Chris Post, especialista en seguridad para periodistas e instructor del taller de la tercera edición del Fondo para investigaciones y nuevas narrativas sobre drogas (FINND), compartió varias estrategias y claves para tener una mayor consciencia de la seguridad tanto física como digital al hacer trabajo de reporteo.
Post, ganador del Emmy y entrenador especializado en seguridad, amplió las nociones de análisis de contexto invitando a tomar en cuenta potenciales peligros desde la planeación del trabajo, además de sugerir hábitos que pueden reducir notablemente cualquier peligro al reportear.
1. Proactividad vs reactividad
Existe una diferencia importante entre ser proactivo y reactivo respecto a la seguridad en coberturas: ser proactivo significa prepararse previamente ante posibles amenazas al hacer una investigación y el ser reactivo implica actuar ante una situación que ya está ocurriendo.
Post explicó que ser proactivo implica tener mucha planeación; incluso desde que una historia es propuesta a los editores se deben tomar en cuenta los potenciales riesgos, sobre todo si los temas son delicados (como los relacionados con narcotráfico y crimen organizado).
Lo ideal es hacer un mapeo inicial y saber qué peligros podemos enfrentar durante el reporteo, y sobre todo buscar la manera en la que nadie salga lastimado y proteger a las fuentes implicadas. Post recalcó que esto no elimina los riesgos, sino que ayuda a reducirlos significativamente haciendo planes de contención.
2. Ser conscientes del entorno
Algo sumamente importante es tener conciencia del lugar donde estamos para identificar potenciales situaciones de riesgo. Todo empieza por la percepción de nuestro entorno, para después comprender lo que ocurre y así poder actuar correctamente en caso de necesitar protegernos de un posible ataque o situación de riesgo.
El experto en seguridad recomendó tratar de estar siempre alerta y preguntarnos qué está pasando, descubriendo si vemos o sentimos algo fuera de lo normal. Post sugirió reconocer a dónde iríamos en caso de una explosión o balacera, por ejemplo, así como a encontrar personas que parezcan fuera de lugar para descartar si están vigilándonos o siguiéndonos.
Esto requiere concentración y observación, es decir, usar las habilidades periodísticas y enfocarnos en el aquí y ahora; para esto puede ayudar no escuchar música, o estar leyendo, pues son acciones que nos desconectan de la conciencia situacional.
3. El método PETE
Durante una cobertura existen dos tipos de situaciones: eventos e incidentes. Los primeros son algo que podemos planear, y los segundos pasan de manera espontánea, no se pueden prever y no tenemos suficiente información al respecto.
Para saber cómo actuar, Post compartió el método PETE (por sus siglas en inglés), que corresponde a “People, environment, task, equipment” (personas, ambiente, asignación y equipo). Este radica en analizar primero a las personas involucradas en la historia que estamos investigando, desde el equipo de periodistas hasta nuestras fuentes, incluyendo a agentes gubernamentales, opositores, etc.
Después se debe hacer un mapeo del ambiente, para saber si la zona donde vamos es peligrosa, si hay focos rojos por situaciones previas de inseguridad, y cómo puede impactar esto en nuestra cobertura.
Respecto a la asignación, previamente hay que determinar si es la primera vez que entrevistamos a alguien, si el encuentro es riesgoso, si grabaremos o no, y qué tendremos que hacer exactamente.
Finalmente hay que ver qué equipo necesitamos, ya sea desde un vehículo especial o hasta chalecos antibalas, cascos o aparatos especiales de comunicación.
4. Seguridad digital y seguridad física
La seguridad digital y la física están relacionadas aunque de entrada pareciera que no. Para empezar se debe hacer un análisis de riesgo del entorno donde trabajamos, tomando en cuenta dónde están nuestros equipos que puedan tener información sensible. Hay que preguntarnos si hay una ventana abierta, una puerta cercana, es decir, si alguien quiere robar, ¿podría hacerlo fácilmente?
Se debe pensar la seguridad digital como la forma en que alguien quiere usar nuestra información para hacernos daño, o también proteger la información que tenemos en caso de que no tengamos respaldo, y esto puede ser tanto por una intención de atacar la actividad periodística como también por delincuencia común.
Las sugerencias del especialista son analizar el espacio físico donde tenemos nuestro equipo, así como cuidar el entorno digital en cuanto a contraseñas, accesos y cuentas activas, pero también tener muy clara nuestra red humana que implica saber a quién le contamos qué, y quién tiene acceso a lo que hacemos periodísticamente.
5. Identificar y evitar la vigilancia
Los periodistas son vulnerables a ser vigilados tanto en el espacio digital como en el físico. Por ello hay que tener buenas prácticas de seguridad digital como revisar frecuentemente nuestras contraseñas y accesos, pero también ser muy conscientes de nuestro día a día para identificar si alguien nos está siguiendo. Post identifica varios tipos de vigilancia:
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La digital, que implica monitorear actividad en línea.
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La física, cuando alguien está afuera de una vivienda, oficina o sigue los trayectos de los periodistas.
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La vigilancia de entrevista, que implica preguntar de manera sutil a personas cercanas sobre el quehacer diario y el trabajo periodístico (por ejemplo a familiares o vecinos).
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La vigilancia técnica, que es cuando se insertan dispositivos de monitoreo como GPS ocultos, cámaras o micrófonos.
Para esto el experto recomendó practicar la contra vigilancia, es decir, estar muy alertas para encontrar personas que no reconocemos, que están fuera de lugar, o vehículos que arrancan cuando llegamos o nos vamos, e incluso a quienes empiezan a hablar por teléfono cuando nos ven, por ejemplo. Post cerró diciendo que es muy importante confiar en el instinto y juicio propios en estas situaciones.
Sobre el Fondo para investigaciones y nuevas narrativas sobre drogas (FINND)
El Fondo para investigaciones y nuevas narrativas sobre drogas (FINND) es una iniciativa de la Fundación Gabo y Open Society Foundations (OSF), que consiste en un programa de becas y formación para trabajos periodísticos sobre drogas en Latinoamérica, que rompan con la narrativa tradicional de violencia y criminalización.
En su tercera edición el FINND reúne a periodistas de toda la región y les capacita acerca de seguridad y cómo acercarse al tema de drogas desde otra perspectiva, privilegiando los trabajos colaborativos, locales e innovadores.