"La escritura es la última etapa del pensamiento". Esta poderosa frase, lanzada por el maestroHéctor Feliciano (Puerto Rico) durante la mañana de la cuarta jornada de trabajo del Módulo de Cultura Popular de la Beca Gabriel García Márquez, encierra un sentido práctico: cuando el periodista cultural se sienta a redactar su texto, después de haber realizado buena parte de su trabajo de campo, después de haber organizado sus notas y de haber verificado sus fuentes, desata la historia que ha comenzado a escribir en su mente. Llegado este momento, Feliciano afirma que "muchas veces debemos escribir la entrada y uno o dos párrafos tan solo para darnos cuenta de que debemos suprimirlos después". El maestro Jonathan Levi (EEUU) apuntaló aún más esta reflexión aclarando que el reportero cultural "debe identificar la pregunta crucial: ese incidente clave sobre el que se apoya toda la historia y cuya resolución le da sentido a la investigación". Casi de inmediato surgió el concepto de "palimpsesto", propuesto en un principio por Feliciano en el sentido literal de los pergaminos medievales sobre los que se escribía una y otra vez, y que usó para ampliar la idea de que el periodista debe escribir para borrar y descubrir lo que más le conviene a su historia en términos narrativos. La idea fue ampliada luego por Levi para indicar que los texos de periodismo cultural están cargados con un mensaje que trasciende la superficie de la narración, tema que fue abordado durante la jornada del día anterior. La carpintería del taller Durante las horas de la tarde los becarios nuevamente se lanzaron a recorrer las calles de la ciudad en busca de sus fuentes y pudo verse a alguno de ellos junto al río Magdalena, en el vecindario de Las Flores -enclavado muy cerca de Bocas de Ceniza- entrevistando a Róbinson, un pescador artesanal oriundo de Cartagena que lleva más de 30 años radicado Barranquilla. Para él, la fiesta carnavalera se ha refinado con el pasar del tiempo: "los carnavales están en su mejor momento porque las autoridades han logrado organizar la fiesta. Antes los carnavales eran un desorden". Con su testimonio y el de otros habitantes de Las Flores, uno de los becarios ha conseguido redondear su historia. "Los carnavales no son iguales para todos", ha dicho antes de subirse a un bicitaxi que lo llevaría de vuelta a la Vía 40 de Barranquilla.La dinámica de trabajo de los talleres ha sido minuciosa. Los maestros han escuchado y leído a un mismo tiempo cada uno de los textos que los becarios componen y, junto a los comentarios de los otros periodistas, ofrecen luces a quien pone a prueba su texto. En algunos casos la reportería ha sido muy completa pero el párrafo de entrada es débil; en otros, que se ocupan de elaborar un perfil, el personaje puede no haber encontrado aún una voz dentro del texto. En momentos como este, los aportes del maestro y de los colegas son claves, pues permiten que el investigador encuentre un detalle físico o un rasgo en la personalidad del entrevistado que le permita aparecer frente al lector en toda su dimensión. También es posible que este diálogo haga emerger una anécdota que sea capaz de darle al lector los elementos simbólicos que necesita para entender el texto y la problemática que subyace bajo la superficie y las circunstancias de la historia que narra. Vea aquí la nota completa publicada en la Red Iberoamericana de Periodismo Cultural