Foto: María Fernanda Agudelo
El mundo cambió. El periodismo no se debe quedar atrás, debe aprender a narrar los cambios sociales inmerso como está en esos cambios. La digitalización de la vida cotidiana –profundizada con la pandemia del COVID–19– ha permitido que la ciudadanía se comprenda de formas distintas. Cuando se habla de ciudadanía, se pasa del singular al plural y de lo presencial a lo virtual. Ahora se habla de “nuevas ciudadanías digitales” que conforman “nuevas ciudadanías globales” con otros canales de expresión, unión y participación política, lo cual ha traído nuevos retos. Según la CEPAL, hoy existen brechas digitales en tres dimensiones: en cuanto a nivel socioeconómico, edad y género, y en torno a la posibilidad de beneficio en públicos virtuales.
Lo anterior exige al periodismo un reto adicional: saber orientar la difusión de sus trabajos a través de las redes sociales, en especial Twitter, Instagram, LinkedIn, Tik Tok, Youtube y Facebook, sin olvidar su sentido: ejercer el contrapoder y la denuncia de los problemas que afectan a la ciudadanía. El periodismo se transforma a partir de sus audiencias y del consumo que estas hacen. Sin embargo, no se queda en las nuevas tecnologías; se aprovecha de ellas para salirse con la suya: buscar nuevas formas de narrar.
Durante la mañana del 29 de noviembre del 2022, 23 periodistas de toda la región del Eje Cafetero asistieron al seminario–taller ‘Periodismo regional en contextos de cambio social’, que se llevó a cabo en Manizales, en la Casa Chipre de Efigas. La maestra Dora Montero Carvajal, directora del medio Mongabay Latam y vicepresidente de Consejo de Redacción, ofreció herramientas para narrar estos cambios sociales partiendo del análisis de información en las bases de datos, el uso de nuevas narrativas y plataformas, y el diálogo con diferentes fuentes. La maestra buscó responder la pregunta de cómo el periodismo puede valerse del auge de las redes sociales para conectar más y mejor con sus audiencias.
El taller duró cuatro horas. Fue gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Efigas y Promigas y fue el octavo de una serie de seminarios en todo el país. Los participantes acudieron desde diferentes municipios de Caldas, Risaralda y Quindío. Por nombrar a algunos, pertenecían a emisoras comunitarias y sociales, medios tradicionales escritos, redes de medios y equipos de comunicación de entidades públicas. También a emisoras públicas, medios privados y medios universitarios. Algunos, incluso, eran columnistas avezados y periodistas independientes. Todos convergieron bajo la pregunta de cómo narrar desde las regiones los cambios sociales que vivimos actualmente usando herramientas novedosas.
A continuación, cinco estrategias con sus recursos para ser “audaces y creativos” tanto en la búsqueda de datos para las historias, en el uso de nuevos formatos, así como en su difusión.
1. Pasar del periodismo al perreodismo
La periodista Bianca Graulau se unió con Bad Bunny para hacer un documental reguetonero en el que denuncian los diferentes apagones que ha vivido Puerto Rico en los últimos meses. La canción El Apagón (del álbum Un verano sin ti) y el reportaje audiovisual Aquí vive gente se alinearon para revelar el desplazamiento y la gentrificación que ha vivido el país en los últimos años. 10 millones de visualizaciones ha tenido el video en YouTube, en el que aparecen nombres de políticos y empresarios implicados, con el sustento de varios medios de comunicación, testimonios de puertorriqueños e infografías.
Este ejemplo expone la relevancia de buscar nuevos aliados para llegar a una mayor difusión y cómo Graulau, una periodista independiente, usa sus redes para divulgar su trabajo. Con ello se constata que un periodista sigue siendo periodista por más de que no trabaje en un medio de comunicación, siempre y cuando tenga claro que su vocación está en mostrar –con rigor y ética– las problemáticas que vive su comunidad.
2. Conocer a las audiencias: más allá de los prejuicios
Hoy en día, el periodismo no goza de una alta aceptación en la ciudadanía. Según el informe de Digital News Report del Instituto Reuters (2022) –traducido al español por la Fundación Gabo–, un 74 % de personas encuestadas dice que, a menudo, a veces u ocasionalmente tratan de evitar las noticias. El periodista debe saber a qué se enfrenta a la hora de informar. Para este fin, las redes sociales permiten hacer encuestas, “trivias” y sondeos, tanto como una breve sistematización de los datos de quiénes son las audiencias. Si no, un medio puede terminar narrando en pro de sus propios prejuicios en vez de narrar en pro de las personas.
Este es el primer paso para pensar en crear contenidos periodísticos. No basta solo con “ellos deben saber” o “yo creo que ellos saben”; es menester recoger la información necesaria para estar al tanto, con datos sustentados, de qué quieren saber las personas que interactúan en el medio, quiénes son, qué buscan, qué no saben, cuáles son los hábitos de búsqueda, cuáles son sus necesidades. Se trata de un ejercicio que es importante hacerse constantemente. En ese sentido, la información se organiza pensando en aquello que quieren conocer las audiencias. Los trabajos, por último, comienzan con el interés de estas, no con lo más importante.
