Durante el tercer día de trabajo del Módulo de literatura de la Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural se trataron temas sensibles: la censura que imponen las dinámicas económicas sobre los medios impresos; la autocensura que se imponen los propios periodistas por temor a perder sus puestos de trabajo o a que son presionados por sus editores para no amenazar los intereses de sus medios; la escasez de espacio para publicar temas que escapan a las tendencias noticiosas; o las rutinas periodísticas que impiden experimentar nuevas formas de presentar los sucesos que tienen que ver con la cultura. Al poner sus textos en manos de los maestros invitados Francine Prose y Mario Jursich, los becarios abrieron una caja de pandora de la que continuaron saliendo temas como estos hasta el final de la jornada. Francine Prose (Estados Unidos) se considera a sí misma "una novelista que quiere ser periodista". Con quince novelas a cuestas, Prose comenzó a escribir artículos periodísticos debido a la dificultad de vivir de la literatura: "Nunca dije no a los temas que me proponía mi editor y así me convertí en reportera". En un contrapunto preciso con Mario Jursich -editor de la revista El Malpensante-, fue analizando diversos aspectos formales de la escritura de los becarios. Si en algo coincidieron fue en que, por una parte, los temas culturales reciben cada vez menos atención y, por otra, en que la manera en que se escribe es de importancia capital para mantener el periodismo cultural a flote. Para Jursich, "los temas que se publican en Colombia se reducen a tres ámbitos: órden, o desorden, público; deportes y farándula. Cuando se publica algo diferente esa noticia se carga de contenido político, básicamente porque se está poniendo el foco sobre zonas de la realidad que no están frecuentemente iluminadas". Prose insistió sobre la necesidad de ser muy claros en el uso del lenguaje y para ello pidió a los becarios que siempre cuestionen su escritura: "¿Entiendo lo que acabo de escribir, puede alguien más diferente a mí entenderlo? Aunque no se puede tratar al lector como a un ignorante, sí se le deben presentar con mucha claridad todos los elementos del contexto que rodea al tema. La claridad es lo más importante." Poesía y periodismo Durante la jornada del viernes los becarios continuarán trabajando con los maestros invitados, pero esta vez deberán hacerlo en sesiones individuales, lo que representa un reto mucho mayor al que han enfrentado hasta ahora.Durante la sesión de la tarde los becarios recibieron la visita del poeta Edward Hirsch (Estados Unidos, 1950), famoso por su libro Cómo leer un poema. Hirsch leyó en voz alta uno de sus poemas y respondió agunas preguntas que los periodistas formularon. Su mensaje se escuchó con insistencia: el periodismo cultural puede jugar un papel importantísimo en la salud de la poesía en la actualidad. "La apuesta es por mantener algo vivo", dijo refiriéndose a la situación actual de la poesía y la manera como es leída por el público. "Hubo un tiempo en que la palabra oral, la poesía, era muy importante para la vida de los seres humanos, pero lo cierto es que hoy no hay un gran número de lectores de poesía". Finalmente, ante un comentario de Jaime Abello, Director de la FNPI, Hirsch conluyó: "Kapuscinski y García Márquez sugirieron que los periodistas deben leer poesía no solo para que presten atención a lo que dicen, sino a la manera en que lo dicen. La calidad de las frases, el ritmo que tienen, cuenta mucho a la hora de hacer periodismo escrito". Vea aquí la nota completa publicada en la Red Iberoamericana de Periodismo Cultural