Perú es el segundo país de la región que ha recibido a más migrantes venezolanos después de Colombia. Un total de 1.049.970 para ser exactos. Razón suficiente para que la Fundación Gabo invitara a la periodista Ginna Morelo a dictar el taller ‘Cobertura de la migración con enfoque de derechos en Perú’, en alianza con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y el apoyo de Ojo Público.
Durante cuatro días, el grupo de 20 periodistas reflexionó sobre el papel de los medios peruanos en la cobertura de este fenómeno migratorio. ¿Cómo está representado el refugiado, el desplazamiento y la migración? ¿Es una cobertura que responde a la inmediatez o a una agenda editorial? ¿Cómo hacemos para que la gente entienda la importancia del tema y se conecte? fueron parte de las preguntas que formuló Morelo a lo largo de la jornada para abrir el debate entre los participantes.
“¿De qué hablamos cuando hablamos de migración?”, inquirió al iniciar el taller.
La migración es más que un movimiento humano, aclaró Morelo. La migración es un derecho. Por tanto, quien cubra un desplazamiento forzado lo primero que debe encontrar son las razones que hay detrás de un movimiento migratorio, pues las causas que llevan a las personas a huir de su país pueden ser múltiples: deben mejorar su situación económica, necesitan escapar de la violencia del Estado, tienen que migrar de la discriminación por orientación sexual, huyen de la violencia doméstica, salen a estudiar o buscan un tratamiento médico.
En el caso de Venezuela, Morelo aclaró que el éxodo no es producto de una guerra civil, un gobierno dictatorial o una catástrofe natural. Los investigadores hablan más bien de una “tragedia o emergencia humanitaria compleja”, que se originó por la combinación de factores políticos, económicos y socioculturales que impactan en todas las formas de vida. “Los términos importan a la hora de explicar los fenómenos, porque sirven para que los Estados actúen”, enfatizó.
Categorías de la migración
Morelo dedicó un tiempo a explicar las diferencias entre las categorías de migración, para que los periodistas manejen de manera adecuada los términos que definen la realidad de las personas en situación de movilidad.
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Migrante: es un término genérico no definido en el derecho internacional, que, por uso común, designa a toda persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional. De manera temporal o permanente y por diversas razones.
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Migración por motivos climáticos: los cambios ambientales están llevando a que las personas cambien de residencia.
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Desplazamiento: cuando las personas optan por moverse de un lugar a otro, y muchas veces de manera constante, en busca de mejores oportunidades. Puede ser también un desplazamiento forzado.
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Migración interna: cuando se da el movimiento dentro del mismo territorio.
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Migración irregular: cuando las personas viajan sin documentos.
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Migración laboral: cuando decides cambiar de lugar para vivir en busca de mejores oportunidades laborales que tu lugar de residencia u origen no te ofrece.
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Migrantes en situación de vulnerabilidad: quienes enfrentan un problema grave de salud, mujeres, ancianos, niños.
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Refugiado: es una persona que, debido a fundados temores, es perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad o por pertenecer a un determinado grupo social. Los refugiados son seres que han huido de sus países, porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación de derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado el orden público.
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Solicitante de asilo: persona que busca protección internacional. En países con procedimientos individualizados, un solicitante de asilo es una persona cuya solicitud aún no ha sido decidida por el país donde ha sido presentada. No todos los solicitantes de asilo son reconocidos como refugiados, pero todos los refugiados en estos países son inicialmente solicitantes de refugio.
Morelo advirtió que el periodista debe estar atento de cuidar la identidad del refugiado y del solicitante de refugio o, en su defecto, saber hasta dónde puede describir su situación, porque se trata de una persona que está en riesgo. “No hay que perder de vista que, desde el periodismo, debemos proteger vidas”, comentó.
Aunque no estaba en la lista de categorías, Morelo no quiso pasar por alto el concepto de “insilio”, el cual definió como un estado de desconexión de lo que era y ya no es. “Hablamos de una persona que no se logra sentir parte de su territorio. Alguien que se configura como exiliado permanente”, acotó.
