Compartimos algunos de los aprendizajes que van surgiendo del taller de periodismo narrativo que conduce Leila Guerriero en El Salvador. Por Élmer Menjívar, relator del taller Mirar. Quien aprende a mirar siempre está escribiendo, aunque no escriba. Quien no sabe qué mirar no va a encontrar un qué para contar. Mirar. ¿Sabemos mirar? La gran pregunta durante el primer día del taller de periodismo narrativo de Leila Guerriero en San Salvador, El Salvador. En este taller de periodismo narrativo "Reporteo, mirada y estilo", participan 12 periodistas de diez países latinoamericanos que vinieron a mirar y a volver a mirar sus textos, los textos de sus compañeros, su método, sus métodos, porque también han venido a descubrir su propio método para escribir. "Sin reporteo no hay historia. Sin mirada no hay reporteo", es el mantra del taller y estas son tres claves para practicarlo: 1) Para mirar hay que mirar todo, hasta lo que no se ve, porque eso que no se ve, dice más de lo que se ve. 2) La mirada en el reporteo es como si solo tienes cinco minutos en el mercado: agarras de más por si hace falta. 3) Mirando se empieza a escribir. Se empieza a escribir mirando. La mirada lleva a las preguntas. "Este es un taller para preguntar sobre el oficio", dice Leila Guerriero, y perfila sus intenciones: "La idea no es que sean buenos, la idea es que sean asquerosamente buenos", pero advierte que eso no se logra de un día para otro. "Es trabajo de mucha entrega y convicción. No se hace en los ratos libres. Implica renuncias de todo tipo, sobre todo de renunciar a tener tiempo libre. No se puede construir un buen texto y una buena obra si no nos entregamos de lleno a nuestra obra", dice. "No he escrito textos de largo aliento por falta de coraje. Estoy aquí por eso, porque quiero salir de este taller con soluciones para contar lo que sé", dijo uno de los talleristas. Contar lo que se sabe: publicarlo. "El círculo se cierra cuando uno publica", dice Guerriero, y sigue, "solo se crece si se crece en público, un texto se completa cuando otros lo leen". Entonces tocó hablar de la escritura del texto. "En la escritura, la forma está imbricada en el contenido. El amor al dato es lo fundamental", fue la consigna. Y aquí las primeras reflexiones sobre la escritura a partir de la lectura y comentarios de los primeros ejercicios de los talleristas: 1) Cada palabra que uno elige la debe elegir con un motivo. 2) El dominio del idioma se logra leyendo a los que escriben mejor que uno. 3) Ningún periodista aprende a escribir leyendo los periódicos, aprende leyendo literatura, poesía, música, teatro. 4) Con cuatro "frases hechas" un texto colapsa. 5) La primera versión de un texto es un mal necesario. Impublicable la mayor parte de las veces, solo sirve para explicarse a uno mismo la historia. 6) Uno tiene que saber qué palabras entran en su caja de herramientas y cuales no. 7) Cuidado con los adjetivos. No califiquen, demuestren. No califiquen de "brutal" un incendio, demuestren que fue brutal. 8) Hay que poner mucha atención para no perderse con el uso de los tiempo verbales. Los tiempos no le dan dinámica a los textos. La dinámica solo la da la dinámica. 9) Hay que ser prudente con el uso de las segundas palabras (sinónimos). 10) Un buen periodista deber ser el gran editor de sus propios textos. No hay buen periodista que siempre descanse en las espaldas de un editor. El "Taller de periodismo narrativo: reporteo, mirada y estilo", es una taller de la FNPI en alianza con El Faro, que se celebra del 19 al 23 de mayo en San Salvador, El Salvador, en el marco del Foro Centroamericano de Periodismo. El taller es posible gracias al apoyo de ICCO Cooperación.