Introducción
Desde el 10 de febrero hasta el 24 de marzo de 2017, 20 periodistas latinoamericanos participaron en el taller Sonoridades del Programa 5 Sentidos. Allí los asistentes desarrollaron trabajos radiofónicos enfocados en la cobertura de derechos humanos, específicamente en temáticas relacionadas con género y discriminación, conflicto social y acceso a la justicia.
El Programa 5 Sentidos, que organiza la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- busca promover la cobertura de derechos humanos en América Latina. En esta, su segunda edición, fue dirigido por Cristian Alarcón, director de la revista Anfibia, y constó de tres talleres virtuales: Visualidades (Sebastián Hacher), Sonoridades (Marta del Vado) y Escritura (Cristian Alarcón).
Palabras clave: radio, derechos humanos, edición, audios.
Sobre la maestra
Ha trabajado en el equipo humanitario de Oxfam en Latinoamérica y el Caribe y ha sido corresponsal en la sede de Naciones Unidas en Ginebra. Actualmente es reportera corresponsal en Washington de la Cadena SER, la principal radio informativa de España. Ganó el Premio Nuevo Periodismo Cemex-FNPI en 2009 en la categoría Radio.
La labor previa
En su primera clase, la maestra Marta del Vado reflexionó en torno a las particularidades del periodismo narrativo que se producen desde los formatos radiofónicos y se centró en una serie de recomendaciones que deberían seguir los periodistas antes de comenzar el proceso de grabación.
La primera de ellas consistió en tener claro el tema, el propósito y el enfoque de la historia previos a la realización del radiorreportaje. Para Del Vado, los testimonios y entrevistas no deberían abordarse si antes no se conoce el tema, el cual siempre está relacionado con un drama o una problemática social. Tampoco si no se ha concretado el propósito, que alude a la intención del trabajo periodístico, algo que en el cubrimiento de violaciones a los derechos humanos suele traducirse en una denuncia social o en la visibilización de un conflicto.
El enfoque es el tercero de estos saberes previos, y se refiere a los recursos estilísticos y técnicos que harán posible la narración. El planteamiento de un buen enfoque depende del ingenio que el periodista le imprima; como ejemplo, Del Vado compartió un radiorreportaje del periodista español Severino Donate titulado La polka de los indecisos y destacó la creatividad de los primeros segundos.
La segunda recomendación de Del Vado fue utilizar auriculares para tener la certeza de que la recepción del audio es buena y se está grabando un sonido dentro de los estándares de calidad. Asimismo, es conveniente que los periodistas radiofónicos graben sus recorridos de principio a fin, lo cual supone que el periodista encienda su grabadora desde que llega al territorio en donde se desarrolla su historia hasta que se va de allí. Hacerlo, según Del Vado, facilita la captación de sonidos de ambiente como los pasos de los personajes, el ruido del tráfico o el canto de los pájaros, audios que luego podrían ser usados como soporte contextual para el radiorreportaje.
La maestra también sugirió identificar un conjunto de fuentes diversas a las cuales acudir para enriquecer la historia. Frente a este punto, aclaró que en un buen radiorreportaje el número de puntos de vista importa más que el número de personas entrevistadas: “una historia rica en matices requiere de fuentes que manejen distintas versionas de un mismo hecho y no de cien fuentes que manejen una versión oficial”, indicó.
Otra de sus recomendaciones fue mantener la mente abierta a la reconfiguración de la historia. Esto significa que, mientras graba, el periodista debe estar dispuesto a cambiar el tema, enfoque y propósito de su reportaje si en su investigación descubre aspectos más interesantes e inexplorados.
Por último, Del Vado les aconsejó a los periodistas del taller intentar no politizar el conflicto social que están cubriendo. Un drama o un conflicto social presente en una historia pueden humanizarse sin la necesidad de ensalzar consignas políticas. “Es adecuada una actitud comprensiva, interesada en el otro, pero lejos de la politización”, expresó Del Vado.
