Generalmente se piensa que el periodismo diverso consiste en narrar la diversidad: gays, trans, indígenas y negros. Pero se trata de eso y más, en realidad: consiste en diversificar los temas, los focos y las formas de narrar.
En torno a esta idea giró el taller virtual ‘Otros periodismos posibles desde el enfoque étnico, antirracista y diverso’, dirigido por Omar Rincón, periodista colombiano en temas de medios y entornos digitales. La actividad, que se llevó a cabo los días 3, 6, 7, 11,12 y 13 de octubre de 2022, fue convocada por la Fundación Gabo y el clúster EUNIC Colombia (European Union National Institutes for Culture), en el marco de la iniciativa EULAT 4 Culture.
Durante cuatro sesiones, el taller tuvo como invitados a cuatro periodistas especializados en cubrir historias de mujeres, feminismos, población LGBTI e indígenas, a quienes los 18 participantes pudieron “entrevistar” en una conversación horizontal.
Los periodismos diversos
El primer día de taller comenzó con la explicación por parte de Ómar Rincón de que no existe un solo periodismo; existen muchos.
La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie decía que las consecuencias de la única historia es que roba la dignidad de los pueblos, dificulta el reconocimiento y no incluye a los otros. Lo mismo ocurre con cómo se ha concebido tradicionalmente el periodismo.
“El periodismo mainstream está lleno de expertos, pero no cuenta experiencias ni historias. El periodismo diverso llegó para diversificar las historias, para que no se sigan contando las mismas y de la misma forma. Los periodismos diversos son una lucha de historias”, dijo Rincón.
Los periodismos diversos hacen alianzas con otros formatos para narrar, como el arte, la música o la performance. “Tenemos que buscar por fuera del periodismo, traer el arte, la cocina o la música al periodismo. Así como el nuevo periodismo usa los recursos de la ficción para contar la realidad, entonces usemos los recursos del arte, de la performance, de la comida… Es lo único que hará que el periodismo empate con la gente”, sostuvo el tallerista.
Pero si el periodismo busca otros formatos fuera de sí, ¿qué hace que algo sea “periodismo”?
Explicó Rincón que algo es periodismo si cumple con cinco condiciones básicas:
- Tiene reportería: fuentes, documentos, datos, territorios, sujetos.
- Tiene contexto: hechos y sentidos.
- Tiene criterio: foco para comprender y asignar sentido para que los ciudadanos piensen con su propia cabeza.
- Usa un lenguaje y una narrativa: modos de contar, estéticas, dramaturgia, formatos.
- Se pregunta por el “¿y a mí qué?” de las audiencias.
¿Cómo hacer periodismo diverso? Estas son algunas claves compartidas a lo largo del taller.
“¿Cómo te reconoces a ti mismo?”
Permitir que sea cada persona quien indique cómo quiere ser contada le da agencia sobre su historia y destierra la práctica de creer que son los periodistas quienes definen y narran a los otros. Además, porque muchas veces las definiciones que utilizan los periodistas pueden ser totalizantes, abstractas o impersonales. Durante las sesiones se dieron tres ejemplos contados por tres de las invitadas:
Daniela Rea, periodista, documentalista y escritora mexicana: “En lugar de decir víctimas o victimarios, prefiero hablar de ‘personas que han sido víctimas’ o ‘que han ejercido’ una violencia. Eso marca en un espacio concreto y no la totalidad de las historias de una persona”.
Maria Mercedes Acosta, cofundadora de Sentiido: “Al hablar de personas trans uno llega bien en la teoría de cómo denominar a una mujer trans y muchas veces ellas se denominan como ‘las maricas’. Prefieren denominarse de otra manera”.
Diana Jembuel, periodista del pueblo Misak (Cauca): “Cuando se entrevista a líderes indígenas siempre los citan bajo el título de ‘líder’ o ‘lideresa’, pero cuando retornan al territorio dicen que les habría gustado ser presentados por cómo son. Cuando un indígena tiene un cargo en su comunidad se le dice “tata”, entre los Misak, “consejeros” o “mayores”, entre los Nasa, y “taitas”, en el Putumayo. Dependiendo del pueblo al que va a ir el periodista tiene que mirar cuál es el término con el cual ellos se reconocen, con el respeto y la armonía que ellos quieren que se les reconozca”.
