La FNPI acaba de publicar la relatoría de la Mesa Internacional sobre Ética Periodística, realizada el pasado 23 de noviembre en la Universidad Icesi de Cali.
En el evento participó todo el cuerpo directivo de la FNPI, encabezado por Jaime Abello Banfi. Se contó además con la participación de invitados internacionales como el español Gumersindo Lafuente, la peruana Esther Vargas, la chilena Mónica González, el argentino Cristian Alarcón Casanova y el mexicano Daniel Casanova. En el cierre del evento se llevó a cabo el conversatorio sobre ética periodística para la próxima década en el cual participó también el maestro Javier Darío Restrepo.
De la extensa relatoría, extraemos a continuación las principales ideas agrupadas en cuatro grandes ejes temáticos: la relación con las audiencias, las fuentes de financiamiento, la verdad en la era de la post-verdad, y el rol del periodismo hoy.
La relación con las audiencias
• La rabia, la molestia social, la incomodidad de las audiencias siempre ha existido. Pero hemos visto un cambio en la forma en que los medios pueden entender y explicar los motivos de esas inconformidades, permitiendo que todas las voces ciudadanas se vean reflejadas.
• El periodismo por la esperanza necesita trabajar a favor de una ética social. Esto involucra una defensa colectiva de la verdad, a pesar del individualismo característico de los periodistas.
• Es necesario que le expliquemos a las audiencias qué entendemos por ética y para qué tenemos en los medios figuras como la del defensor del lector o el editor de audiencias.
• No pensemos tanto en qué notas están siendo más leídas, sino en cuáles son las notas que más deberían ser leídas, en razón de nuestro afán por servir al lector. Si sirviéramos solo a la dictadura del clic, todos terminaríamos haciendo revistas de espectáculos.
• Cuando la gente quiere que se descubra algo, que se investigue algo, acuden a los periodistas, a la prensa. Ese es un servicio público que nos habla sobre la naturaleza que prevalece en el oficio.
Las fuentes de financiamiento
• El periodismo necesita aprender a hacer empresa. La transparencia económica y política debe ser evidente en los medios.
• El periodismo enfrenta una crisis de independencia, pues no busca servir al lector, sino sostener al statu quo. Por eso los lectores prefieren acudir a medios alternativos o a las redes sociales, que a los medios tradicionales. La connivencia de los medios con los grandes poderes económicos ha limitado el ejercicio del periodismo libre en América Latina.
• Los medios lograron el matrimonio entre el periodismo y la publicidad, el cual fue feliz mientras duró. Pero eso se acabó. Sin embargo, esto no es una mala noticia para el periodismo. El periodismo debería sobrevivir a los medios, porque nació antes de los medios.
• La ética pasa por el modelo de negocio. Medios que no sean sostenibles no actuarán éticamente.
• Hay una reflexión que debemos hacer sobre la calidad de nuestro periodismo: habrá un cambio cuando, si el dueño del medio aparece en los Panamá Papers, hacemos claridad sobre el tema antes de que se destape el escándalo, no después.
La verdad en la era de la post-verdad
• La identidad profesional, el compromiso con la verdad, la independencia y la responsabilidad social son los cuatro puntos cardinales trazados por Javier Darío Restrepo para guiar la conducta ética del periodista.
• Creíamos que lo importante en el periodismo era la neutralidad y la imparcialidad. Pero hay un reclamo de las audiencias cada vez mayor por esa neutralidad, pero con ausencia de transparencia.
• Debemos reforzar el aprendizaje a mantener la distancia, a no mezclarnos con las fuentes, distinguir lo que es marketing y comunicación de lo que es periodismo. No podemos perder el horizonte. El periodismo, o es de servicio público o no es periodismo.
• No nos olvidemos que la búsqueda de la verdad tiene muchos matices. Gabo nos advirtió que no debíamos casarnos con una sola verdad. Cada vez hay más medios y periodistas que se dicen independientes, cuando en realidad no lo son. Lo que está en juego no es la supervivencia del periodismo. Es la supervivencia de la democracia.
• Las normas tienen el riesgo de quedarse ahí, y luego ser olvidadas. Estamos en una guerra, con tropas, francotiradores. No podemos quedarnos en el diálogo sobre una ética del oficio periodístico. Necesitamos pensar cómo podemos poner a dialogar esa ética con la ética del resto de la sociedad.
El rol del periodismo hoy
• Se destacarán aquellos periodistas y medios que puedan mantenerse equilibrados, sólidos en el sentido común, con la capacidad de evitar el conflicto personal.
• Tenemos que intentar analizar cómo se construye la agenda. No es algo que nos traiga la cigüeña. Hay temas que algunos no quieren que se difundan, que se sepan. Si no entendemos que el poder se manifiesta con distintas formas de carcomer el periodismo, no vamos a poder reaccionar ante este nuevo desafío.
• Los medios ya no son indispensables ni para enterarse de las noticias, ni para dar a conocer mensajes publicitarios. Pero los medios no son el periodismo.
• Ya no podemos hablar de periodistas digitales. Todos los periodistas tenemos que ser digitales. Si hay algún periodista que se resiste a hacer trabajo para digital, es muy difícil cambiarles el chip, lo mejor es prescindir de ellos.
• El bien público sobre el que el periodismo tiene responsabilidad es la diferenciación entre información relevante de aquella que no la es. Y la relevancia no es algo propio del periodismo, es un bien común.