¿Qué dice la ética sobre informar de la salud de los presidentes?

¿Qué dice la ética sobre informar de la salud de los presidentes?

En cada país el tema de la salud de los mandatarios tiene un trato especial, esto depende incluso del estilo del político.

Cada vez que se conocen detalles sobre el estado de salud de un gobernante, las alarmas éticas en las redacciones se encienden, ¿Qué decir? ¿Qué callar? ¿Cuánta presión deben ejercer los medios para reclamar la información a los gobiernos?

En cada país el tema de la salud de los mandatarios tiene un trato especial, esto depende incluso del estilo del político. Sin embargo, no hay que olvidar que el estado de salud pertenece a la intimidad de una persona, aun cuando esta sea un personaje público.  

Ante esta coyuntura, recordamos la recomendación hecha por el periodista Javier Darío Restrepo, asesor ético de la FNPI, a raíz de una de las consultas hechas por un periodista a través de la red Ética Segura:

¿Está bien informar sobre el estado de salud y cuánto gasta un gobernante en medicamentos?

México

En los códigos de ética la intimidad de los personajes públicos se describe como limitada y, en todo caso, menor que la del ciudadano común.

Este ciudadano tiene el derecho a mantener en reserva sus enfermedades y así lo ratifica la norma médica que prescribe el sigilo o el secreto médico.

El presidente, en cambio, ve limitado ese derecho cuando su enfermedad puede afectar su desempeño en el servicio público. Debe, sin embargo, ser clara la relación entre el interés público y la enfermedad del alto funcionario. Es conocida la anécdota del presidente Johnson, quien después de una operación de apendicitis, en rueda de prensa, levantó el faldón de su camisa para mostrarles a los periodistas la cicatriz dejada por la cirugía, para dar fe al público, de la razón de su ausencia de varios días. El funcionario se convierte en un bien público que debe ser preservado y del que la ciudadanía debe tener la información necesaria.

Esto no significa que estas personas pierdan todo derecho a la intimidad. Hay una parte de ella que no tiene relación con su servicio público y esa es la que debe ser respetada por la prensa.

Documentación

Es conveniente aclarar que no se trata tanto del derecho del comunicador, o de la empresa periodística, sino del derecho de la sociedad a tomar conocimiento de determinados hechos o circunstancias. No está en juego en este conflicto la opinión del informante, sino el interés de los ciudadanos.

La actividad del periodista, en tal caso, es meramente instrumental y la resolución del conflicto ético sólo podrá abordarse desde la correcta ponderación de los intereses públicos en juego que, para el efecto, obran como causa de justificación en la eventual intromisión en la intimidad de las personas.

Está claro que el ciudadano tiene el derecho a ser informado, el derecho a saber, pero es pertinente la pregunta: ¿a saber qué? Hemos dicho que el ciudadano tiene derecho a estar informado para la construcción de una opinión pública. Esta opinión pública es necesaria en los asuntos de su propio ámbito, es decir, aquellos que tienen también una dimensión pública. Los primeros asuntos con tal alcance son los relativos a las administraciones públicas y al conjunto del Estado.

(...) Una primera aproximación en nuestro intento de acercarnos a la solución del conflicto entre los derechos planteados nos indica entonces que para ello debe considerarse en primer lugar el interés público en juego, como eventual justificación del acceso a la esfera íntima. Este interés público podría radicar en los asuntos del Estado por una parte, y de modo creciente en el mundo del trabajo y de la producción. En consecuencia sería legítimo informar todo sobre estos puntos.

Aldo Vásquez. Conflicto entre Intimidad y Libertad de Información. Universidad San Martín de Porres. Lima 1998. Pp. 103-104.

Si quiere indagar más sobre el tema, estos enlaces tienen información bastante interesante sobre el valor de la información y la ética ante la enfermedad de un gobernante:

Ética Segura: ¿cómo informar sobre los problemas de salud de un gobernante?

La Vanguardia: La salud de los gobernantes

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