Por María Mansilla
¿De qué hablamos cuando hablamos de juventud? Durante la segunda jornada del Taller Anfibio que comenzó esta semana en Buenos Aires, y que busca hacer alianza entre el mundo académico y el periodístico, la maestra Rossana Reguillo estableció un denominador común para usar el concepto de juventud. Para ello compartió una herramienta metodológica que puede ayudar a los reporteros a acercarse a sus historias y entrevistados. Reguillo habló de los "territorios temáticos" que espejan los cambios que atraviesa una persona o una generación. Entre ellos enumeró los derechos humanos, la pobreza estructural, el cuerpo, y las acciones micropolíticas, tales como el recurso del Twitter, las marchas, el graffiti: gestos de empoderamiento y transformación que trascienden la política formal. Arengó al alumnado a "entrenar el músculo pensatorio" en esa línea. Más tarde se propuso a los talleristas analizar las coberturas periodísticas que abordan temas juveniles. Les confiaron hacer una reflexión crítica y desglosar qué discursos se reproducen en el ejercicio del oficio en lo que ellos encontraran como buenas y malas prácticas. Esta es una guía posible para seguirles la pista a los discursos y empezar el debate: 1) ACTORES: Quiénes son; con qué adjetivos e imputaciones son retratados. 2) FUENTES: Cómo es el uso de las "voces expertas". 3) ENFOQUE: A qué imaginario corresponden. El cronista, un viajero inteligente El resto de la tarde tomó la palabra el escritor y periodista Francisco Goldman. Para entender qué es una crónica bien escrita, Goldman propuso recordar la cita de Conrad: "Mi ambición es, a través de las palabras, hacer escuchar, sentir, y más que todo hacer ver". Y eso que no parece mucho, subraya Goldman, es todo. "Aunque estás hablando de prosa, de palabras, el ojo sigue siendo el órgano más importante; es a través del ojo que de veras piensas, sientes cuando la realidad entra." Entre los ejemplos citados como prácticas de calidad periodísticas, Goldman ponderó el reportaje de Alma Guillermoprieto 'El Salvador: El violento paisaje de las maras', publicado en abril último en la revista Letras Libres. Destacó que el valor de su texto está en que no explica, no juzga, sí muestra. "El periodista es un viajero. No puedes juzgar, serías un viajero torpe. Debes transmitir la sensación de descubrimiento; así, si alguien juzga es el lector. Él decidirá qué siente a partir de lo que ha leído." También elogió la búsqueda de Guillermoprieto por entender, en un contexto de violencia, cómo el pasado ha nutrido el presente. Además, no muestra a las maras como un hecho aislado sino que "toca todas las bases"!: habla con maestras, policías, familias. "Muestra que todos somos un poco cómplices o víctimas, o estamos enredados en este problema social tremendo." Elogia también su sutileza, su paciencia narrativa. También se leyeron textos de Daniel Hernández, del libro 'El bajón y el delirio', y 'Swingerlandia: aventuras en un club de intercambio de parejas', de Gabriela Wiener. Cómo llegó Camila Vallejo a las páginas de The New York Times Goldman compartió con los talleristas la realización de una de sus últimas coberturas: el movimiento estudiantil chileno y su referente, Camila Vallejo. Fue para The New York Times. "La experiencia fue un poco absurda 'confesó-. Querían un perfil de Camila, me la pasé llamando cinco veces por día a los agentes de prensa; lo único que se podía hacer era ir a los debates, estar ahí. Las primeras dos semanas me sentía un poco Alicia en el país de las maravillas. Pensaba qué hago yo aquí, qué está pasando, y yo a mi edad persiguiendo a esta chavita de 23 años para que por favor me diera una entrevista. Si yo tuviera 27 años mi actitud con Camila y todo el movimiento estudiantil hubiera sido otra. Para mí ella es un animal político, le encanta este juego. Pero hacerlo a mi edad me permite ser más irónico; yo necesitaba un ligero toque de comedia. Y tuve que luchar con mis editores para mantener los pocos chistes que están ahí. ¿Por qué? Todo el mundo quiere masacrar a Camila por ser comunista. Yo me acerqué a ella y la admiro, pero por favor, no voy a ser tan solemne con las opiniones de alguien de 23 años." Después levantó la mirada, y pensando en las generalidades de la crónica, dio permiso para usar la primera persona: "la crónica es un género de primera persona, siempre alguien va, alguien mira". Y aclaró que no hay que desalentarse cuando las historias cuestan: "Cuando las fuentes son fáciles tienes que sospechar de tí mismo, hay algo que no estás viendo." Un segundo después se cerraron las computadoras, y maestros y talleristas partieron a visitar la sede de la Fundación Tomás Eloy Martínez. Lea también: Periodismo es tu mejor esfuerzo para dar una respuesta: primera jornada del 'Taller Anfibio' con Rossana Reguillo y Paco Goldman -- El taller anfibio Adentro, al borde o afuera: Crónicas de la diversidad juvenil en América Latina es organizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y la Universidad Nacional de San Martín -UNSAM-. Esta institución promovió y auspició la creación de la Revista Anfibia bajo la dirección del periodista y maestro de la FNPI Cristian Alarcón.