Ángela María Hurtado Grueso participante del taller de "Cómo se escribe un periódico" que dirigió Miguel Ángel Bastenier Aníbal, como se hace llamar, es un detective privado de Bello (Antioquia) que gana dinero a costillas de las parejas infieles de Cartagena.
Aníbal está seguro de que cae más rápido un mentiroso que un cojo. Es detective privado desde hace 20 años y su oficio es agarrar a los infieles, rateros o estafadores con las manos en la masa. De él se puede decir que es de Bello (Antioquia), hace 40 años llegó a Barranquilla y montó hace 10 años una empresa de agentes privados en Cartagena.
"Mi nombre comercial es Aníbal. Para contactarme preguntar por mí y yo los encuentro", explica. Sus clientes lo llaman al celular 3126909910, le escriben un correo electrónico a sipro371@hotmail.com o simplemente van a un centro comercial de Cartagena, donde los vigila antes de presentárseles.
¿Por qué Aníbal?
-"Es el nombre del líder de la serie estadounidense Los Magníficos. Siempre me gustó ese personaje y cómo se camuflaba para hablar con los clientes. Así mismo lo hago yo".
Asegura que empezó trabajando para el DAS, pero su vocación lo llamaba al trabajo independiente. Así que aprovechó un curso que se ganó para ir a la Argentina a estudiar investigación privada. Muestra su carné con orgullo. En el reverso tiene una reducción del diploma.
-"Muchos se meten a perseguir gente sin saber nada o porque tienen la chispa de la investigación. Algunos sí somos profesionales y cargamos con el certificado, pero en Colombia el oficio no está legalizado"
¿Cuál fue su primera investigación?
-"Trabajaba en una oficina de abogados. Allí investigaba fraudes de cheques chimbos (falsos), facturas y letras por las que nadie respondía. Todo eso me dio cancha para una de mis especialidades, recuperar cartera morosa".
Hallar a los deudores fugitivos lo llevó hacia la investigación que más le gusta, cazar a los infieles. A diario lo llaman mujeres y hombres que quieren saber en qué andan sus parejas. "La infidelidad se vende como arroz. Yo vivo de los cachos".
¿Lo buscan más mujeres u hombres?
"Las mujeres dudan más y gastan plata en investigar al esposo. Ellas sospechan por cualquier cambio en la rutina, cómo las tratan o se comportan en la cama. En el 80 por ciento de los casos tienen la razón. El hombre, en cambio, nace celoso, se inventa historias y se le alborota la duda con un chisme o porque a la esposa la saludó un vecino".
¿Por qué cae un infiel?
"Por confiado. Los hombres ni siquiera se toman el trabajo de ir a un lugar retirado. Algunos se van a la casa de la vecina de la esquina o en una cafetería le dan besos a la amante. Hay mujeres muy inteligentes. Una vez me tocó una que ni la Sijín pudo pillar, daba vueltas por toda la ciudad, andaba sola, pero al final cayó porque me di cuenta de la técnica que usaba para encontrarse con el noviecito. Iban en taxis por separado, pero ya en el lugar de encuentro se besaba con él".
¿Qué pruebas piden los clientes?
-"Eso depende de las tarifas que puedan pagar a la semana. 800.000 pesos con video, 600.000 fotos y 400.000 sólo por el seguimiento. Algunas mujeres sólo quieren saber la dirección de la otra para enfrentarla. Los italianos, españoles y alemanes sí quieren videos y pagan entre 2 y 3 millones de pesos por un mes".
¿Por qué los extranjeros?
-"Porque muchos tienen novia virtual aquí en Cartagena. Ellos me contactan por los anuncios que pongo en la red. Cuando chatean, les piden plata, aseguran que compraron nevera o pagaron deudas y que sólo los están esperando para casarse. Los extranjeros quieren saber con quién se casarán y las mandan seguir. En la vigilancia he encontrado que algunas de las chicas tenían hijos y toda la plata del gringo se la gastaban con el novio o el marido. Le he dañado el matrimonio a muchas cartageneras".
Cuenta que nunca toma fotos o videos en moteles, porque está prohibido. Las que entrega a sus clientes se toman en lugares públicos como cafeterías, la playa o parques. En ellas se ven caricias; a la pareja tomándose de la mano o dándose besos, pero nada más.
¿Cómo las recoge?
-"Tengo un equipo de microcámaras. Lapiceros, gafas o celulares espías comprados en Panamá o en la página de internet Mercadolibre.com. Puedo grabar un video desde la mesa de al lado, cuando hablo por teléfono o sentado en la arena como cualquier turista. Tengo cuatro colaboradores, todos ellos agentes retirados de la armada, del DAS o la Sijín".
¿Y las persecuciones?
-"Si el investigado va a pie, voy con alguien, por si toca subirse a un bus. La mayoría de las veces voy en la moto. Las fotos y videos siempre las grabó yo. Mis muchachos se hacen pasar por vendedores ambulantes, si es necesario".
¿Cómo reaccionan los clientes cuando se prueba la infidelidad?
-"Siempre hay que lidiar con la posibilidad de un asesinato o un suicidio. Por eso les aconsejo que dialoguen o busquen apoyo psicológico. A veces saco a la amante de la escena para evitar tragedias. Hace poco le dije a una señora: 'salúdelo cuando esté con la chica y dígale que en la casa hablan'. No me hizo caso, salió detrás de él en automóvil y se volcó. Menos mal resultó ilesa, pero el carro quedó inservible."
Aníbal hace memoria y cuenta que una vez fue con una clienta hasta el motel donde estaban el marido y la querida. La señora tenía un revólver en el bolso y afirmaba que estaba decidida a matarlos a ambos. Trató de controlarla, la registró y después de quitarle el revólver la mandó para la casa. Ignora qué pasó después.
"A veces las mujeres mandan a investigar, pero rezan porque no le encuentren nada a su pareja. Hay extranjeras que quieren pillar a su marido con una cartagenera a cualquier precio, porque el adulterio les da más plata en el proceso de divorcio. Cuando les digo que el tipo está limpio, me dicen: 'pues ponle una chica tú'. Trato de evitar eso".
¿Lo ha hecho?
-"Sí. Una vez una familiar de una cartagenera le dijo al novio extranjero que la muchacha caía con cualquiera que le diera plata. Puse a uno de mis agentes a enamorarla y a la semana ya la tenía en un motel".
La mayoría de los clientes de Aníbal son de clase alta que pueden costear un seguimiento de 15 días o un mes. En ocasiones trabaja para gente de estrato bajo, que quiere una investigación de dos o tres días. Son excepciones, pues exige un contrato de por lo menos una semana en el que se paga por anticipado el 50 por ciento y el resto lo abonan con los resultados del seguimiento.
¿Se ha llevado sorpresas?
-"Un señor notó que su esposa salía frecuentemente con un grupo de amigos, en los que se encontraba un tipo alto y grandote que manejaba una moto. Se moría de los celos y la mandó a investigar. Después del seguimiento descubrí que el muchacho era gay y la mujer era amante, pero de una de las chicas del grupo. Cuando le mostré las pruebas, el marido dijo que se sentía aliviado, porque los cuernos no eran con el fornido".
El detective afirma que en los casos de infidelidad nunca corre riesgos, ni necesita cargar armas. "Esto es de todos los días en Cartagena y lo hacen tan de frente, que siempre hay trabajo para mí", concluye. Ángela María Hurtado Grueso participante del taller de "Cómo se escribe un periódico" que dirigió Miguel Ángel Bastenier
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