De modo que el gesto de preguntar “¿cómo quieres ser representado?” resulta determinante.
Entender el momento en que se nombra
“Somos con quién estamos y también el momento en que estamos y eso es determinante para nuestro trabajo”, dijo Rea. El estado de ánimo con el que nos despertamos o lo que está sucediendo en nuestra vida en el momento que estamos frente a una fuente va a determinar las cosas a las que pongamos atención, las preguntas que hagamos, nuestro estado de ánimo y lo que hagamos en ese espacio de entrevista o conversación.
De igual manera hacia la fuente: el momento en que se conversa con ella determina la forma en que se nombra en ese momento.
Identificar y reconocer el prejuicio para superarlo
Cuando los periodistas narran grupos sociales se suelen acercar desde un prejuicio. Identificarlo permite ver que existen representaciones de estos grupos que no tienen que ver con lo que imaginamos.
Por ejemplo, al contar a las trabajadoras sexuales se plantea el trabajo sexual como un problema, pero muchas veces ellas reivindican el trabajo sexual. “Y si ellas reivindican su trabajo sexual entonces es algo positivo”, dice Rea.
Mirar las otras representaciones puede ayudar a que construyamos el imaginario de que no existe una representación única de las personas. Es importante ver que cada persona tiene su propia forma de representarse y que no necesita a los periodistas para ser representada.
Comprender los límites de los entrevistados
Las personas no van a decir “el marco ético para que me entrevistes es este”, pero sí van a decir “esto no me gusta”, “esto sí me gusta”. O puede que no lo digan pero sí lo transmitan de alguna forma: con sus silencios, sus respuestas monosilábicas, su mirada inquieta o su desespero.
“Nuestro espacio ético es algo que se define de manera cotidiana en la relación con las personas con quienes trabajamos y tenemos que poner atención en esas reacciones de las personas para que podamos nosotros detectar hasta dónde sí y hasta dónde no podemos ir con una fuente”, dijo Rea.
Hay que prestar atención a todo lo que dicen las fuentes, pero también ser sensibles frente a lo que nombran y lo que no. Qué es lo que ellas consideran importante.
Cómo narrar
El foco y el formato
Dejar que las personas se narren a sí mismas o digan cómo quieren ser representadas ayuda además a encontrar el foco y el formato para contar sus historias. “Cuando no tenemos el foco no avanzamos. Nos quedamos buscándolo. Y sin foco, el formato no tiene sentido”, dijo Ómar Rincón. En todo caso, la reportería da el foco. No lo da el periodista.
Lo mismo sobre el formato. “El periodismo tradicional le impone al periodista el formato (‘tienes que hacer un reportaje’, ‘una crónica’). En el periodismo mutante es al revés, se llega al sitio o personaje para descubrir la forma en que lo vas a narrar. No le impones una forma a la realidad”, dijo Rincón.
Y dependiendo de dónde se ponga el foco en la historia, se encuentra el formato. “Si pongo el foco en el vestuario me da un formato distinto a si lo pongo en la violencia del Estado. El foco es el que me dice por dónde narrar”, dice Rincón.
Estas son algunas claves para encontrar focos y formatos diversos para narrar:
- Herramientas para narrar: El cómo una persona se nombra puede vincularla a una herramienta y, por lo tanto, a un formato. Por ejemplo, la lista como género narrativo. Quizá la mejor forma de hacerle una entrevista o de conocer qué es importante para una mujer cuidadora podría ser preguntarle si puede compartir una lista de lo que tiene que hacer en el día a día. A partir de ahí, la lista puede ser el formato para narrar la historia de esta persona.
- Contar la cotidianidad: pensar en la vida cotidiana de una persona, en todas las cosas que tiene que resolver diariamente y a partir de ahí encontrar el foco. Cómo es su vida espiritual, cómo es la convivencia en su mismo entorno. A veces nos enfocamos o tratamos de ver lo más raro, y a veces en esa misma cotidianidad hay una historia.
