El periodista costarricense, Álvaro Murillo, nos cuenta cómo fue su experiencia en el taller "Cómo se escribe un periódico", con Miguel Ángel Bastenier.
Por Álvaro Murillo*
La culpa es de Bastenier. Yo llegué muy acomodado a su taller en Cartagena con mis 23 años y alguna experiencia en periodismo, como reportero nocturno del diario La Nación, de Costa Rica, pero volví desordenado y repleto de dudas. Inquieto, inconforme y con ganas de revolverme más con el periodismo hispanoamericano. Me vieron llegar más crítico, más ambicioso y meticuloso con cada palabra que escojo para expresar una idea que llegará a miles de desconocidos.
Pueden pensar que exagero, pero en verdad la culpa es de Bastenier. También de los maravillosos anfitriones de la FNPI, de los compañeros de taller con quienes llegué a intimar (quizás demasiado) y de Cartagena, pero sobre todo de Bastenier. Lo recuerdo con su camisa empapada en sudor, cigarro en mano y un puntero de luz al que le llegamos a temer cuando nuestros textos se proyectaban indefensos en la pared del salón.
El internet era limitado en ese 2003, las redes sociales no existían y todos soñábamos con escribir en soporte de papel. Nos impresionaba pues tener en frente al subdirector de El País de entonces, pero sobre todo nos asustaba su estilo descarnado frente a la tibieza usual latinoamericana. Podría decirlo más directo: alguien lloró de arrepentimiento por someterse voluntariamente a Bastenier (a quien acabaría abrazando tres semanas después mientras todos escuchábamos un acordeón vallenato y queríamos otras cuatro semanas de tortura).
Teníamos claras las culpas de Bastenier. Nos hizo apasionarnos más por el periodismo, pero al mismo tiempo cuestionarnos más. Nos abrió las esclusas para recordar que hay mundo allá fuerita de nuestros países con fronteras mayúsculas. Nos obligó a leer más, a quitar el corbatín al periodismo y a mezclarlo con otras disciplinas. Nos prohibió contagiarnos del virus de las declaraciones de funcionario y apropiarnos del lenguaje, tomar control de cada palabra y evitar la redacción en automático.
Recuerdo que era 2003 y nadie hablaba aún de periodismo 2.0 ni nada parecido, pero no era necesario. Ahora los consejos de Bastenier y las discusiones tienen vigencia como en ese momento. "¿Cómo hacer un periódico?" es una pregunta más pertinente en este 2015 que a principios de siglo, pero ya Bastenier lo respondía desde aquel momento con alguna teoría, anécdotas, ejemplos prácticos y tareas demandantes. Por su culpa acabé en un barrio marginal de Cartagena pidiendo a unos jóvenes que me explicaran cómo se construye una pistola hechiza (recuerdo que me veían con sospecha el brazalete del hotel donde los talleristas compartimos historias incontables).
Volvía a ver a Bastenier después como profesor de Oriente medio en un máster de Relaciones Internacionales en Madrid. Después en mis prácticas profesionales en El País. Otras veces después en Madrid y alguna en Cartagena. Siempre recordamos a los colegas Gaby, a Leo, a Daryelin, a Bow, Ana María, Jaramillo Fueron semanas placenteras y provechosas. Aprendí, por ejemplo, que es posible bailar sin pisar más de una baldosa del Quiebracanto, pero entendí también que Cartagena sabe enseñar. Y de esto también culpo a Bastenier. Álvaro Murillo fue alumno del Taller "Cómo se escribe un periódico", con Miguel Ángel Bastenier, en 2003. Es periodista del diario La Nación de Costa Rica y colabora con El País de España. AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN PARA POSTULARSE AL TALLER "CÓMO SE ESCRIBE PARA EL PERIÓDICO IMPRESO O DIGITAL", CON MIGUEL ÁNGEL BASTENIER, QUE SE REALIZARÁ DEL 27 DE JULIO AL 21 DE AGOSTO DE 2015 EN CARTAGENA, COLOMBIA. LA CONVOCATORIA ESTÁ ABIERTA HASTA EL 24 DE JUNIO.