"La farándula ha terminado por ahogar al periodismo cultural": Jorge Volpi

"La farándula ha terminado por ahogar al periodismo cultural": Jorge Volpi

"Si me tuviera que referir al periodismo cultural por el tiempo que la televisión le dedica, entonces sería prácticamente nulo". Con esta reflexión, el novelista y ex director del Canal 22 de México,  Jorge Volpi, trazó la cuarta sesión del Seminario Nuevas Rutas del Periodismo Cultural  anotando que la televisión ha marginado a tal grado los contenidos culturales  porque se pondera más el espectáculo y la farándula. En su disertación Los dilemas del periodismo cultural por televisión, dada el jueves 22 de septiembre en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de Artes de la Ciudad de México, Volpi afirmó que son muchos los factores que se han sumado para que la cultura y su tratamiento en los medios esté pasando a ser un bien menor, entre ellos, la preponderancia de la sociedad del espectáculo y la crisis global que, sin duda, ha afectado a todos los medios de comunicación. Volpi estuvo acompañado de Luis Miguel González, director editorial de El Economista como comentarista, y de Julio Aguilar Romero, editor de la sección Cultura del Diario El Universal como moderador. González estuvo de acuerdo con el exponente y reiteró que  "la terrible crisis del periodismo cultural en los medios en general se agravó cuando éstos confundieron la farándula con la cultura". El novelista mexicano, autor de obras como La paz de los sepulcros y El Temperamento melancólico destacó, sin embargo, que se han realizado proyectos de televisión enmarcados en periodismo cultural, arriesgados y atrevidos, y que eso hace que México salga bien librado en ese aspecto. Aunque luego aceptó que han sido casos marginales y siempre en la televisión pública. Preguntó, en seguida: "¿cuántos segundos le dedican las televisoras comerciales a la cultura? Sería bueno que se hiciera una medición en ese sentido y veríamos que efectivamente se trata de segundos. Y definió que el periodismo cultural es, en todo caso, una aproximación a la realidad de las manifestaciones culturales y de la comunidad activa que se encuentra inmersa. "Es un error pensar sólo en las bellas artes cuando se habla de cultura", apuntó. Sugirió que para darle un tratamiento adecuado a la información cultural los medios deben tener un manual de estilo y un código de ética porque el periodismo que da cobertura a hechos ligados con esta temática no sólo debe ejercerse desde los medios a la audiencia, sino que debe involucrar a la comunidad cultural y al público en general. Luego preguntó: "¿Cómo hacer que aumente la audiencia en un noticiero cultural?" Para luego asegurar que aunque la respuesta no es fácil, deben buscarse. Por ejemplo, dijo, "la información debe ser muy visual, tener rapidez ciertamente pero a la vez profundidad y debe tener una narrativa propia". El también autor de En busca de Klingsor, afirmó que otro ingrediente importante es vincular la información cultural con la realidad del país y aseguró que de ese modo Canal 22 logró aumentar su audiencia, que el Estado debe seguir auspiciando los espacios culturales en la televisión pública y a su vez, la televisión privada debe darle más espacios a la información cultural. "De lo contrario -alertó- estamos frente a un perspectiva catastrófica". Dijo, no obstante, que un periodismo cultural profesional, arriesgado, plural y crítico podría solucionar la crisis de espacios; así como contenidos con variedad, interlocución y diálogo entre quienes aparecen en la pantalla y las audiencias, destacando la formación de audiencias críticas -que es uno de los papales de la televisión pública-, y la vinculación de los contenidos de la televisión con las nuevas tecnologías, las redes sociales incluidas.

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