Durante la segunda sesión del taller ‘Claves para informar (y generar conversaciones) sobre cambio climático’, en el que participan 18 periodistas de América Latina, el director de expediciones en Oceana, Ricardo Aguilar, reflexionó sobre la importancia de investigar y contar más historias sobre la riqueza y diversidad del mundo marino, importante sumidero de dióxido de carbono (CO2) e indispensable para el bienestar de la humanidad. Según él, estos son algunos de los retos más significativos para los periodistas ambientales y medios de comunicación:
1. Salir de la superficie
La mayoría de las historias periodísticas se quedan en “la epidermis del mar”, dice Aguilar, dejando de lado la vasta diversidad de especies y hábitats del mundo marino. Según el investigador, los océanos tienen una profundidad media de más de 3.600 metros, pero casi todos los trabajos se concentran en los primeros 50. Por eso, cree él, es más fácil informar sobre animales que salen a la superficie y nos resultan visualmente conocidos, como las ballenas, delfines, tortugas o tiburones, y no sobre cocolitóforos o braquiópodos.
Aguilar sugiere una doble tarea pedagógica: expandir la mirada dentro de las salas de redacción y con las audiencias para que los temas menos atractivos o aparentemente poco interesantes se hagan camino. “Los investigadores muchas veces empleamos terminología terrestre, como ‘bosques marinos’, ‘liebres de mar’ o ‘estrellas plumosas’ para acercarlos a audiencias no especializadas (…) porque al final todos los humanos necesitamos tener algunos pilares de referencia de los que agarrarnos para entender mejor la información”, señala el investigador. ¡La selva amazónica es indispensable para regular el clima del planeta, pero los manglares, las fanerógamas marinas, el plancton y los bosques de algas también lo son! Es una invitación a aprender más sobre ellos.
2. Aprender a usar la jerga científica
Como ocurre con otros campos de investigación, la jerga científica es compleja y puede contribuir a la desconexión. Acrónimos y siglas como IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), CCAMLR (Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos), ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), OSPAR (Convención para la Protección del Medio Ambiente Marino del Atlántico del Nordeste) o CBD (Convención sobre la Diversidad Biológica) hacen aún más difícil que las personas se interesen por comprender este campo. Como pueden cortar el hilo narrativo, hay que aprender a usarlas en su justa dimensión.
Sumado a esto, señala Aguilar, no hay suficiente apoyo visual (fotografías y videos) sobre las profundidades del mar para poder tejer esos lazos con más facilidad. “Los humanos somos animales terrestres y el mar nos resulta ajeno, incluso a veces agresivo, así que es complicado poder explicar estos problemas, pero hay que recordar que si no fuese por los océanos no habría vida en el planeta”, resume. “Es como respirar… no le damos importancia hasta que nos hace falta”. Pues lo mismo con la salud del mar.
3. Mirar más allá del corto plazo
“El mar vive en una simbiosis: tiene un matrimonio con la atmósfera para regular el clima del planeta”, explica Aguilar. La diferencia es que “la atmósfera es un gas y el mar un líquido. El líquido se tarda más en calentar, pero también en enfriar, así que cuando hablamos de los impactos del cambio climático en los océanos hay que pensar en décadas y siglos”. En otras palabras, el mar tarda un poco más en desarrollar los síntomas, pero la enfermedad es aguda. El periodismo, entonces, debe hacer esfuerzos por comprender los diversos efectos del cambio climático y las posibles soluciones que se están empleando para proteger y recuperar los océanos. Por ejemplo, algunos temas son: el incremento del nivel del mar, el cambio en la química de las aguas (acidificación) que puede llegar a generar mortandad masiva de corales, moluscos y esponjas, los cambios en los movimientos de las corrientes marinas o la migración de especies que viven en zonas tropicales hacia otras más polares.
El otro desafío, que a su vez es una oportunidad para el periodismo ambiental e investigativo, es la poca visión a largo plazo de los políticos y gobiernos de turno, cuyas propuestas muchas veces se limitan a cuatro u ocho años. “En el mejor de los casos se enfocan en las próximas elecciones para ser reelegidos (…) pero el periodismo puede generar conciencia en la opinión pública y esta a su vez presionar a los políticos”, dice Aguilar.
Sobre Ricardo Aguilar
Director de expediciones de Oceana en Europa, oficina de la que forma parte del equipo fundador. Ha sido director científico de esta organización y es un experto en medio marino. Anteriormente fue responsable de sostenibilidad de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem).
Participó en el equipo de Infoecologia.com, una iniciativa de comunicación ambiental online en los 90, y antes fue director de campañas de Greenpeace en Europa, organización de la que también fue director ejecutivo. Es una fuente de referencia en temas marinos para los periodistas ambientales españoles y recientemente ha sido elegido por Sachamama de EE.UU como uno de los 100 latinos más comprometidos frente al cambio climático.
Sobre el taller ‘Claves para informar (y generar conversaciones) sobre cambio climático’
El taller, convocado por la Fundación Gabo y CAF –banco de desarrollo de América Latina–, se desarrolla de forma virtual los días 22, 24, 29 de noviembre y 1 de diciembre de 2022, bajo la conducción de Arturo Larena (España), director de Medio Ambiente y Ciencia en la Agencia EFE. En la actividad participan 18 periodistas de América Latina.