Relatoría del ‘Taller de fotoperiodismo: un viaje de lo digital a lo análogo’, con Viviana Peretti
14 de Diciembre de 2021

Relatoría del ‘Taller de fotoperiodismo: un viaje de lo digital a lo análogo’, con Viviana Peretti

Cómo afinar la producción de series fotográficas con imágenes más complejas, con estéticas más potentes e historias más profundas: reflexiones y consejos que compartió la fotógrafa italiana durante el Festival Gabo Nº9.
La fotógrafa italiana Viviana Peretti.
Emmanuel Upegui

Durante el Festival Gabo Nº9, 20 fotoperiodistas de Iberoamérica emprendieron un viaje a través del concepto, la técnica y el potencial narrativo que tiene la fotografía en el mundo del periodismo o de la producción de contenidos de no ficción. Un recorrido lleno de claves y preguntas orientadas, siempre, a la construcción de imágenes más profundas y más complejas, con formas y estéticas atractivas y bien cuidadas, pero también capaces de desafiar la “historia única” que comúnmente sobrevive en el imaginario del público. 

Fueron tres días, del 18 al 20 de noviembre de 2021. Un espacio de dos horas diarias que sirvió para revisar el trabajo de referentes del fotoperiodismo mundial y de los mismos asistentes, con el objetivo de desafiar las rutinas bajo las cuales se construyen los relatos en imágenes. Una revisión de portafolios, una reflexión sobre lo que es la fotografía, un diálogo horizontal entre talleristas y la maestra, Viviana Peretti, a través del cual se llegaba al descubrimiento de vicios que podían llegar a determinar el resultado final del trabajo de campo.

Peretti, con relatos fotográficos que abarcan temáticas como las prácticas religiosas de New York, dinámicas de la población LGTBI+ en Colombia o, en un ejercicio más introspectivo, la exploración de sus raíces italianas en la ciudad de Roma o en las costas del Mediterráneo, insistió a los talleristas tener en mente, siempre, una pregunta: “¿Dónde estoy posicionado, física y políticamente hablando, al momento de tomar mis fotos?” .

Un viaje de lo digital a lo análogo

El recorrido de “lo digital a lo análogo” planteado en el título del taller, bien podría entenderse como un desplazamiento de adentro –del fotoperiodista– hacia afuera –la historia, su contexto y la forma en que se captura–. Peretti, en orden de sugerir las claves para alcanzar imágenes más complejas, ejecutó este movimiento a lo largo del taller y lo apuntaló con preguntas y sugerencias que desafiaron las lógicas preinstaladas del ejercicio de fotoreportería, que bien pudo ser previamente orientado por el trabajo diario al interior de medios masivos, o por la experiencia de vida del fotógrafo.

Mirarse: dejar que la historia te toque

“La invitación es a cuestionar todo el tiempo el trabajo que estamos haciendo”, comenta Peretti a los pocos minutos de abrir la primera sesión. Preguntarse a uno mismo qué tipo de imágenes se están construyendo, el por qué se está obturando y en dirección de qué, es uno de los primeros pasos para complejizar las historias que se están tejiendo. Estas preguntas son útiles para combatir aquellas acciones que de manera automática se ejecutan en campo y que pueden estar ligadas a una suerte de trabajo mínimo y limitado por el encargo. 

Por ello, encontrar el tiempo y la energía para ir más allá del registro es parte de los retos que los fotoperiodistas deben afrontar. Podría ser que ese mayor nivel de profundidad o aquel ángulo diferente y novedoso se encuentre a unos metros del lugar asignado o unos minutos después de que el evento haya concluido. ¿De dónde obtener la motivación para “recorrer la milla extra” cuando se está sujeto a ciertas condiciones o limitantes? Para la maestra, quien recoge aquí las ideas de la documentalista y escritora Marta Andreu, es necesario estar conectado con esa “pérdida nuestra” –de una persona o un lugar, por ejemplo– que empuja un interés especial, un compromiso quizá, con cierta temática o fenómeno social. 

