Nos encontramos recientemente con un bien fundamentado artículo escrito por Craig Silverman, profesor del Institutyo Poynter, donde describe 4 tipos de periodistas que plagian información para hacer su trabajo.
El artículo fue motivado por la historia de Jon Flatland y Steve Jeffrey, dos periodistas de quienes se descubrió que copiaban textos completos de otros columnistas para publicarlos sin darles el respectivo crédito en sus propias publicaciones.
Por considerarlo de interés para nuestros lectores, traducimos la reflexión de Silverman a continuación:
¿Es simple coincidencia que dos periodistas que trabajaban en altos cargos editoriales en dos países diferentes hayan plagiado columnas de humor? ¿Es también coincidencia que ambos hayan sido desenmascarados con apenas unas semanas de diferencia?
Estamos experimentando un extraordinario momento del plagio en el periodismo, gracias al reciente descubrimiento de Jon Flatland y Steve Jeffrey como plagiadores en serie. (Aunque negaron los cargos, la evidencia fue avasalladora)
Hay algunas coincidencias en la naturaleza de su error. Quizá estas similitudes sean pistas que nos ayuden a entender las características de una nueva forma de plagio:
1. Ambos trabajaban en publicaciones que tenían una presencia mínima en internet. Se enfocaban en lo impreso.
2. Ambos trabajaban en publicaciones de pequeñas comunidades que no atraían la atención nacional o estatal.
3. Ambos estaban en posiciones de liderazgo al haber plagiado.
¿Estas tendencias trascienden a Flatland y Jeffrey? Es difícil de decir.
Ha habido muchos plagiadores en publicaciones de internet y en grandes publicaciones nacionales e internacionales. Muchos de ellos, jóvenes reporteros que han sido descubiertos robando.
Dicho esto, hay algo en el caso de Flatland y Jeffrey que me llama la atención. Sus transgresiones me recordaron la historia de Mark Williams, un plagiador en serie que trabajaba para el Boletín, una pequeña publicación en el condado de Montgomery, Texas. Luego de haber sido descubierto por Jody Rosen del Slate, el periódico fue cerrado.
También me recordó el caso de Cooks Sourse, una pequeña publicación de recetas de cocina que fue clausurada luego de que se le acusara de rampante violación de derechos de autor. La editora pensó que cualquier contenido de internet podía ser copiado si a ella le parecía. Lo mismo aconteció con el Reader Magazine en California.
Estos son ejemplos de un tipo de plagiador.
¿Resulta útil – y ético – utilizar incidentes previos para crear perfiles de plagiadores? Yo creo que sí. Al revisar a los plagiadores en serie, algunos de ellos comparten características y tendencias.
En un intento para delinear patrones, y gracias a la inspiración de Matt Thompson, aquí están los cuatro tipos de periodistas plagiadores en serie.
1. El Principiante
Ejemplos: Mark Mitchell, Hailey Mac Arthur
Atributos: Estudiantes de periodismo que adoptan el plagio como parte de su rutina de trabajo. Mitchell fue un plagiador en serie en su periódico estudiantil, mientras que Mac Arthur fue un estudiante que plagió durante su práctica profesional en The Gazette de Colorado Springs. En un incidente similar el año pasado, un columnista anónimo del Technician de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, plagió todas las 10 columnas que escribió para el periódico. Todos empezaron temprano y plagiaban a menudo.
Comentario: Es posible que estos plagiadores principiantes genuinamente no entendían cómo citar y el problema ético que implica. Esto no es una excusa, pero vale la pena tenerlo en cuenta. Si no fuera así, podrían compartir clasificación con el Dinosaurio (que describiré más adelante).
2. El Entusiasta
Ejemplos: Kendra Marr, Jayson Blair
Atributos: Jóvenes y ambiciosos reporteros que usan el plagio para cumplir con una fuerte carga de trabajo o un tema complicado. También es posible que, como en el caso de Jayson Blair, donde había asuntos en su trabajo de mayor interés.
Comentario: La reacción a este tipo de plagio puede ser amplia. En el caso de Marr, había un elemento de compasión entre los editores de Politico. La nota del editor anunciado la renuncia de ella mostraba que todavía le tenían cariño a la chica y a su trabajo: “Marr es una amiga y colega que ha producido trabajo extraordinario aquí y en otros lugares”. Claro que, éste no fue el caso de Blair, cuyos plagios fueron mucho peores, más frecuentes, y también incluían invenciones.
Este tipo de plagiador es, de todos, el más desconcertante porque nos lleva a una pregunta difícil: ¿Es el plagio causado por las demandas del rápido periodismo de internet? ¿A una falta de la educación apropiada sobre las fuentes y cómo citar? ¿O hay algunos destinados a cometer estas faltas, a pesar de la carrera profesional que eligieron? En otras palabras, ¿los plagiadores nacen o se hacen?
3. Los que tienen la mente en blanco
Ejemplos: Hiroshi Kobayashi, Johann Hari, Steven King
Atributos: Columnistas de opinion que carecen de ideas originales o que acuden al plagio cuando se quedan sin material. (También aquí hay coincidencias con el Dinosaurio, descrito más abajo). Ellos toman ideas y párrafos de cualquier lado y los hacen pasar como si fueran propios. Ese fue el error de Kobayashi, quien confesó “haber copiado al menos 15 editoriales de otros periódicos cuando no podía pensar en qué escribir para su propio periódico”.
Comentario: Oh, la ironía de que a alguien le paguen por el valor y la originalidad de sus opiniones mientras que roba las palabras e ideas de otros. La confesión de Kobayashi al decir que se quedó sin ideas no es algo que estemos acostumbrados a oír. Luego de que renunciara, King, un antiguo consejero político en Irlanda del Norte, ofreció una lista de excusas: “La presión del trabajo; un matrimonio que una vez fue fantástico y casi ahora casi me lleva a la locura; la muerte de un amigo que es extremadamente difícil de aceptar”.
Es cierto que hay factores que contribuyen a toda clase de malas acciones. Pero robar por tener la mente en blanco no es la forma de hacer tu trabajo.
4. El Dinosaurio
Ejemplos: Jon Flatland, Steve Jeffrey
Atributos: Son los periodistas de la escuela clásica que trabajan para medios impresos y parecen no entender internet y cómo ha ayudado a descubrir palabras robadas. Suelen trabajar en pequeños periódicos comunitarios sin una fuerte presencia en internet. Sus plagios son tan frecuentes como descarados. Y probablemente lo han venido haciendo por años.
Comentario: En el caso de Jeffrey, él parecía no entender la ética de los derechos de autor y de citar correctamente, según le dijo al Calgary Herald, “use artículos como inspiración, pero pensé que había cambiado el contenido lo suficiente como para que no se notara”.
Reflexión final
Todo plagiador en serie, sin importar su tipo, es un problema serio. Pero no todos tienen el mismo futuro en el periodismo. Los de “Mente en Blanco” son una minoría de los periodistas que se enfocan en periodismo de opinión. Los dinosaurios se extinguirán.
En particular me preocupan los Principiantes y los Entusiastas. Estos jóvenes plagiadores representan el futuro del ladrón periodístico. Las escuelas de periodismo y las salas de redacción deben encontrar mejores formas de identificar a los plagiadores tempranamente y enseñarles el camino correcto antes de que causen desastres en los medios donde trabajan.
Siga a Silverman en Twitter como @CraigSilverman