Foto: Rodrigo Contreras
Durante el taller Mujeres líderes en la sala de redacción, las participantes tuvieron la tutoría inmediata de Mónica González en la discusión y abordaje de todo tipo de temas. Pero además combinaron ese acompañamiento con los testimonios de especialistas de alto nivel y reputación en Chile, como economistas, profesores, sociólogos e investigadores.
Quizás una de las intervenciones de mayor provecho fue la de la fiscal Ximena Chong, cuyo nombre suele resonar con frecuencia en los medios de comunicación chilenos: ha conducido las investigaciones de los casos más importantes y más escandalosos en su país, que involucran a figuras del mundo político o público en general.
Por esa razón, la maestra quiso invitarla a compartir con las talleristas, para cruzar experiencias y comparar, en la medida de lo posible, el rol de las fiscales dentro de una institución como el Ministerio Público, con el rol de las mujeres periodistas que se dedican a investigar el poder.
Investigar el mundo de los hombres
Uno de los grandes retos de las periodistas que se dedican a investigar casos de corrupción, lavado de dinero o narcotráfico, es que es tienen la tarea de investigar un mundo que en general es masculino. “Es como entrar al baño de los hombres con la capa invisible de Harry Potter, un baño al que las mujeres no entran, porque no tienen espacio. Por eso al principio puede resultar retador y desconocido”, explica la fiscal. “Es muy difícil porque siempre tratan de ningunearte y no te toman en serio solo porque eres mujer”.
Estudiar cada caso como si fuera el primero
Hay muchas trampas en las que es muy fácil caer, por el hecho de tener muchos años investigando el poder. Quienes han hecho una larga trayectoria, muchas veces suelen creer que ya no hay nada nuevo que aprender, nada que sorprenda tanto, o que ya tienen la suficiente experiencia para abordar cualquier caso. En ese sentido, para las mujeres es más complejo porque al investigar un mundo que generalmente es de hombres, las barreras intencionales “se bajan” con mayor facilidad y es más fácil tropezarlas.
“Quienes cometen delitos asumen que si es una mujer quien los investiga, no hará bien el trabajo. Creen que hay estrategias masculinas que no conocemos, que ese mundo es ajeno a nosotras y debemos demostrar que no es así. Por eso, cada vez que yo me enfrento al caso, no solo estudio los antecedentes sino el contexto. Si es corrupción en un caso de pesca, por ejemplo, tengo que saber de pesca. Ustedes, periodistas, también lo pueden aplicar: busquen literatura, referencias, consulten a los que más saben, busquen documentación, lean sobre casos similares que ocurrieran en el mundo, todo eso antes de empezar la investigación formal”, recomiendo Chong.
No están admitidos los errores
“Quien investiga también ejerce poder”, advierte la fiscal. La maestra también respalda esa frase con absoluto convencimiento. Por eso, la responsabilidad y rigurosidad se deben asumir casi con obsesión. “Quizás hay otras instancias del periodismo en que los errores se rectifican y la sociedad no lo mira como algo tan grave, aunque sí lo sea. Pero en investigación nunca hay espacio para el error. No se puede afirmar algo y sustentarlo en una prueba que es falsa, por ejemplo. Hay que chequear y confirmar mil veces. El fiscal o el periodista que investiga un hecho, que lo devela, tiene el poder para hacer caer a alguien, por eso la rigurosidad es tan importante”, insiste Chong .“Y además está el tema de género y de los estereotipos, porque lamentablemente los tropiezos de las mujeres se magnifican, mientras que los de los hombres se explican y eso para nosotras es agotador”.
Aprender a lidiar con ciertas frases y tratos
“Querida”. “Mijita”. “Linda”. “Preciosa”. Muchas veces, cuando toca abordar al corrupto o protagonista de la investigación, el trato que la mujer recibe es tan cordial que asusta. “Creen que te pueden persuadir si te hablan bonito, si te tratan bien. Ahí es cuando debemos actuar con mayor profesionalismo. No sonreír ante la broma fácil ni ante el piropo. Pedir respeto literalmente también funciona, pero entonces creen que eres una amargada”, advierte la fiscal. Y agrega: “Nunca faltará alguien que te diga ‘ven, mi amor, para explicarte’. Ahí es cuando más importa todo lo que estudiaste sobre el caso, porque nadie va a venir a meterte cuentos y eso lo demuestras cuando te toca hacer las preguntas correctas, basadas en tus argumentos”.
El taller
El taller Mujeres líderes en las salas de redacción, en el que participan 16 editoras y reporteras de América Latina, tiene lugar en Santiago de Chile del 14 al 17 de marzo. Esta actividad es organizada por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, con el apoyo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Conduce Mónica González, directora del Ciper y miembro del Consejo Rector de la FNPI.