La importancia de la ética periodística
Las recomendaciones anteriores deben llevarse a cabo en medio del ejercicio de una ética periodística inflexible. La maestra enfatizó en los siguientes aspectos:
- Todos los entrevistados deben saber que están siendo grabados. Las grabaciones clandestinas rompen con la ética misma de la narración periodística y muy difícilmente tienen permitida su publicación.
- En el caso de que una fuente se niegue a suministrar una información relevante para la historia es preferible grabar el rechazo que grabarla a escondidas.
- A los entrevistados se les debe explicar detalladamente en qué consiste el propósito del radiorreportaje.
- Las recreaciones son válidas solamente cuando se cumplen dos requisitos: primero, si son fieles a los hechos ocurridos; segundo, si antes de su presentación se le advierte a la audiencia que el segmento radial que van a escuchar es de naturaleza ficticia.
Alternativas para el arranque
“Es fundamental que el arranque de un reportaje radiofónico sirva para reclamar la atención del oyente, pues es el primer punto de contacto entre el tema que desarrolla el periodista y su audiencia”. Con estas palabras, Marta Del Vado empezó su intervención sobre los modos de confeccionar la parte introductoria de un radiorreportaje.
Explicó que la esencia de un arranque exitoso radica en la puesta en escena de un “gancho” que mantenga atado al oyente hasta el final de la historia. Para ello, les ofreció a los periodistas cinco alternativas:
1. Iniciar el radiorreportaje como si fuera una noticia. Proporcionar, de entrada, un dato nuevo o un titular casi siempre es un recurso efectivo en la apertura de una narración radiofónica. Este titular debe manejar un tema que sea relevante, es decir, que apunte a una situación social dotada de actualidad.
2. Plantear el inicio con un enfoque original. Cuando un tema no constituye una primicia periodística, la originalidad se convierte en el fuerte del “arranque”. Son cientos las formas en la que un periodista puede valerse de su ingenio para experimentar con los recursos que narrarán su historia.
Como ejemplo, Del Vado compartió otro radiorreportaje publicado por la Cadena SER realizado por el periodista español Severino Donate, titulado Los silencios de Madrid, y en el cual la ausencia de las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid es representada a través de los objetos cotidianos que solían usar.
3. Comenzar con un sumario de datos. De acuerdo con Del Vado, las cifras y estadísticas también suponen un punto llamativo para el oyente, pues le permiten hacerse una imagen cuantificable y más accesible de la problemática social contada en el reportaje. Para ilustrar esta alternativa, la maestra les compartió un contenido radial publicado por la Cadena SER de la periodista María Manjavacas sobre las minas antipersonas, cuya introducción está sustentada en este tipo de datos.
4. Arrancar con un testimonio en primera persona. Este es un recurso que dota la narración de un suspenso literario, de tal manera que el oyente pueda seguir el hilo de la historia por medio de los mismos personajes. La importancia de llamarse Ernesto, publicado por Radio Ambulante, fue el reportaje que eligió Del Vado para ejemplificar este método.
5. Arrancar con ironía o haciendo una parodia. Para la maestra del taller, tanto la ironía como la parodia son formas sugestivas de acentuar una realidad, ya que incentivan la inteligencia de la audiencia sin dejar de lado su sentido del humor, provocando un efecto que engancha.
El desarrollo
Posteriormente al arranque, se encuentra el desarrollo del radiorreportaje. Marta Del Vado señaló que, durante esta fase, el principal reto de un periodista está en ordenar toda la información recopilada y transformarla en una historia atractiva para la audiencia. Manifestó que una cualidad fundamental para lograr este cometido era la locución, la cual alude a la entonación del periodista, los ritmos de su voz y la cadencia con que van profiriéndose las frases que componen la narración. Los contenidos radiales viven de los audios, por eso es necesaria una locución clara.
