Mis queridos alumnos,
Desde 2001, como sabéis, se ha ido celebrando en Cartagena de Indias durante cuatro semanas entre julio y agosto, lo que yo llamo 'el curso largo'. Durante ese tiempo hemos trabajado, profesor y alumnos, y digo alumnos porque de ellos he aprendido tanto como haya podido enseñarles, para mejorar nuestra comprensión y práctica del desempeño periodístico. Han pasado por la sala Cepeda Samudio de la calle san Juan de Dios ya casi 200 jóvenes periodistas de la mayor parte de América Latina, de lengua española habitualmente, pero también brasileños, y hasta una gentil señorita de los Estados Unidos; y, gracias al afán y la noble voracidad que han mostrado todos ellos por debatir, acumular, trasladar a la realidad los conocimientos que allí pudieran exponerse, hemos construido mucho más que un taller o un centro de estudio; hemos creado una comunidad entrañable que ya es hoy un organismo vivo, y la mejor prueba de ello es el contacto que vía correo electrónico sostienen los alumnos entre sí y con este modesto vigía de sus inquietudes, las reuniones para las que se citan; la seguridad de que cualquiera de ellos de visita ocasional o de trabajo en el país de un compañero, tiene allí no solo un amigo sino un formidable punto de apoyo para lo que sea menester. Y ese es un valor que no podemos dejar que solo permanezca latente. Urge crear, dar forma institucional a esa red formada por profesionales que están llamados, si no lo son ya, a ser los grandes impulsores de un nuevo periodismo iberoamericano, que es a lo que nos exhorta la misma esencia de la FNPI, aquello para lo que la Fundación fue creada por el maestro de todos, Gabriel García Márquez.
Miguel Ángel Bastenier