4 consejos para evitar que una historia de periodismo de soluciones parezca publicidad

23 de Septiembre de 2020

4 consejos para evitar que una historia de periodismo de soluciones parezca publicidad

Hacer periodismo de soluciones sin caer en los excesos del optimismo y pisar el terreno de la publicidad es dominar una técnica. Aquí te enseñamos cómo lograrlo.

Muchos confunden el periodismo de soluciones con el activismo, pero no cabe la comparación cuando esta técnica periodística es bien aplicada.
Fabrice Le Lous

 

El periodismo de soluciones cubre las respuestas a problemas sociales. ¿Qué está funcionando y cómo lo hace? Es un periodismo más completo, que ayuda a ver los problemas sociales, políticos y económicos de otra forma: muestra lo que va mal, pero también muestra y explica cómo un mismo problema tiene respuesta en otros lados. Al hacer esto, se desafía a los lugares donde el problema persiste, mostrando que sí existen soluciones.

Pero los periodistas no celebramos ni le hacemos publicidad a estas respuestas o soluciones; las cubrimos periodísticamente, acuciosamente. Nuestra misión es explicar si realmente funcionan mostrando evidencia, y detallar cómo pueden replicarse para contrarrestar el mismo problema en otra parte.

A continuación enlistamos cuatro consejos que mejorarán consistentemente un trabajo de periodismo de soluciones, y que nos ayudarán a guardar la distancia necesaria a la hora de cubrir respuestas a problemas.

 

1. No proclamar que una solución es la única que existe

“Panacea” proviene del griego “panákeia”, y daba nombre en su origen a una planta imaginaria a la cual se le atribuía la virtud de curar todos los males. El santo remedio. Pues bien, las panaceas no existen. Y tenemos que dejarlo en claro en nuestros reportajes de periodismo de soluciones.

Debemos moderar la narrativa y mantener el escepticismo altivo. Si algo funciona, se demuestra con datos, con pruebas. Tomemos el ejemplo de este reportaje de periodismo de soluciones del New York Times:

Trata de un condado boscoso en Oregon donde no hay incendios forestales devastadores desde 2003, tras una década de los años 90 con no pocos fuegos destructores. Las medidas que tomaron en ese condado son efectivas para ese lugar, pero no se puede asegurar que las mismas disposiciones resulten 100% efectivas en California, otro estado que sufre por el mismo problema todos los años.

Lo que debemos hacer, tras demostrar con datos y ejemplos tangibles lo logrado en Oregon, es dejar la posibilidad abierta a que esas soluciones al fuego quizás puedan ser replicadas y quizás puedan ayudar otras zonas, pero esto se comprobará hasta que se ejecuten. Y por entonces tocará hacer un nuevo reportaje, esta vez en la costa oeste estadounidense.

Ninguna respuesta a problemas que vayamos a cubrir será una panacea. Ninguna. Tengámoslo siempre en mente para no sobrevender nuestros temas. Mantengámonos adheridos a las pruebas.

 

2. Mantener la narrativa enfocada en la evidencia y las lecciones aprendidas, no en una persona / comunidad / organización o política pública.

Cuando hacemos periodismo de soluciones, es importante que desde el título, la introducción y el primer párrafo, nuestra audiencia sepa que leerá algo diferente, enfocado en cómo funciona una solución a un problema.

Veamos estos titulares de publicaciones de periodismo de soluciones:

La clave está en la palabra “cómo”. No se presenta solamente el qué sino el cómo. Y nuestro deber, como en los ejemplos dispuestos, es mantener la narrativa del texto (o video o podcast, etc.) enfocada en demostrar y explicar cómo es que la respuesta al problema funciona. Y luego robustecer el trabajo con evidencia y datos.

En el caso del agua de lluvia, un hotel economiza hasta US$80 al mes gracias a un sistema de captación de agua de lluvia. En el caso de Hojancha, esa localidad no experimenta homicidios desde el año 2005, y hay razones políticas y sociales que explican este dato.

El caso del equipo que salva vidas del suicidio es distinto, porque por la naturaleza de la respuesta al problema, el equipo -que no es tan grande; son 31 personas- no tiene cómo dar seguimiento a quien llama, ya que el servicio es anónimo. Pero el reportaje lo explica bien y no lo vende como una panacea. Lejos de eso.

Los protagonistas de nuestras historias no son quienes idearon la solución, sino la solución en sí. Cómo funciona. Qué se logra y qué se ha logrado gracias a ella. Cómo puedo llevarla a otros lados para tratar de enmendar problemas similares.

A veces estas respuestas serán impulsadas por una persona o un puñado de personas, a veces por una política pública o una organización, o bien por una comunidad. Ellos son un vehículo que nos lleva a la solución, pero el enfoque debe permanecer sobre lo primero que vimos: what works and how? (¿qué funciona y cómo lo hace?).

