Columnista pide asesinar a Maduro y provoca debate sobre límites de la libertad de expresión
10 de Julio de 2017

Columnista pide asesinar a Maduro y provoca debate sobre límites de la libertad de expresión

A propósito de la columna de un abogado colombiano sobre la situación de Venezuela.
Fotografía: djandywdotcom en Pixabay | Usada bajo licencia Creative Commons
Red Ética

Muerte al tirano’ se titula la columna de opinión escrita por el abogado Abelardo de la Espriella y publicada por el diario colombiano El Heraldo este domingo.

Allí, De La Espriella, reconocido penalista, ofrece sus argumentos en contra del Gobierno de Venezuela, en especial hacia su presidente Nicolás Maduro, como ya lo ha hecho en columna previas.

Sin embargo en esta ocasión, De La Espriella va más allá, y en el último párrafo de su columna afirma que la muerte de Maduro es necesaria:

“Los venezolanos de bien y la comunidad internacional en pleno deben entender que la muerte de Nicolás Maduro se hace necesaria para garantizar la supervivencia de la República. No se trataría de un asesinato común, sino de un acto patriótico que está amparado por la constitución venezolana y que resulta, por demás, moralmente irreprochable”, afirma el abogado en el diario barranquillero, quien posteriormente defendió su postura en una entrevista concedida a Blu Radio.

La columna fue motivo de debate en redes sociales durante todo el domingo, pues distintos líderes de opinión del país rechazaron la petición hecha por De La Espriella.

“Todo un hombre de leyes el abogado Abelardo De La Espriella: igualándose al asesino de Maduro”, dijo Daniel Samper Ospina.

Otro que hizo eco al planteamiento de la columna publicada en El Heraldo fue el periodista de televisión Manuel Teodoro, quien realizó una encuesta en Twitter donde la idea de que el asesinato de Nicolás Maduro era la solución para los problemas de Venezuela fue rechazada por la mayoría de los participantes.

Fue tal el malestar generado por la columna, que la Cancillería de Colombia emitió un comunicado rechazando la petición del penalista. “El Ministerio de Relaciones Exteriores, en nombre del Gobierno de Colombia, ha condenado la violencia y la pérdida de vidas humanas en Venezuela. También ha instado en varias ocasiones a que se encuentre una solución pacífica y democrática a la crisis en el vecino país”, afirma el comunicado del Gobierno Colombiano.

Nuestros seguidores en Twitter también se cuestionaron sobre los límites que traspasa la columna de Abelardo De La Espriella. “¿Se puede defender una publicación de este tipo, bajo el argumento de la libertad de expresión?”, nos preguntó Duver Alex Pérez. “¿Hasta que punto el medio debe permitir la libertad de opinión de sus columnistas?”, cuestionaba también Michael Agudelo.

La responsabilidad del columnista

El diario El Heraldo no se ha pronunciado todavía respecto a las críticas generadas a la columna. Al día siguiente, dedicó su editorial al tema de Venezuela, pero sin hacer referencia a la cuestionada petición de Abelardo de la Espriella. Sin embargo, el director del periódico dijo haber aceptado la renuncia del columnista al día siguiente, según confirmó la periodista Yolanda Ruiz. 

En el Consultorio Ético de la FNPI todavía no se ha respondido una pregunta sobre este caso específico. Sin embargo, el maestro Javier Darío Restrepo ha abordado en numerosas ocasiones el tema de la responsabilidad de los columnistas de opinión. En sus respuestas es posible ver cómo la incitación al odio va en contra del comportamiento ético que se espera de un líder de opinión y trasciende los límites de la libertad de expresión.

“El medio debe responder por las informaciones que publica. Debe responder por su exactitud y por el respeto a los derechos de las personas”, estima Restrepo en una respuesta concedida a un periodista venezolano sobre la responsabilidad de los medios respecto a lo que digan sus columnistas y demás colaboradores.

Restrepo admite que que el papel del columnista de opinión es promover el debate de ideas después de haber hecho su propia digestión de los hechos y de las opiniones, y aunque no aspira a ser la última palabra sobre los temas que maneja, pero sí a motivar a los lectores para que digan muchas palabras sobre el asunto de su columna.

A pesar de esto, para Restrepo el trabajo de el columnista debe estar enmarcado en los límites de la libertad de expresión, el respeto al otro, la búsqueda de la verdad y el servicio social. Estos límites cobran especial relevancia cuando el columnista se refiere a contextos de conflicto social, como es el caso venezolano.

“Cuando hay conflictos sociales, políticos, económicos o de orden público, es cuando el trabajo profesional del columnista es más necesario. Y si la sociedad padece una agudización de los conflictos,esa tarea de interpretar los hechos se vuelve fundamental para cualquier proceso de manejo pacífico de los conflictos”, concluye Javier Darío en otra respuesta brindada a una periodista colombiana.

 

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