Libros periodísticos: algunos consejos para enhebrar la experiencia personal con los grandes acontecimientos

Libros periodísticos: algunos consejos para enhebrar la experiencia personal con los grandes acontecimientos

En el tercer día del taller que dirige Martín Caparrós, dos proyectos encienden una conversación apasionada sobre la presencia del yo.
Martín Caparrós, maestro del Taller de libros periodísticos / Foto: Gonzalo Martínez
Javier Sinay

A Cristina García Casado, una española que está trabajando en un libro que recoge su experiencia como corresponsal en Washington, le preocupa encontrar un eje para su historia. “Los corresponsales en Washington se toman a sí mismos muy en serio, pero no debería ser así: ya no hay exclusivas porque a las noticias las rebota alguien en las redes sociales y ya está: ya son de todo el mundo”, dice.

Es la mañana del tercer día del Taller de libros periodísticos que dicta Martín Caparrós en Buenos Aires, y García Casado presenta un texto cargado de ironía y de mirada política, entrecruzado con viñetas personales sobre su vida en Washington. La conversación en el taller gira en torno a la posición predominante de los medios anglosajones a la hora de contar las noticias mundiales y al propio Estados Unidos. “Estados Unidos es un país que se cuenta a sí mismo todo el tiempo, por eso hay un valor en que otro lo mire”, señala otra de los talleristas.

Al respecto, el maestro Caparrós señala tres cosas.

La primera: “En general, el periodismo en castellano cuenta lo local, nacional o regional, pero no se cree en condiciones de contar el mundo con una mirada global. Se lo deja a los anglosajones o, si acaso, a los franceses. Nos restringimos como si dijéramos ‘que el mundo lo cuenten ellos’”.

La segunda: “El periodismo estuvo mirando mal en los últimos años. En 2016 estuvo tan claro que habíamos estado mirando para donde no debíamos: fue una acumulación de miradas equivocadas. Algunos escribimos sobre eso en el momento, como una especie de advertencia. No sé en qué medida estaremos cambiando. Cuando uno elige qué mira, hay que tener en cuenta que nos hemos equivocado mucho en los últimos tiempos”.

La tercera: “Estados Unidos es un país que se mira mucho y que de algún modo dirige la forma en que lo miramos, pero también hay una tradición importante de extranjeros que lo miran. Creo que hay que explorar esto sistemáticamente: Tocqueville, Martí, Baudrillard”.

La primera persona y la estructura en un libro periodístico

A propósito de una pregunta de García Casado sobre la organización del libro, Caparrós dice que la estructura de la novela Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa, tiene una belleza propia.

“Cuando uno imagina un libro, lo primero que tiene que pensar es cómo lo va a armar y qué espacios van a ocupar las piezas”, dice él. “En muchos casos, una buena crónica depende de que el cronista aproveche lo que cuenta para hablar de algo más general”. Un ejemplo tomado del proyecto de García Casado: a propósito del tema de la seguridad social en Estados Unidos se puede abrir el panorama a más información.

La voz narrativa de García Casado es ágil, pero ella se pregunta en el taller hasta dónde debería contar o mostrar. “La primera persona es una construcción, un narrador: no es uno”, le responde Caparrós. “Vale la pena tratar de controlar esas características y construir al narrador de la manera más consciente posible: hay que ver en qué tipo de personaje se convierte uno”.

Caparrós es un defensor de la primera persona. Explica: “Es una decisión política: la primera persona rompe con una política clásica de los medios tradicionales, que eliminan esa primera persona y postulan la objetividad del periodismo en vez de aceptar que sólo representan una de las infinitas miradas posibles. Además arman una prosa transparente, que es pura convención. Pero no hay relato si no hay sujeto que relata: cualquier mirada del mundo necesita alguien que mire”.

Un huracán sobre Puerto Rico trae un vendaval de hipótesis periodísticas

En la segunda mitad de la jornada, Ana Teresa Toro, otra participante, presenta un proyecto de libro que tiene como punto de partida al huracán María, que azotó el año pasado a Puerto Rico. “Hay una pregunta que no me quería hacer y me incomodó muchísimo: ¿para qué los portorriqueños queremos un país?”, dice, a propósito del fundamento final de su trabajo. Agrega que quisiera hablar de lo que le hace la mentalidad colonial a un país y también a cada individuo, y propone tres ejes: lo íntimo, lo histórico y lo simbólico.

Pero Caparrós le señala algo mayor: “Yo creo que en tu texto hay un problema que debe ser tenido presente: un a priori fuertísimo. Como si quisieras demostrar una cantidad de cosas en vez de acercarte a una realidad para ver cómo es”.

Así es que el libro corre el riesgo de cambiar de género. “Parece un panfleto: no veo una carga negativa en esta palabra (yo he dicho muchas veces que mi libro sobre el hambre es un panfleto), pero parece un panfleto anticolonial y entonces hay que ver qué reglas distintas supone trabajar ese género”, dice Caparrós. “A mí lo que más me interesaba de tu texto era lo contrario de esa proclama: una extrañeza que rompe con toda la certeza que tenemos acerca del colonialismo. Como fenómeno, me resultaba muy curioso el de la colonia que no está incómoda con su status colonial. Yo exploraría más ese aspecto”.

Cristian Alarcón, otro de los participantes del taller, le propone a Toro que lea Hiroshima, de John Hersey, un modelo que cuenta cómo la vida le cambia a la gente luego de una tragedia.

En líneas más generales, a Caparrós le da la impresión de que hay demasiadas piezas en este proyecto. Hay que elegir y centrarse. “Me gusta lo de huracán: la idea de que desveló todo”, le dice a Toro. “Como hipótesis, ésta puede contener a todo lo otro que has escrito en tu proyecto. El viento sacude cosas materiales y también algo más: vínculos, afectos y símbolos”. Las historias deben llevar a distintos temas, propone el maestro: “Que la destrucción de una casa te permita hablar de los autoconvocados que se armaron electricidad con energía solar, y así”.

Luego de tres horas de conversación, Toro sonríe, se distiende, se siente satisfecha. Dice que por fin, gracias al taller, ha encontrado una forma sólida para el huracán que había sacudido las piezas de su proyecto de libro.

 

Sobre el Taller de libros periodísticos con Martín Caparrós

Es organizado por la FNPI - Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y la Fundación PROA con el apoyo de la Fundación Tomas Eloy Martínez - FunTEM, con el objetivo de promover el libro como formato de trabajo periodístico, alternativa de lectura y de mercado editorial.

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