Igualmente, el buen manejo de las transiciones garantiza que no se entorpezca la continuidad del reportaje. Las transiciones pueden estar constituidas por:
- Sonidos
- Silencios
- Golpes de música
- Efectos de voz (puede ser una voz que se difumina o que va callándose lentamente para darle entrada a otra voz)
“El periodista debe intuir dónde realizar sus transiciones, es algo que el cuerpo le pide”, afirmó Del Vado, al tiempo que exhibió como ejemplo el radiorreportaje titulado La extinción de los sonidos de Severino Donate, en el cual la utilización de los sonidos se mantiene en constante fluidez.
En el desarrollo de un reportaje sonoro también es importante que haya un uso adecuado de los testimonios, pues estos son fundamentales para enriquecer la profundidad y la seducción de la narración. Del Vado expuso que los dramas de una historia adquieren más valor si son expresados por los mismos personajes que si los expresa la voz del narrador, en especial si se trata de un reportaje informativo.
En el uso adecuado de los testimonios prima la calidad del audio, lo cual implica que el periodista debe tratar de conseguir una grabación limpia e inteligible para la audiencia. “Generalmente los oyentes no están sentados en un sofá escuchando la radio, sino que están planchando, cocinando, conduciendo; entonces si les es difícil oír lo que suena, mucho más difícil será que se detengan en lo que están haciendo para escuchar la radio con mayor atención”, comentó Del Vado.
La muerte del Papa desde la óptica de los niños, otro reportaje de Severino Donate, fue reproducido durante la clase como una muestra de cómo los testimonios de los niños van estremeciendo con sutileza y armonía la trama de la historia sobre la muerte y figura del Papa Juan Pablo II.
El deber de respetar a las fuentes
Marta Del Vado reiteró en varios apartes del taller que, ante todo, los periodistas deben respetar a sus fuentes, lo cual significa que todo cuanto sea afirmado en un reportaje debe estar mediado por el rigor investigativo y, en lo posible, por una postura objetiva. “Como reporteros reflejamos un tema que estamos trabajando en nuestro entorno e intentamos explicarlo, pero no según nuestro parecer, sino según los protagonistas y los expertos en el tema, siempre teniendo presente que los periodistas no son jueces ni sentencian nada”, dijo Del Vado.
El arte de la entrevista
La maestra definió la entrevista como un recurso periodístico fundamental cuya función consiste en dotar de humanidad y verosimilitud al reportaje.
Del Vado afirmó que durante una entrevista los periodistas deberían evitar las expresiones que cumplan una función fática, es decir, sonidos como “sí”, “claro”, “ajá”, “este…”, “eh…” o “ujum” que son clásicas expresiones que las personas suelen usar para indicar a su interlocutor que están presentes en la conversación, pero que en un reportaje radiofónico deslucen la continuidad de los testimonio y disminuyen el encanto de la narración.
Entrevistar a una víctima
Cuando se entrevista a una víctima es trascendental que el periodista sea completamente honesto con ella. Esto implica que antes de la primera pregunta, la víctima debe saber para qué la entrevistan, cuáles son los objetivos del reportaje, cuál es la intención del periodista y de qué manera va a abordarse el drama principal de la historia que se pretender narrar.
Como profundización a este tema, Del Vado sugirió la lectura de la guía que ofrece la organización Witness titulada Nueva Guía sobre cómo entrevistar a Sobrevivientes de la Violencia basada en Género o Sexual, en la que se determinan pautas para comenzar, desarrollar y finalizar una entrevista con el debido trato humano y profesional. Aunque esta guía está limitada al ámbito de la violencia sexual y de género, sus indicaciones son homologables al amplio espectro de las víctimas de las violaciones a derechos humanos.