Para ilustrar lo anterior, Viviana usa como ejemplo la serie del fotógrafo Fernando Brito titulada Tus pasos se perdieron con el paisaje. Él, desde su posición de fotorreportero en un periódico local en México para el que cubría el conflicto interno, logró conectar la temática con la molestia que le generaba la rapidez con la que las víctimas desaparecían de los medios. Con este esfuerzo, Fernando logró alcanzar niveles importantes de impacto en el público al poder ubicar su serie en festivales, galerías, museos y al ganar algunos premios internacionales.

Peretti también comparte tres claves útiles para “mirarse”, para conectar de manera emotiva y real con las historias a cubrir y así alcanzar niveles de profundidad y complejidad mayores en nuestras imágenes. 

  • Dejarse tocar por las historias: “La necesidad de dejarse tocar antes que tocar. Nosotros nos acercamos al otro, estamos tocando todo el tiempo. Ojalá ese acercamiento esté motivado por un dejarse tocar antes que todo. No ser simplemente alguien que llega a la vida de otro y que hace una foto simplemente porque me lo pidieron, porque me toca, sino porque me mueve.” 

  • Preguntarse: ¿dónde estoy parado? Una reflexión física pero también política: “Tomar fotos es cuestionar todo el tiempo el lugar en el cual estoy parado, dónde está mi cuerpo para tocar y dejarse tocar. Pero también donde estoy parado como ser humano con respecto al otro”.

  • Rechazar la historia única: “Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta que no existe ninguna historia única sobre ningún lugar, recuperamos una suerte de paraíso para los países desde los cuales estamos reporteando”. Aquí, Peretti cita a la escritora Chimamanda Ngonzi Adichie.

Mirar: más allá de lo obvio

En cada instante que pasa, millones de imágenes se producen en el mundo y son puestas en circulación en las redes sociales. Cuenta la maestra que, si se quisiera dedicar un segundo para revisar cada foto que se sube a Facebook, a Instagram y a Snapchat en un día, se necesitarían cerca de 39 años para terminar la tarea. “¿Por qué deberíamos nosotros como fotógrafos producir más imágenes con la misma naturaleza que las demás? ¿En qué se van a diferenciar mis imágenes de las otras? ¿Qué sentido tienen mis fotografías?”.

Para Peretti, la fotografía es un ejercicio de percepción, de interpretación y de evocación de la realidad. La literalidad en las imágenes, es decir, la captura del mundo tal cual es, no es un elemento que deba ser protagónico en las series que se produzcan. “Como fotógrafos tenemos la capacidad de determinar qué porción de mundo queremos que sea visto. Tomar una foto no es replicar, no es decir esto es lo que pasa porque en general todos tienen ojos y pueden descubrirlo por sí mismos”.

Parte de la clave entonces es crear imágenes que formulen preguntas. “Nuestras fotos no están para dar respuestas sino para hacer que se generen conversaciones. Nuestras imágenes deben generar cuestionamientos, ya sea sobre el poder, la fuerza pública, la vida en general”. 

Un ejemplo de lo mencionado es el trabajo del fotógrafo fallecido en Libia, Tim Hetherington, titulado Sleeping soldiers y publicado por la agencia Magnum. En esta serie, más allá de mostrar lo esperado sobre un grupo de soldados, es decir, los sujetos en el campo de batalla o armados, los retrata de una manera diferente, vulnerables, contando su historia desde otro ángulo. 

“Se debe rescatar en este ejemplo la habilidad del fotógrafo de ver más allá de lo que han vendido, del imaginario construido a través de diferentes medios, formatos y contenidos y que de alguna manera hace parte del mundo que se concibe”, complementa Peretti. 

Para ir más allá de lo obvio y llegar a esos elementos, situaciones o acciones que rompen con la realidad de las escenas, la maestra comparte varias sugerencias para tener en cuenta.

  • Cuando una foto no funciona, estoy parado donde no debo: “cambiar el punto de vista, cuestionar mi posición, a qué altura está mi cámara: ¿a la misma que el resto de personas?”. Para Viviana, tomar fotos es danzar con el sujeto y es moverse constantemente preguntándose en todo momento dónde debería estar con respecto a la acción, a la luz, a los sujetos y al espacio mismo.

