En un artículo de primera plana el mes pasado, The New York Times convirtió a Hillary Clinton en protagonista de una investigación penal. En cuestión de horas, las partes clave de la historia comenzaron a desmoronarse. Resultó que Clinton no era el tema, y la investigación no era de naturaleza penal.
El portal de Columbia Journalism Review (CJR) ha publicado un artículo en el que recopila lo que, a juicio de uno de sus redactores, fueron los peores errores periodísticos del año que termina.