- Narrar desde el no encajar: “Al trabajar diversidad las personas se tienen que narrar desde un lugar en que no encajan”, dijo Ómar Rincón. ¿Cómo reivindican ese no encajar?
- Narrar la vida que tienen las personas: Al mostrar cómo vive una persona se puede encontrar un elemento más conector porque si nos contamos las vidas, al final todos nos parecemos. Nos gusta comer, nos gusta rumbear, queremos vivir bien, nos gusta el vivir sabroso.
- Narrar desde lo popular: lo popular se explica a través de historias y no de contextos (es un saber que solo se deja decir en el relato), le pone el cuerpo (no es un asunto racional), usa el humor como crítica social y no se piensa en términos individuales sino colectivos.
El tono y el lenguaje
“El lenguaje es político y uno como periodista debe saber para qué lo usa, cómo lo usa y cuándo lo usa”, dijo Ómar Rincón.
El tono
Pensar siempre el tono del relato y buscar tonos diversos. El humor, por ejemplo, no ha sido forma común de contar, pero es igualmente posible y valiosa.
Superar los adjetivos
Decir que una persona es “resiliente”, “valiente”, “empoderada”, se queda muchas veces en eso: palabras. Más que usar las palabras lo que hay que hacer es contar una historia y evidenciar por qué hay un empoderamiento, sin necesidad de decirlo.
Contar los hechos como son, con un contexto y mostrando cómo se relaciona un hecho con otro permite evidenciar si hay un empoderamiento y que el lector o espectador saque la conclusión. Que el periodista no diga que una persona es resiliente, sino que la resiliencia se haga evidente con lo que se cuenta.
El uso del lenguaje inclusivo
Reconocer la identidad de género y los pronombres de las personas sobre las que escriben los periodistas es fundamental para representarlas y narrarlas correctamente y sin discriminación. Pero entender a quién va dirigido el contenido y qué tan familiarizada está la audiencia con algunos términos es igualmente relevante para que el contenido no se pierda.
“Cuando hacemos contenidos dirigidos a padres y madres, no utilizamos el ‘todes’”, cuenta Maria Mercedes Acosta, “porque queremos llegar a esa audiencia y sabemos que puede ser un obstáculo para que ese contenido lo consuma esa audiencia particular. Usamos más palabras como ‘ciudadanía’, ‘personas’, ‘infancias’ que nos permiten englobar a todas las personas”.
El contexto
“El contexto es lo más difícil de enseñar y de hacer, porque el contexto es el sentido, en todos los temas”, dijo Ómar Rincón.
En general, es fundamental dar contexto sobre lo que se cuenta, pero dijo Maria Mercedes Acosta que lo es particularmente en temas de diversidad porque resulta clave entender que existen unas desigualdades históricas y cuál es la manera en que esas desigualdades afectan el presente.
Es importante ver esa realidad, cuestionarla y tener una mirada crítica.
Cómo contar historias de temas diversos: dos ejemplos
Mujeres y feminismos
Valeria Palumbo, periodista italiana de RCS Media Group e historiadora de las mujeres, compartió 17 acciones para incluir, representar y nombrar a las mujeres en las noticias.
- Buscar e integrar siempre expertas en los debates.
- Tener un grupo de control en los periódicos cuya labor es verificar el lenguaje, la presencia y cómo se habla de las mujeres en el periódico.
- Crear espacios en las noticias de representación e inclusión directa de las mujeres y los asuntos que atañen a sus realidades.
- Al nombrar a una mujer primero decir qué hace y luego, si es madre o esposa.
- Revertir relatos y no poner al hombre como centro.
- Controlar las descripciones que ponemos de las mujeres.
- Cambiar el tono paternalista cuando se habla de las mujeres de países en vía de desarrollo.
- Dejar de tratar con ironía o mofa a los grupos feministas.
- Evitar los estereotipos de género en las entrevistas.
- Evitar el síndrome de “la primera mujer”.
- Evitar el lenguaje bélico.
- Abrir el espectro en los deportes; incluir más que fútbol y las categorías femeninas.