3. Conocer las herramientas: cada aplicación tiene su propio lenguaje
Cada plataforma es un mundo diferente, cada una de ellas se usa diferenciadamente. No se trata de confundirse con esta Torre de Babel digital sino de atreverse a entender su funcionamiento. Es distinto el hilo de Twitter que la historia de Instagram. Quien llega a LinkedIn tiene un objetivo diferente a quien abre YouTube. Facebook y WhatsApp aún son las plataformas a las que más se accede para informarse, pero TikTok –y sus videos en que el usuario puede sentir que media hora pasa en cinco minutos– está creciendo cada vez más.
Todas las plataformas ayudan teniendo en cuenta sus características para la difusión: las tendencias y los hashtags en Twitter, los reels y la música tendencia en Instagram, por ejemplo, son formas que el periodista tiene para masificar su contenido, con “audacia y creatividad”. Una lluvia de ideas podría ser una salida para un estancamiento. Hay que estar preparados, reconocer aquello que cambia constantemente (una sociedad con el tiempo más digitalizada) y observar la interacción de las audiencias.
Un periodista integral sabe cómo llevar a cabo una investigación con buenas fuentes, como también sintetiza los hallazgos para un video, o identifica una cifra reveladora de lo que acabó de investigar. No significa dejar atrás el periodismo tradicional, sino ser adaptativos para descubrir formas diferentes de distribución de los mensajes. Tampoco implica olvidar la ética ni el rigor en la difusión. Por ejemplo, en el caso de Manizales, por la alta tasa de suicidios, al usar las redes sociales es posible entregar un mensaje con la altura que amerita y exige el tema, por medio de las diferentes herramientas que existen.
4. Partir de los datos para las múltiples plataformas y formatos
La rigurosidad en los datos de una historia no es lo opuesto de ser creativo. Antes bien, parte del rigor del periodista está en entender cómo una información puede traducirse en formatos coherentes con aquello que está hablando la gente y con el modo en que los nichos interactúan en el mundo virtual. De todo esto se desprende la elección del lenguaje más apropiado para cubrir un tema y, sobre todo, la mejor manera para conectar con una determinada audiencia. Los trabajos como Ermitaño, Tierra de resistentes, No fue el fuego y ¿Cómo nos quitan la tierra? son ejemplos de cómo usar diferentes lenguajes para un sentido común: una historia periodística multimedia. Estamos lejos de medios que solo se preocupan por un lenguaje, y cada vez más cerca de la multiplicidad de sentidos y estéticas a favor de un cauce conjunto.
Aunque cada uno de estos trabajos tiene una naturaleza diferente (pódcast, texto o video), procuran hacerse con otros formatos (ilustraciones, infografías) para elaborar un producto completo. Esto, a su vez, conviene con el propósito de la propagación del resultado hacia múltiples plataformas: de lo multimedia a la multiplataforma. Como es integral, mucho mejor si se trata de trabajos en equipo (para ello hay aplicaciones que facilitan las cosas como Google Drive, Asana, Slack, monday.com, Trello y Miro), con el concierto de profesionales de diversas ramas.
De los datos pueden surgir historias multimedia. Todas parten de hechos concretos, sin los cuales no podrían ser trabajos periodísticos. Aunque logran llamar la atención en cuanto a la forma en que son expuestas, se conjugan con los formatos para darles a las audiencias maneras interesantes de comprensión. En este caso, existen varias bases de datos públicas a la hora de buscar información, empezando por la página de Datos abiertos, que contiene toda clase de cifras sobre los gobiernos, hasta Paco, que agrupa datos sobre la lucha anticorrupción. Aquí algunos enlaces a las demás plataformas:
- https://registraduria.gov.co/
- https://www.datoselectorales.org/
- https://www.infraestructuravisible.org/datos
- https://micrositios.centrodememoriahistorica.gov.co/observatorio/portal-de-datos/base-de-datos/
5. Mirar más allá de lo que todo el mundo mira
El periodista debe ver más allá de lo que el mundo mira normalmente. Es su deber no dejarse llevar solo por la marea de las tendencias. Más bien, debe procurar hacer de su trabajo una tendencia, partir de datos para las historias, comprender que en la diversidad de fuentes está la calidad de su trabajo. No conformarse solo con la fuente oficial de entidades públicas y aprovechar los recursos de bases de datos gratuitas y de transparencia para constatar y encontrar historias. “Cacharreando” las bases de datos disponibles es como se hallan nuevas ideas y como se ve más allá. También hay que ser “audaces y creativos” para buscar en los resquicios del mundo virtual y físico.
Sobre Dora Montero Carvajal
Es comunicadora social y periodista de la Universidad de la Sabana, Colombia. Actualmente es editora en Mongabay Latam, medio que cubre las historias ambientales de la región, y vicepresidenta de Consejo de Redacción (CdR). Fue jefa de redacción en Cambio, sitio colombiano especializado en análisis e investigación periodística. Tiene gran experiencia en periodismo de investigación y es líder de opinión sobre temas socioeconómicos y de seguridad en Urabá, Chocó, Cauca, Valle y Norte de Santander. Además, es experta en temas de corrupción como lo explorado en el trabajo ‘Tras la pista de los dineros públicos’ y es una de las autoras de la guía ‘Pistas para investigar la corrupción’.
Sobre el taller ‘Periodismo regional en contextos de cambio social’
El taller, convocado por la Fundación Gabo en alianza con Efigas y Promigas, se desarrolló en Manizales el 29 de noviembre de 2022. La actividad contó con la participación de 23 periodistas bajo la guía de Dora Montero Carvajal. El taller continúa el ciclo de 11 talleres presenciales en distintas ciudades de Colombia.