A quienes impulsan la respuesta dejémoslos en el contexto. La protagonista es la respuesta.

 

3. Presentar las limitaciones de la solución

Es crucial también mostrar el 100% de información sobre las respuestas a los problemas que cubrimos. Como no existen las panaceas, la gran mayoría de soluciones que reporteamos también tienen limitantes. Veamos el ejemplo de lo que nos toca hacer como periodistas con el caso de estos reportajes:

El transporte de combustión interna (carros, motos, buses, aviones, barcos, etc.) representa el 33,3% de las emisiones de gases a efecto invernadero en el mundo. Los vehículos 100% eléctricos, que funcionan solamente con una batería de ion de litio como la de nuestros celulares, sí pueden ser una solución 100% efectiva, pero únicamente cuando la matriz energética del lugar donde cargaremos nuestro auto proviene de energías renovables (como viento, agua, sol, biomasa, etc.).

Esa limitante hay que dejarla en claro y explicar por qué es así. Y también hay que detallar que se trata de vehículos más costosos y que el tema de las pocas estaciones de carga es importante, porque obliga al conductor a planificar sus viajes con mucho más cuidado para no quedarse sin batería.

La solución existe, pero sus limitantes la vuelven relativa. Y hay que mencionarlas y detallarlas.

 

 

Estos son plásticos llamados “biodegradables” o “bioplásticos”, que reemplazan el petroquímico -la materia prima del plástico común- por almidones de plantas o alimentos naturales, pero que también pasan por un proceso en común con el plástico: la polimerización.

Esta polimerización es igual que con el plástico normal. El material se vuelve muy resistente, casi indestructible. Tras ser desechadas, los plásticos llamados “biodegradables” pueden supuestamente convertirse en biomasa y nutrientes en un proceso que requiere condiciones especiales de microorganismos, temperatura y humedad. Es decir, si se lanzan en la naturaleza, su efecto contaminante será prácticamente el mismo al del plástico con origen en el petróleo.

Explicar esta limitante del “bioplástico” solución a plásticos de un solo uso es el deber del periodista a la hora de enumerar el nuevo material como una respuesta al problema.

Detallar las limitantes que tienen las soluciones hace que ganemos en transparencia y nos aleja de cualquier atisbo de publicidad.

 

4. No hacer promesas exageradas ni predecir el futuro

Sumado a los tres consejos que vimos, agreguemos que no podemos predecir el futuro al cubrir una solución.

Las respuestas que cubrimos son una fotografía en un tiempo determinado. En el caso de Oregon que vimos anteriormente, nada asegura que un nuevo megaincendio sea devastador en el condado que no los sufre desde 2003. En el caso de Hojancha, nada asegura que el mismo día que se explica cómo este pueblo se mantuvo libre de homicidios por 14 años, ocurra un nuevo homicidio. Por eso es crucial moderar la narrativa y no sobrevender las cosas. No hace falta. Si una solución demuestra ser efectiva en un tiempo determinado, casémonos con esa ventana temporal y no prometamos nada. Decir que la solución es infalible para siempre es apostar en terreno desconocido. Y no le toca al periodista, le toca al publicista. El mejor ejemplo es el nuevo coronavirus y la pandemia actual.

Entre marzo y mayo de 2020, Costa Rica solamente contabilizó unos 1.000 casos totales de COVID-19, y registró únicamente una decena de fallecimientos. Fue un trimestre en el cual el país centroamericano era comparado con Nueva Zelanda e Islandia en su gestión ejemplar de la pandemia. 

La Nación, el periódico más grande del país, publicó este reportaje con enfoque de soluciones el 17 de mayo:

La periodista no prometió en ningún momento que los excelentes resultados de gestión de la pandemia fueran a prueba del tiempo, o fueran a dar los mejores resultados para el resto del año. De hecho, a partir de junio, los casos aumentaron exponencialmente y a mediados de septiembre Costa Rica registró más de 53.000 casos y más de 600 muertes. Son números elevados para una población total de 5 millones de habitantes.

Y son una lección para dejar las soluciones de nuestros artículos bien enmarcadas en espacios de tiempo determinados.

 

Sobre el proyecto de periodismo de soluciones en América Latina

La Fundación Gabo y la Red de Periodismo de Soluciones (SJN, por sus siglas en inglés) trabajan en alianza en un proyecto que busca formar e incentivar a los periodistas de América Latina a la aplicación del periodismo de soluciones, enfoque que busca investigar y narrar historias que aborden las respuestas que dan o podrían dar los ciudadanos e instituciones a problemas sociales en la región.

El proyecto, apoyado por la Fundación Tinker, contempla la difusión y apropiación de herramientas y guías, así como la realización de actividades de formación como talleres, seminarios virtuales y el desarrollo de espacios aprendizaje en las redacciones de algunos medios de comunicación de la región interesados experimentar con esta modalidad.

 

 

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