¿Hasta qué punto está bien arriesgar la libertad y la vida por una noticia? ¿Es válido decir que un periodista que visita una zona peligrosa “está buscando” su propia desgracia? ¿Cómo informar entonces en zonas donde la presencia del Estado es escasa y dominan grupos delincuenciales?
Tras atentados en la ciudad de Bogotá, la Fiscalía General de Colombia ha puesto sobre la mesa una iniciativa para declarar ilegal que los ciudadanos entreguen grabaciones de atentados terroristas a los medios de comunicación.