Por: Antonio Canchila García | Este artículo fue originalmente publicado en el sitio web del Premio Gabo.
Cuando se asume el reto de hacer periodismo de inmersión sobre cualquier historia se afronta un reto aún mayor: el de no faltar a la ética. De eso da fe la reportera gráfica Lisette Poole (Cuba/Estados Unidos) que se embarcó en la aventura de dos cubanas que migraron a Estados Unidos atravesando 13 países de América Latina.
Durante una charla en el marco del Festival Gabo, Poole compartió con periodistas su trabajo y dio luces sobre cómo hacer este tipo de periodismo, que implica un contacto permanente con los personajes de la historia y su vida, sin incurrir en faltas éticas.
Aquí te resumimos varias recomendaciones:
Saber cuándo hay algo que contar. Muchas veces creemos que en cada momento puede hacerse periodismo de inmersión. Para Poole contar la historia de la travesía de dos mujeres cubanas lo era, porque además era como reconstruir la historia que vivieron varios de sus familiares.
“Es muy difícil encontrar alguien que te permita que lo acompañes a hacer una travesía como ilegal. Por eso cuando estas dos mujeres me lo permitieron decidí hacerlo. Para identificar cuándo lanzarse a esto hay que tener olfato, porque no siempre vale la pena”, precisó.
Ser sinceros con el o los personajes. Aunque algunos entendidos en la materia recomiendan posar de infiltrado para encontrar una realidad más cruda, Poole acudió a la sinceridad con las dos mujeres que acompañó en el viaje.
Lo hizo porque, además de que era necesario para poder hacer el registro fotográfico de todo, le parecía un engaño con las cubanas y con los espectadores de su historia no hacerlo.
Mantener la distancia con los personajes. Como esta práctica del oficio implica una relación estrecha con los personajes que se pretenden contar y su vida personal, puede pasarse a una relación más personal que laboral, eso tiene sus ventajas, pero también puede truncar el buen curso de la historia.
“En el viaje las vi (a las mujeres cubanas) discutir, pelearse fuerte y si no hubiera mantenido mi distancia en esos momentos, muy seguramente no habría podido continuar el viaje”, contó.
No distorsionar la historia. Como se es parte de la historia es clave tener cuidado para no entrar a cambiarla. Hay que mantener el rol del espectador que ve y vive la historia para luego contarla.
Sugerir rutas, aportar dineros o imponer rutinas a los personajes, además de ser una falta a la ética, es en sí mismo un cambio de la historia.
Sobre el Premio y Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.