De acuerdo a un estudio de la Fundación Víctor Grífols i Lucas.
La Fundació Víctor Grifols i Lucas nació en 1998 con la misión de promover la bioética mediante el diálogo entre especialistas de diferentes áreas de conocimiento. Desde 2001, viene realizando debates sobre la ética de la comunicación médica para analizar cómo se trabajaba en este campo.
En los debates se ha discutido cómo llega la información a la sociedad; cuáles son las fuentes de información, la influencia de las voces expertas y los problemas que plantea esta compleja relación entre el mundo de la medicina y de la salud con la percepción y opinión públicas.
Producto de esta reflexión fue la publicación de una monografía sobre Ética de la
comunicación médica, escrita por Vladimir de Semir, director del Observatori de Comunicació Científica de la Universitat Pompeu Fabra. Aquí, analiza la situación actual del periodismo sanitario, y varios expertos aportan también sus reflexiones sobre las transformaciones que lo afectan.
El documento analiza cómo las tecnologías de la información y de la comunicación han revolucionado el mundo del periodismo y, en general, la forma en que la ciudadanía accede a la educación y cultura médica y sanitaria.
Destacamos que el eje del cuaderno son los cuatro capítulos en los cuales se concluye que la ética tiene ahora en este campo nuevas perspectivas de análisis, y para demostrarlo se describen las cuatro crisis que han afectado al periodismo en general, y al especializado en salud particularmente, siendo ellas:
1. Crisis de los medios de comunicación
El mundo de las noticias está sometido a un fuerte terremoto. La forma habitual en que los ciudadanos y ciudadanas han accedido a la información (prensa, radio, televisión) se ve sacudida por nuevas vías y soportes (webs, blogs, podcasts, Google News, Facebook, Twitter) y por un gradual cambio de actitud del público respecto a la forma de consumir información y, en general, cultura.
La utilización del verbo consumir en este contexto es plenamente deliberada porque refleja un profundo cambio de hábitos en nuestra sociedad, en la que el tradicional periodismo de intermediación entre los que saben y los que no saben está dando paso a simples proveedores de contenidos.
2. Crisis en el periodismo analítico de calidad
Durante décadas, fue en los congresos en donde se presentaban las grandes novedades
de la ciencia, por lo que estas reuniones tuvieron un papel muy destacado como generadoras de noticias. Sin embargo, la «noticiabilidad» de los congresos fue menguando a medida que las revistas científicas ocuparon el eje central de la comunicación entre la propia comunidad científica.
En paralelo, las revistas, además, han buscado activa y gradualmente la atención de los medios y para ello han recurrido a herramientas de distinto tipo, siendo la más frecuente la elaboración semanal de comunicados de prensa o press releases. En estos comunicados el lenguaje estrictamente científico es decodificado y sustituido por un lenguaje divulgativo y lleno de recursos discursivos para hacer de la información un bocado apetecible y susceptible de ser convertido en noticia de masas.
3. Crisis en la percepción social de la información
Se ha producido una gradual deriva hacia la espectacularización y trivialización de las noticias médicas y sanitarias, con los serios peligros de desinformación que puede conllevar este fenómeno inherente al actual mundo de los medios de comunicación de masas. Por ello cada vez es más importante la existencia de una prensa especializada (escrita con mayor rigor por expertos tanto en papel como en internet) a la que tiende a acceder un público más exigente.
Otra consecuencia es que científicos, investigadores médicos y gestores sanitarios han perdido en los últimos tiempos buena parte de su autoridad social hundidos en este marasmo comunicacional indiferenciado en el que estamos sumidos todos.
4. Crisis en el acceso al conocimiento
El cambio que se está produciendo en la forma en que el público accede a la información y conocimiento es profundo e imparable y deben ser los medios de comunicación los que sepan adaptarse o morirán, como de hecho está ocurriendo. Necesitamos capacidad crítica, obviamente, en los propios medios y en el mundo de los periodistas para que no se pierdan los valores que les han sido tradicionales y los habían convertido en referencia obligada; pero también debemos luchar por una formación adecuada del público para que sea capaz de discernir en el proceloso océano de la comunicación e información, ahora sometido a nuevos vientos y mareas.
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