Este 6 de junio, Día Mundial del Trasplantado.
En Europa cada día mueren 12 personas esperando un trasplante de órganos. En países como Estados Unidos la cifra asciende a 22 personas diarias. Esta situación se podría revertir con una adecuada promoción de la cultura de donación de órganos, pues un solo donante puede salvar hasta ocho vidas, de acuerdo a estimaciones de la Red Unida Por la Donación de Órganos (UNOS, por sus siglas en inglés)
De ahí la importancia de permitir un espacio adecuado en los medios de comunicación para compartir experiencias exitosas de personas que han salvado las vidas de pacientes en listas de espera, simplemente por haber accedido a inscribirse como posibles donantes. Una práctica poco común en Latinoamérica.
Según estimaciones recientes comunicadas a la OMS, el órgano con más demanda es el riñón, representando solo el 10% de la demanda estimada. Los otros órganos más solicitados son los hígados, seguidos de los corazones. Aunque el número de trasplantes de riñón y de hígado ha venido en aumento, también aumenta la demanda, que aún no se atiende suficientemente.
Por lo tanto es importante resaltar el valor de concursos que buscan fomentar la exposición de historias sobre trasplantes en los medios de comunicación, como lo es en Perú el Premio Nacional de Periodismo por Fomento de la Donación de Órganos y Tejidos Augusto Hernández Mendoza; el Premio Luis Portero a la Promoción del Donante de Órganos y Tejidos en España; o el Premio de Periodismo que durante varios años impulsó la Asociación Colombiana de Trasplante de Órganos.
El Premio Roche de Periodismo en Salud, realizado anualmente por la FNPI con el apoyo de Laboratorios Roche, ha tenido entre sus finalistas historias sobre donación de órganos. El caso más recordado es el del reportaje sobre trasplante de brazos titulado “Con los brazos abiertos”, realizado por Luis Pavón, periodista de Televisa México en 2013.
De acuerdo al veredicto emitido por el jurado, el trabajo finalista tuvo la virtud de no caer en el sensacionalismo, y lograr ilustrar de manera sencilla la complejidad de la operación y no idealizar el procedimiento quirúrgico, plasmando sus limitaciones. Adicionalmente, Pavón logró hacer un seguimiento humano de la evolución del paciente, donde pequeños movimientos de las manos fueron mostrados como grandes logros.
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