En cualquier caso, la maestra sugirió juntarse con expertos en ciencias sociales para analizar las características del territorio y escoger el término que se adapte mejor a la realidad de cada país. Ello en aras de la precisión. “No debemos entrar en discusiones políticas o ideológicas para definir los términos. Cuando se presente algún dilema ético, lo mejor es tomar decisiones consensuadas y no en solitario”.
Problemas y estigmas asociados con la migración
Los periodistas no pueden estar de espaldas a los problemas que afrontan los migrantes. Siempre es importante reflejar las dificultades que enfrentan para acceder al mercado laboral, los ataques xenófobos que sufren por parte de la comunidad receptora, los problemas de planificación financiera, los inconvenientes de integración y las trabas para acceder a la salud o contagio de enfermedades.
Tampoco se puede perder de vista que los inmigrantes cargan consigo cientos de prejuicios asociados a su condición de extranjeros. “Vienen a robar”, “nos van a quitar el trabajo”, “aumentan la delincuencia” son parte de las creencias que tiene la sociedad con respecto a su llegada. Derribar esos estereotipos y frenar su divulgación forma parte de la labor de un periodista a la hora de hacer una cobertura migratoria.
Morelo explicó que la mejor manera de no caer en estereotipos es planificar el tema y plantearse desde el comienzo cómo afrontar los problemas asociados con esta clase de reportajes. “Siempre es bueno comenzar haciendo una matriz donde lanzamos preguntas asociadas al tema. Ahí es cuando delimitamos y definimos problemas para buscar soluciones: ¿Cómo evitar los estereotipos? ¿Cómo contrarrestar la mentira en la declaración de las fuentes? Estos son asuntos que no podemos resolver en el camino”, comentó. “Si planteamos una hipótesis y cubrimos todas las preguntas, tendremos mejores resultados”.
Existen al menos diez estigmas que rodean al migrante, según un estudio de Rui Márquez que refirió la periodista. Esta lista incluye imaginarios, representaciones sociales y estigmas complejos, inéditos y contradictorios que desdibujan las razones que originan un movimiento migratorio, forzado o elegido.
1. Constituyen una invasión.
2. Vienen a quitarnos nuestros empleos.
3. Usan nuestros escasos recursos de salud, seguridad social y servicios públicos.
4. Traen consigo criminalidad.
5. Las mujeres son prostitutas (y en América Latina “quita maridos”).
6. Son portadores de enfermedades.
7. A ellos les ayudan el gobierno y los organismos internacionales les dan lo que nos niegan a nosotros.
8. Son diferentes, poco educados, no planifican el número de hijos.
9. No pagan impuestos.
10. Son muy ruidosos.
Aparte, Morelo mencionó otros tres problemas que enfrenta la población migrante: colorismo o distinción por el color de la piel, trato desigual por razones religiosas, políticas, sexo o edad y lo que se conoce como “discriminación positiva”, que se refiere a la protección de carácter extraordinario que se da a un grupo social o históricamente segregado.
Romper con esa cadena de estereotipos y prejuicios pasa, a juicio de Morelo, por generar una agenda más diversa, que deje de abordar la migración desde el drama. “Contar malas noticias es la fórmula más fácil. El periodismo debe movilizarse por presentar otras aristas. La única manera de combatir el miedo de la sociedad hacia lo desconocido es mostrándole las oportunidades que trae consigo la migración”.
¿Cómo ha sido la cobertura migratoria en Perú?
Elizabeth Salazar, periodista de Ojo Público, hizo un recuento de cómo ha sido la cobertura del fenómeno migratorio por parte de los medios peruanos. Explicó que, al principio, las noticias tenían un enfoque empático y solidario. Se notaba una intención de retribuirle a Venezuela lo que en algún momento les dio a los peruanos que huyeron del terrorismo. Pero luego dieron un giro. “Cuando dejó de sentirse como una visita, vino la intención de querer frenar la migración”, comentó.
