Cuatro de junio, Día Mundial de los Supervivientes de Cáncer.
Aunque de primera mano no lo parezca, los medios de comunicación juegan un papel definitivo en el tratamiento informativo del cáncer, que afecta la forma en que son percibidos los supervivientes de esta enfermedad.
El ejercicio del periodismo, además de estar respaldado como una de las libertades civiles básicas, representa un compromiso social de gran magnitud. En ese sentido, es fundamental hacer hincapié en la necesidad de establecer una serie de pautas éticas
para la correcta difusión y transmisión de lo qué es y supone el proceso de esta enfermedad en la persona y en la sociedad.
La libertad de expresión y el derecho a la información nunca pueden vulnerar los derechos fundamentales de los enfermos y supervivientes de cáncer. Por este motivo, la fundación española Grupo IMO, en su apuesta por la promoción de la salud y la prevención del cáncer, ha elaborado conjuntamente con la Federación de Asociaciones de Prensa de España un Decálogo Deontológico para el Tratamiento Informativo del Cáncer, que resumimos a continuación:
1. Llamar al cáncer por su nombre
Desmitificar la enfermedad. Evitar eufemismos con expresiones como “ha muerto de una larga y penosa enfermedad”. El uso correcto de términos como cáncer, enfermo de cáncer, paciente de cáncer, paciente oncológico o superviviente de cáncer eliminan tabúes y animan a dar visibilidad a la enfermedad.
2. Proteger la identidad del paciente y superviviente
Evitar la intromisión gratuita o las especulaciones innecesarias y respetar así la decisión del paciente de hacer o no pública su enfermedad. El fin último de transmitir las vivencias de un paciente es informar y ayudar a otros que viven dicho proceso. Para cumplir este objetivo no es necesario desvelar nombre y apellidos, indagar en su perfil profesional o su relación de pareja o familiar.
3. No estigmatizar al paciente y al superviviente
El aspecto físico del paciente es, en ocasiones, lo que les hace visibles ante la sociedad. Tras la recuperación, el paciente sigue siendo a los ojos de muchos, un enfermo de cáncer al que de alguna manera no facilitan volver a la vida que vivía antes de la enfermedad. No debemos, por tanto, estigmatizar el cáncer ni al enfermo, hay que evitar la discriminación social o laboral.
4. Rigor científico y terminológico
Hablar del cáncer con rigor, usar de manera correcta los términos científicos sin ofrecer datos incorrectos o interpretaciones erróneas sobre un tipo de patología, tratamiento farmacológico, radioterápico, procedimiento quirúrgico, etc.
5. No crear falsas expectativas
Ofrecer datos de fuentes fidedignas y fiables para situar la enfermedad en el panorama real sin crear falsas expectativas ni alarmas innecesarias en cuanto al pronóstico.
6. No frivolizar
Evitar convertir en un espectáculo mediático el padecimiento de la enfermedad. El apoyo al enfermo de cáncer es una ayuda desinteresada por parte de una institución, persona o entidad, dirigida a mejorar su calidad de vida durante el proceso de la enfermedad o tras ella.
7. Imagen real y humana
Debemos tener especial cuidado con las fotos e imágenes que acompañen a testimonios o noticias relacionadas con el cáncer o los afectados por esta enfermedad. Esto requiere una consideración especial hacia pacientes, supervivientes, familiares, etc.
8. Citar fuentes
Es imprescindible contrastar y citar las fuentes utilizadas con el fin de aportar la veracidad y credibilidad a lo que se va a transmitir. No toda la información que circula sobre el cáncer en la red o en otras fuentes informativas es correcta.
9. Recordar la existencia de la enfermedad
Mantener una agenda sobre esta enfermedad (días mundiales, actos nacionales, jornadas específicas, eventos científicos, etc.), que sirva para promover la prevención del cáncer, para informar de todos y cada uno de los tipos de tumores y para continuar creando conciencia social sobre cómo mejorar la calidad de vida de los enfermos, sus familiares y supervivientes.
10. Analizar antes de difundir
Distinguir la información de la opinión. El alcance informativo de la nueva era de la comunicación digital merece ser considerada por su dimensión. El altavoz ya no ha de ser el medio de comunicación, pero muchos de ellos están involucrados en dar cobertura a la información que se publica en las redes sociales. Analizar el contenido antes de difundirlo, revisando que se cumplen todas las recomendaciones anteriores.
***
También recomendamos leer: Cinco enfoques para cubrir el cáncer como enfermedad de salud pública
***