- Reconocer que la violencia contra las mujeres no es un chiste.
- Darle más importancia a las ideas que a las descripciones.
- No disminuir ni subestimar a las mujeres que hacen política; tomar en serio sus ideas.
- Comprender la complejidad y reconocer que el mundo está lleno de matices.
- Salir del maniqueísmo y buscar donde la ambigüedad existe.
Pueblos indígenas
Diana Jembuel, periodista colombiana del pueblo Misak, en Silvia (Cauca), brindó 11 claves al contar historias sobre pueblos indígenas:
- El eje transversal es el territorio; hace parte de su identidad.
- Informarse muy bien desde antes sobre el lugar al que se llega para darle contexto y foco.
- No hay tiempos ni estructuras. No hay que tratar de imponer tiempos para hacer entrevistas ni límites para una publicación.
- Ganarse la confianza de las autoridades. Investigar de qué pueblo es, cuál es el término de respeto hacia las autoridades.
- Antes de prender la grabadora, caminar con la comunidad, conocer el territorio y acercarse a su cosmovisión.
- Comprender que cada territorio tiene una cosmovisión distinta. Cada uno habla desde su forma de pensar, desde su forma de interpretar y da a conocer ese pensamiento propio hacia afuera.
- Los mayores son siempre la fuente de conocimiento de esa realidad.
- Conocer la memoria histórica y el contexto.
- La interpretación y traducción son claves porque cuando hablan en español se pierden elementos de lo que dicen en el idioma propio.
- Superar los temas ambientales y de conflicto armado. Cuando se tratan temas indígenas nunca se habla de la memoria histórica, del papel de la mujer en los pueblos, del papel de la juventud y la niñez.
- No pensar el mundo desde el periodismo indígena, afro, campesino, sino en el mundo interétnico, en el mundo diverso.
Los periodismos del Siglo XXI
El taller terminó con la explicación de Ómar Rincón de lo que son los periodismos del Siglo XXI: “El futuro es que el periodismo sea un laboratorio cultural para moverse, para luchar por la enunciación. Para que se enuncien más indígenas, más gays, más campesinos. Para que enunciemos más un ‘nosotros’. Es una experiencia que tenemos que ampliar y está cada vez mejor”.
El periodismo del siglo XXI:
- Es feminista o no es.
- Es colectivo y colaborativo. Siempre se piensa en lo común.
- Cuenta experiencias (pasa del gatekeeper al taste-maker).
- Crea un periodismo de autor, singular a cada uno.
- No olvida el humor, la ficción, los memes.
- Encuentra el formato o modo de narrar.
- Contra-Mira. Si todo el mundo está mirando para la derecha, mire para la izquierda.
- El periodista se aparta para que narren los otros.
Tipos de periodismos diversos:
- Curador: pretencioso, tiene un concepto y a través de ese concepto cubre muchas fuentes y presenta un concepto sobre eso.
- Performer: investiga para hacer una presentación en público.
- Anfibio: junta a un periodista con una académico o un activista para narrar.
- Frankenstein: solo presenta pedacitos.
- Bastardo: roba de toda parte para hacer algo.
Ejemplos de periodismo diversos en las formas de narrar:
Sobre Ómar Rincón
Académico, artista, ensayista y periodista colombiano en temas de medios y entornos digitales, cultura, entretenimiento y comunicación política. Profesor titular de la Universidad de los Andes (Colombia). Crítico de tv de El Tiempo. Ensayista y consultor de la revista digital 070. Escribe de vez en vez en Anfibia. Últimamente hace proyectos de arte en estéticas narcos, está pensando las culturas bastardas y las narrativas indígenas.
Sobre el taller ‘Otros periodismos posibles desde el enfoque étnico, antirracista y diverso’
Del 3 de octubre al 13 de octubre de 2022, 18 periodistas participaron en el taller virtual ‘Otros periodismos posibles desde el enfoque étnico, antirracista y diverso’, bajo la dirección de Omar Rincón. El taller fue convocado por la Fundación Gabo y el clúster EUNIC Colombia (European Union National Institutes for Culture), en el marco de la iniciativa EULAT 4 Culture.