La cobertura de los principales diarios en Perú se centra en cuatro tipos de publicaciones:
1. Notas breves basadas en la fuente policial-judicial. Las informaciones se limitaban a describir capturas o sucesos del día.
2. Notas basadas en fuentes gubernamentales o institucionales, sin cruce de información ni reporteo propio.
3. Publicaciones con enfoque preventivo y/o descriptivo.
4. Informes especiales o de investigación.
“La mayor parte de esta cobertura se dedica a perpetuar estereotipos, prejuicios y desinformación”, comentó. “El contenido es sensacionalista o se concentra en una sola dimensión de hecho, sin incluir las voces de los migrantes, sin presentar el contexto e ignorando las causas, consecuencias y desenlaces del problema”, acotó.
La periodista de Ojo Público criticó la proliferación de portadas sensacionalistas que alimentan la xenofobia y reafirman los prejuicios contra los venezolanos. Lo que ha dado paso a una campaña de deshumanización, que se logra con la publicación de titulares como “ciudadano venezolano robó una tienda de colchones donde trabajaba”, “venezolano roba artefactos y hasta un carro sanguchero”.
“No podemos perder de vista que los medios desempeñan un papel en la interpretación de la realidad”, afirmó Elizabeth Salazar. “¿Qué pasa si esa interpretación es incompleta o imparcial, si no refleja los derechos y libertades de sus protagonistas? Necesitamos ir hacia un periodismo más humano, que haga frente a la vulneración de los derechos humanos”, comentó.
La trata de personas en Perú
Joel Jabiles, representante de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), intervino durante el taller para introducir a los participantes en el tema de la trata de personas, un delito que afecta no solo a las peruanas sino también a las venezolanas que llegan a ese país.
Jabiles explicó que la trata es el acto de facilitar la entrada ilegal de una persona en un Estado sin ser nacional o residente permanente, con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden material.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), las tendencias de este delito son las siguientes:
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93,5% de las personas víctimas de trata en Perú son mujeres.
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67,7% son mujeres entre 18 y 29 años.
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26,6% son niñas y adolescentes.
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En 2018, al menos 15% de las víctimas eran venezolanas. Una cifra que escaló a 29% en 2019 y se ubicó en 13% para 2020.
Pero antes de hacer cualquier cobertura al respecto, Jabiles aclaró que hay que saber diferenciar entre la trata de personas y el tráfico de migrantes. En la primera, el consentimiento es jurídicamente irrelevante; se produce una explotación de la víctima de trata y la movilidad no es necesaria. En la segunda, en cambio, el consentimiento es jurídicamente relevante; hay una transacción económica entre el traficante y el migrante, porque se proporciona “un servicio” y se concreta un movimiento transfronterizo.
“¿Cómo abordan los medios la trata de personas?”, preguntó Jabiles. En su opinión, el abordaje periodístico sobre este tema presenta cinco grandes fallas: uso de términos incorrectos; la explotación sexual parece ser la única finalidad de la trata; se invisibiliza el delito; se expone a la víctima y se cae en desinformación.
Por tanto, propuso un decálogo de buenas prácticas para construir otras narrativa sobre la trata de personas:
1. Construye sus relatos periodísticos con enfoque de derechos.
2. Estudia sobre el tema.
3. Contextualiza los hechos.
4. Cada víctima y/o sobreviviente es un ser humano.
5. Utiliza los términos correctos.
6. Cuida las palabras que usa.
7. Selecciona imágenes y sonidos que protejan y tranquilicen.
8. No construyas héroes ni heroínas.
9. Abre alternativas.
10. Sé prolijo en su producción periodística.
¿Cómo hacer un abordaje diferenciador de la migración?
