptó un código en el que se lee: “no deben aceptar bienes de valor de las fuentes informativas o de otras personas, ajenas a la profesión. No deben aceptarse obsequios, ni viajes, agasajos, productos o alojamiento gratuitos o a precio reducido. Los gastos relacionados con la tarea periodística deben ser pagados por el periódico. Deben evitarse los privilegios especiales y el tratamiento especial para los miembros de la prensa.” Creemos que este mismo principio es válido para los periodistas dedicados a cubrir videojuegos, cine, restaurantes o cualquier otra fuente especializada.