Entrevistar a un victimario
Una buena historia es aquella que está mediada por la complejidad, es decir, por las diversas caras de lo humano que incluyen tanto los rostros honrados, bondadosos y humildes como los rostros perversos, criminales y cínicos. Esa es la razón por la cual los victimarios constituyen una fuente reveladora. No obstante, los periodistas deben saber cómo lidiar con este tipo de entrevistas, dejando a un lado sus prejuicios y asumiendo a su entrevistado como un personaje en el que también está representada la humanidad.
Del Vado recomendó el seminario web La entrevista con el malvado que condujo el director del periódico salvadoreño El Faro, José Luis Sanz, y aborda al victimario como fuente, así como las estrategias para no caer en una apología del delito y la fascinación de la violencia.
Claves al momento de entrevistar
- Escuchar todo el testimonio del entrevistado, dejarlo hablar hasta que esté satisfecha la necesidad de contar su historia. Más tarde, durante el proceso de edición, es labor del periodista seleccionar los apartes del testimonio que mejor encajan con los propósitos de su narración. Cumplir con este punto no es un acto de censura, sino de criterio periodístico.
- Optar por los testimonios más significativos. Cuando el drama de una historia involucra una comunidad es normal que se recojan varios testimonios cuya suma exceda el tiempo estimado de un radiorreportaje. Le compete al periodista velar por la no repetición de temas y elementos entre los testimonios, escogiendo solo los que aporten nuevos giros argumentales a la narración.
La edición
La edición de audios es el proceso final y definitivo de un reportaje radiofónico. Marta del Vado le dedicó a este tema el último tramo del Taller de Sonoridades.
La maestra les aconsejó a los periodistas elegir frases completas que desarrollen a cabalidad una idea para no dejar que el corte de audio acabe en alto. Un corte acabado “en alto” implica que se ha incluido en el reportaje una frase segmentada que transmite consigo una idea inconclusa. Este error entorpece el ritmo de la narración, le quita parte de su coherencia y afea la estética del contenido periodístico.
Del mismo modo, Del Vado insistió en no repetir a través del narrador lo que van a decir los personajes con su propia voz, así se evitan las redundancias. “El tiempo en la radio es muy valioso y si hay algo que ya lo dice el protagonista de nuestra historia no tenemos por qué decirlo nosotros” sentenció Del Vado.
Sin embargo, si por alguna razón la dinámica de la narración obliga al periodista a hacer énfasis en una misma idea, es recomendable valerse de sinónimos para no caer en la repetición y la monotonía.
Del Vado sugirió que, cuando se dispongan de muchos testimonios o de un ‘tren de voces’, es mejor seleccionar para el inicio del radiorreportaje los mejores testimonios. Así, el periodista se asegura de enganchar al oyente al mismo tiempo en el que sientan las bases conceptuales en las que van a reposar los otros testimonios.
Un corte de audio ideal oscila entre los 15 y 25 segundos, siendo el de 20 segundos el más propicio. De acuerdo con Del Vado, los periodistas deberían elegir una sola idea por corte, de manera que pueda ser desarrollada por completo en este lapso de tiempo. Si se trata de radiorreportajes que cuentan una historia personal o tienden más a la dimensión literaria, es posible extenderse unos segundos más y acumular dos o tres ideas adicionales.
En un radiorreportaje es inevitable que surja uno que otro corte de audio largo, Del Vado recomendó intercalarlos junto a los cortes de menor duración, ya que así se le da ritmo a la narración y se evita que el oyente se acostumbre a un sonido monótono. Un corte de audio corto seguido por uno largo que a su vez es seguido por otro corto contribuye a preservar una atmósfera de expectativa.
Marta del Vado concluyó el taller reproduciendo el reportaje titulado La agonía del sector minero da vida a Trump en el corazón industrial de EE UU, del periodista español Rafa Panadero, en donde la transición de los cortes de audio está construida de forma muy sutil con una técnica en el que se “pisan” los testimonios originales con la locución del narrador, fundiendo los audios de manera armónica en dos minutos.