¿La actitud del periodista debe variar según el tipo de fuente a la que está entrevistando?

¿La actitud del periodista debe variar según el tipo de fuente a la que está entrevistando?

Consulta de:
Eugenio Salcedo
Estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México
México D.F., México Desde el punto de vista ético, la actitud del periodista hacia un entrevistado tiene los mismos requerimientos sea que se trata de implicados en un delito, o de personas inocentes. En cualquier caso son fuentes y, como tales, auxiliares del periodista en la tarea de buscar una verdad que beneficiará a la sociedad.

Sea la que fuere la relación de la fuente con los hechos que se investigan, el periodista debe combinar el respeto por la fuente con su actitud crítica hacia las informaciones de la fuente.

El respeto impone la cortesía y cordialidad debidos a un interlocutor que, además, coopera con el periodista en su trabajo de buscar la verdad. Excluye, por otra parte, la actitud de juez o de investigador judicial al preguntar o demandar la ampliación de un dato, puesto que el periodista no puede ni debe asumir esas funciones. Una buena pieza periodística no es la que descubre al asesino, al ladrón o al corrupto, sino la que permite a los acusados dar su punto de vista y compartirlo con el público.

En vez de la actitud de juez o de investigador judicial es de buena práctica conducir la entrevista como una conversación amistosa. Sin embargo, no se puede renunciar a la actitud crítica que la que defiende la buena fe de los receptores de información.

Cualquier intento de manipulación de los hechos verificados por parte del entrevistado debe encontrar al periodista atento para descubrir contradicciones, omisiones, intentos de eludir el tema, inexactitudes o engaños, para debatirlos con la fuente y para obtener, finalmente, una información confiable.

El acceso a la verdad de los hechos, hasta donde esto es posible, suele ser el resultado de una acción conjunta de la fuente y del periodista, cuya responsabilidad es ofrecer al lector tanto los puntos de vista que provee la fuente como los que el periodista obtiene con su trabajo investigativo con otras fuentes alternas, y con el análisis y crítica de los materiales que reúne con su actividad de reportería.

Documentación 

Independientemente de que el entrevistado vaya a ser o no el blanco de la investigación, la entrevista investigativa se lleva a cabo de una manera informal, no como un interrogatorio riguroso o beligerante. El propósito del periodista es conocer los hechos y la visión que de los mismos tenga el entrevistado, mediante la buena escucha y el planteamiento de las preguntas adecuadas. Por lo general, las entrevistas fundamentales para un proyecto investigativo se prevén con bastante anticipación. El reportero tendrá a la mano o llevará memorizada una lista de preguntas.

Se hacen entrevistas tanto en persona como por teléfono. Normalmente, a la entrevista se acude cuando el reportero tiene un plazo limitado, o cuando la persona que se va a entrevistar está tan lejos que el viaje sea un inconveniente. Esta tiene la ventaja de facilitar la toma de notas, ya que el entrevistado no ve la libreta ni el lápiz y, por tanto, no pierde naturalidad; por otra parte si él se siente hostil, puede colgar el teléfono y terminar así la entrevista.

Si esta se hace en persona lo mejor es grabar la conversación, previo permiso del entrevistado, pero si éste niega ese permiso, entonces un reportero debe escribir mientras el otro hace las preguntas. (Los periodistas investigativos a menudo viajan en equipo). Una entrevista personal tiene la ventaja de poder ver las reacciones faciales del sujeto, pues con frecuencia el reportero puede captar claramente si la persona entendió la pregunta y si está nerviosa o en actitud defensiva. También es posible que el entrevistado quiera mostrar documentos. Si el tiempo lo permite, el periodista investigativo querrá entrevistar a la persona que sea tema de una historia importante para darle la oportunidad de responder y de expresar su propia visión del asunto.

Igualmente, es posible entrevistar por escrito. Si la persona insiste en que se le presenten las preguntas por escrito para contestarlas de la misma manera, eso puede ser preferible a no tener ningún contacto con ella, pero los periodistas debe evitar esa embarazosa situación, de la que saben que no podrán obtener citas que suenen naturales y en la que no podrán pedir que se les aclare una respuesta ni hacer contrapreguntas.

William Gaines: Periodismo Investigativo, Tercer Mundo, Bogotá, 1996, pp 15-16.

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