  • Romper la distancia con el sujeto: al movimiento constante que el fotógrafo debe ejecutar para encontrar la fotografía, hay que sumarle el criterio de cercanía al sujeto. ¿Qué tan cerca o lejos estoy de la acción? Capturar el momento desde diferentes distancias posiblemente transforme la percepción que se tenía inicialmente del encuadre. “Al final, puede que tengas una mejor toma resultado del movimiento que la que pensabas originalmente.”

  • Tomar una foto es organizar el caos y darle fuerza: “El centro del cuadro es un punto muerto. El ojo navega empezando por los bordes; si ubicas el objeto en el centro, la visión del espectador ya no sabrá más que hacer en tu imagen. Mucho cuidado con los excesos de equilibrio, se puede aprovechar los extremos del encuadre”.

Capturar y narrar

Viviana Peretti hizo de la revisión de portafolios una lluvia de consejos útiles para la técnica de los fotoperiodistas. La reflexión en torno a las series presentadas permitió al grupo descubrir algunos detalles en su ejercicio de cobertura que no aportaban a la calidad, la estética y la profundidad de las historias. 

Manejo y selección de ópticas, escogencia de formatos, el porqué de los encuadres y hasta los mejores momentos del día para salir a hacer fotografía, hicieron parte de los descubrimientos y sus consecuentes reflexiones. A continuación, se comparte una serie de consideraciones mencionadas por la maestra:

  • El trabajo empieza antes de llegar al campo: es necesario investigar a fondo la historia, saber qué se ha hecho antes, para determinar la forma en la que se trabajará. Saber en qué espacio se estará y cuáles son sus condiciones de luz marcará la pauta para la escogencia de las ópticas.

  • En lo posible, priorizar lentes de focal fija frente a los conocidos como zoom: la mejor herramienta de acercamiento, de reencuadre y de cambio de posición son las piernas del fotógrafo. Los lentes variables impiden, de cierta forma, el cuestionarse dónde se está ubicado; y ante la eventualidad del cuestionamiento, se soluciona este con un movimiento de dedos. La cámara y su óptica deben transformarse en extensiones del cuerpo humano, muy complicado llegar a esto cuando el “ojo” modifica frecuentemente y antinaturalmente su campo de visión. 

  • Pensar en capas las composiciones de las fotografías: en un intento por complejizar las imágenes que se están trabajando, la maestra invita a descubrir y capturar los diferentes elementos que intervienen en la escena para posteriormente darles un orden en el encuadre, por ejemplo: una silueta en primer plano, una multitud en el segundo y la fachada de una iglesia en el tercero.  

  • Trabajar con prioridad apertura: optar por uno de los modos semiautomáticos que ofrecen las cámaras digitales no implica menos “profesionalismo” en la ejecución de la cobertura. En este sentido, la maestra invita a usar la cámara en prioridad apertura, es decir, que la única variable que quede a nuestra disposición sea la del diafragma, mientras que las otras se automatizan. Con esto, disminuiremos el riesgo de que los cambios de luz arruinen una buena toma a la par de que nos facilitará el trabajo en función de la composición por capas y el control de la profundidad de campo.  

  • Inclusión de las tomas en detalle: usar solo gran angulares, o en su defecto, de distancias muy grandes con respecto al sujeto, va en detrimento de la calidad narrativa de la serie fotográfica que estemos construyendo. Se deben considerar siempre la captura de detalles para las historias.  

  • No limitar el trabajo fotográfico al formato tradicional: si la historia lo permite, dar la oportunidad a la inclusión de formatos cuadrados, panorámicos, dípticos o trípticos.

  • Aprovechar las horas doradas: el amanecer o atardecer suelen ser horas magníficas para salir a hacer fotos. “Si escogemos el medio día como el tiempo para la captura, estaremos renunciando a todo lo bueno que los otros dos momentos tienen para nosotros”.

