La periodista y escritora argentina aprovechó las cuatro horas de su jornada para conversar sobre el goce desde distintos puntos de vista, que incluyeron publicidades, videos eróticos y hasta reguetón. Luego de analizarlos, cada uno de los participantes escribió unas 10 líneas de lo que para ellos fue el goce y, decididamente, Peker hizo unas recomendaciones generales que hilaron los textos, casi como un cadáver exquisito, hasta lograr un metafórico orgasmo grupal.