En ese contexto, Morelo invitó a los participantes del taller a cuestionarse cómo puede hacerse un abordaje diferenciador de la migración, que se aleje de esa narrativa que refuerza la representación de las personas que no importan. “Como periodistas, debemos generar un proceso reflexivo para cambiar ciertos fenómenos instalados en la sociedad que hacen daño”, comentó.
Por tanto, sugirió cumplir con cuatro pasos para lograr una cobertura que permita mostrar la magnitud del fenómeno. “Un periodista debe narrar, describir, explicar y argumentar. Si nos quedamos solo en la narración y en la descripción, aupamos la proliferación de la cadena de indignación. En cambio, si se suma la explicación y la argumentación podemos llegar a los actores e inquietarlos sobre lo que se debe hacer”.
Morelo insistió en que el periodista está para explicar, más que para revelar. Una premisa que se aplica en fenómenos tan complejos como la migración. “La movilidad humana no puede abordarse desde la estadística. La cobertura migratoria requiere de un periodismo explicativo que esclarezca la importancia de los temas y, a la larga, logre incidencia”, afirmó.
En este caso, el trabajo de reportería es clave. Dentro de este proceso de levantamiento de información, Morelo sugirió construir líneas de tiempo que reflejen la mutación de los movimientos humanos. Este ejercicio, a su juicio, sirve para visualizar cómo se transforma este fenómeno a lo largo de los años y cómo cambia a un país.
Escribir en clave de derechos humanos
Lograr una cobertura migratoria en clave de derechos humanos –tanto para los migrantes como para los refugiados– amerita que el periodista se desprenda de algunas viejas prácticas, que se haga nuevas preguntas y que no asuma el abordaje en solitario. En ese sentido, Morelo hizo varias recomendaciones al grupo de 20 periodistas, que resumimos en cinco puntos:
1. Dar una mirada atrás. Revisar los episodios históricos de las migraciones del país donde vives y formular nuevas preguntas.
2. Cuestionarnos. Si la migración es un derecho y no es un delito, hay que preguntarse cómo evitar caer en los temas que estigmatizan y vulneran los derechos de refugiados y migrantes.
3. Salir de las redes sociales para ir con los migrantes a vivir sus necesidades y así reformular las preguntas sobre los servicios a que tienen derecho.
4. Colaborar. Integrar redes de periodistas que estén haciendo estas coberturas.
5. Estudiar narraciones de los migrantes, de los académicos, de la sociedad receptora, para construir un relato.
Sobre Ginna Morelo
Reportera y editora. Ginna Morelo fundó la Unidad de Datos del diario El Tiempo (Colombia) y cofundó el Consejo de Redacción, la organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia. Dirigió La Liga Contra el Silencio y ahora está a cargo de la Maestría de Periodismo Científico de la Pontificia Universidad Javeriana.
Su pasión por el oficio y lo acucioso de su trabajo periodístico la ha hecho merecedora de múltiples reconocimientos. En 2018, recibió el premio Gabo por su trabajo “Venezuela a la Fuga” y fue reconocida como la periodista del año por el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Ganó el Ortega y Gasset en dos oportunidades (2016 y 2020). Recientemente obtuvo el Premio a la Excelencia Periodística de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Es autora y coautora de seis libros sobre conflicto, memoria, narrativas de paz y medio ambiente. Ha dictado múltiples talleres nacionales e internacionales.
Sobre el taller ‘Cobertura de la migración con enfoque de derechos en Perú’
Este taller, convocado por la Fundación Gabo en alianza con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el apoyo de Ojo Público, reunió de forma virtual a 20 periodistas de Perú, entre el 19 y 28 de mayo. Durante ese tiempo, los asistentes repasaron conceptos básicos de la migración, revisaron las fuentes de información disponibles en la región, reflexionaron acerca de la cobertura que se hace de este tema, exploraron el abordaje desde la perspectiva de los derechos humanos y las soluciones, y obtuvieron herramientas para encontrar, planear y contar historias a partir de la reportería exhaustiva y la minería de datos.