  • Considerar el uso del blanco y negro: Peretti comparte que ella se identifica más con la idea de que la realidad es más real cuando es en blanco y negro. En series ricas en expresiones y rostros, el blando y negro permite concentrar la atención en ellos.

  • El instante decisivo en realidad son dos: para Graciela Iturbide, el instante decisivo del que hablaba Cartier Bresson, en realidad son dos: cuando tomas la foto y cuando editas el trabajo. Poner especial atención en la selección de las fotos que integrarán la serie. 

Poner a circular: las redes sociales no son solo un lugar para lograr el “me gusta”

Las redes sociales cambiaron por completo las dinámicas con las que las personas se relacionaban. Determinaron una nueva forma de habitar el mundo y de contar sus historias, convirtiéndose en aceleradoras del flujo de información y, muy seguramente, en catapultas para nuevas personalidades y nuevos liderazgos.  

Fueron tan potentes estas nuevas dinámicas que transformaron por completo el negocio de los medios y la publicidad, y dieron origen a un nuevo sector en la economía: la creativa o la de los creadores. 

En este sentido, Peretti afirma que estos espacios junto a sus herramientas “no son solo para lograr me gusta. Son plataformas para alcanzar públicos más amplios”, y que por lo tanto deben recibir los usos adecuados. Se podría pensar, entonces, en adaptar las estrategias a los cambios en los algoritmos, mencionar a los actores correctos y, en especial para ella, “seleccionar las etiquetas pertinentes para acompañar las publicaciones, podría acercar a los editores de fotografía a tu trabajo”. 

Como parte del relato de éxito en las redes sociales, la maestra comparte el trabajo de Matt Black, quien con su cubrimiento de la pobreza en Estados Unidos fue nominado por la revista Time como fotógrafo de Instagram del año. Por supuesto, el impacto de esta nominación en su carrera fue gigantesco.  

Sin embargo, Peretti también reflexiona sobre los otros efectos que las plataformas también pueden generar en el medio: “En los tiempos de Roland Barthez el lema del fotógrafo era “esto pasó”. Hoy, debido a las redes, ha cambiado por el “yo estuve allí”. De nuevo, hay que cuestionar qué estamos haciendo. Lo primero que tenemos que hacer es producir trabajo, y producir trabajo de calidad sabiendo que este tomará tiempo”. Para la maestra, el objetivo final no debería ser conseguir 2.000 me gusta, sino pensar en la historia que se quiere contar y cómo se quiere contar; luego ya vendrá la apreciación y las reacciones que esta pueda generar en el público. 

Construir un bagaje: material clave para tener en cuenta 

Sobre Viviana Peretti

Viviana Peretti es una fotógrafa italiana radicada en Bogotá. En el 2000, después de graduarse Magna Cum Laude en Antropología en la Universidad de Roma, se trasladó a Colombia donde se especializó en fotoperiodismo. En 2010, se graduó en Documentary Photography and Photojournalism en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York. Ha recibido premios y becas de ICP, la World Photography Organization en Londres, la Fondation Bruni-Sarkozy en Francia, CNN, el Moscow International Foto Awards, Sony, y el Ministerio de Cultura de Colombia, entre otros. En 2010, fue seleccionada para participar en los Eddie Adams Workshop en Nueva York. Entre 2013 y 2014 fue una artista en residencia en la École Nationale Supérieure de la Photographie (ENSP) en Arles, Francia. En 2014 fue elegida Fotógrafa del Año en la categoría ‘Arte y Cultura’ de los Sony World Photography Awards. En 2015, fue una artista en residencia en la Camargo Foundation en Francia y, en 2017, en la Bogliasco Foundation en Italia. Las fotografías de Viviana han sido publicadas en varios  medios internacionales incluidos The New York Times, CNN, BBC, Newsweek, New York Magazine, Vice, y Le Journal de la Photographie. 

Sobre el Festival Gabo y el Premio Gabo 

Son convocados por la Fundación Gabo, que inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

El Festival Gabo y el Premio Gabo son posibles gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina.

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