Quienes cubren el cambio climático se enfrentan a una doble crisis. Por un lado, la crisis climática, que es la situación de urgencia ante la falta o poca acción para enfrentar el cambio climático, y por el otro, la crisis del periodismo provocada por la inmediatez y la desinformación.
En este contexto, muchos medios de comunicación que empiezan a abordar el cambio climático priorizan el tráfico de audiencias sobre la calidad de las historias. Al apostar por la “tiranía del clic” los medios corren el riesgo de perder la rigurosidad y la confianza de sus audiencias, menciona Tais Gadea Larea, periodista multimedia especializada en cambio climático.
La periodista argentina, quien publica en RedAcción y se ha enfocado en cubrir política y negociaciones climáticas, fue una de las expertas invitadas al taller virtual ‘Cobertura del cambio climático para no expertos’, que se realizó el 14, 15, 16, 23 y 24 de junio de 2022, gracias a la Fundación Gabo, en alianza con el Banco Mundial.
Tais Gadea Lara y Javier Flores, director digital de la revista National Geographic en Español y maestro del taller, compartieron con los 18 periodistas latinoamericanos asistentes, un conjunto de consejos para adaptarse a los desafíos que experimenta el periodismo climático y mejorar la comunicación de este tema a través de diversos formatos.
1. Adaptarse a los modos
El periodismo ya no puede quedarse solo en la publicación de contenidos en los formatos tradicionales, sino que debe dar el salto: podcasts, newsletter, infografías, contenido multimedia, historias de Instagram e hilos de Twitter para conectar más y mejor con las audiencias. No solo por una cuestión de entrar en tendencia, sino porque de no hacerlo se pierden la oportunidad de crear contenido más dinámico, cercano y atractivo.
Un buen referente de lo anterior es RedAcción, un medio nativo digital que surgió en 2018 y que desde entonces ha apostado fuertemente por el newsletter, que es un producto periodístico por sí mismo. Para Tais Gadea Lara, este formato permite centrarse en un tema vinculado al cambio climático y profundizar en él. De hecho se convirtió en el centro de la cobertura que hizo en las negociaciones climáticas de la COP26 en Glasgow.
“Nunca pensé que mi trabajo más desafiante sería escribir una newsletter, y hoy es uno de los trabajos que más me gusta hacer. No es RedAcción llamándole a los lectores, es Tais contándoles lo que le parece, incluso con ciertos ganchos, chistes o enojos. Se permite en la construcción objetiva de la información cierta subjetividad del autor y ahí estaba el diferencial que se buscaba con la newsletter”, menciona.
Por otro lado, RedAcción quiso llevar el contenido de la COP a través de las redes sociales que considera más funcionales para la labor informativa: Instagram, donde emplearon historias diarias para contar lo que pasaba en tiempo real con las negociaciones, y Twitter mediante hilos que llevaban a las actualizaciones del newsletter.
Otros recursos son el empleo de gráficos interactivos, infografías o audios para informar sobre el cambio climático. Por ejemplo, la NASA tiene unas gráficas visuales que pueden explicar aspectos como la evolución de la temperatura atmosférica de la Tierra. “A veces con lo que se queda el lector es con una imagen, más que con las cifras o datos. Estos recursos nos sirven para amplificar y ejemplificar la información”, de acuerdo con Javier Flores.
2. Adaptarse a las narrativas
Si los focos mediáticos están puestos en la crisis económica, la crisis política, el mundial de fútbol o la publicación en Instagram de Messi, “¿cómo hablamos del cambio climático mientras pasan todos los demás temas?”, plantea Tais Gadea Lara.
Una de las respuestas está en la narrativa. El consejo de la periodista argentina es ser estratégicos y vincular el cambio climático con los temas de actualidad que están atrapando la atención del mundo.
Por ejemplo, justo después de que se publicó el segundo reporte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) acerca de la vulnerabilidad de los países ante este fenómeno global y las medidas de adaptación para enfrentarlo, comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, por lo que los medios se volcaron hacia esa noticia. Sin embargo, Tais Gadea Lara buscó la forma de mantener el cambio climático en la agenda de su medio, así que al explorar algún vínculo entre la guerra y el reporte del IPCC, encontró que sería buena idea abordar la dependencia del sistema energético europeo a los combustibles fósiles de Rusia y halló que el reporte de cambio climático también incluía una parte sobre seguridad.
“Durante un mes hablé sobre el informe del IPCC y distintos temas que había en la actualidad, desde el “día de” hasta temas más duros como la pandemia o la guerra de Ucrania. Si no hay relación no lo voy a forzar, pero si encuentro un vínculo con la actualidad, voy a tomarlo. Me permite decir: sí, está la guerra pero también tiene que ver con el cambio climático. Esa es una estrategia en la narrativa”, aconseja Tais Gadea Lara.
Un aspecto de la narrativa que también es relevante considerar es el catastrofismo. Para evitar llenar de apocalipsis las páginas, el maestro del taller, Javier Flores, indica que la información se puede enfocar desde el punto de vista de la justicia climática, que es ver las dimensiones humanas de los problemas climáticos, por ejemplo, cómo va a afectar el acceso al agua a distintas poblaciones. “Esto nos va ayudar a tratar de enfocar la atención en la acción climática”, enfatiza.
3. Adaptarse a la marca personal
A través de las redes sociales, los medios y periodistas pueden lograr un contacto directo con las audiencias. “Hoy puedo decir: salió esta nota o este pódcast y puedo preguntarle a la gente qué les pareció, de qué quieren que hable. Soy yo, como Tais, compartiendo la newsletter en RedAcción o el reporte en el Canal de la Ciudad, pero soy yo.”, asegura Tais Gadea Lara.
Al desarrollar un estilo o una marca personal, las periodistas que se especializan en cambio climático ganan ventajas, como obtener credibilidad y fidelidad de la audiencia, la gente lee o ve los reportes y esos seguidores son potenciales suscriptores o fuentes de ingresos económicos, destaca la ponente del taller.
“A mí no me importa tener en Instagram un millón de seguidores, me importa tener gente con la que pueda interactuar y eso lleva tiempo. Es un tiempo no monetizado. Para hacer bien un hilo en Twitter o compartir mi newsletter en Instagram puedo estar 40 minutos que a mí no me están pagando, pero yo lo veo como una inversión porque eso ha hecho que me inviten a hacer nuevas coberturas o colaboraciones”, cuenta la periodista de RedAcción.
4. Adaptarse a generar comunidad
A partir de lo anterior se puede planear cómo generar una comunidad y conectar con las audiencias cuando se cubren distintos ángulos del cambio climático. No hay fórmula para saber qué temas van a enganchar al público y cuáles no, pero sí existen maneras de involucrar a la audiencia en la producción de las historias.
Tais relata que cuando hacía una nota sobre el impacto del cambio climático en la salud mental, decidió preguntar a la audiencia de RedAcción a través de Instagram si sentían tristeza o ansiedad por el cambio climático e invitó a que profundizaran mediante un mensaje. “Tuvimos varias respuestas y con mi editor decidimos integrar en la nota esas experiencias de nuestros lectores bajo el anonimato. Al final, quienes respondieron agradecieron que les hayamos considerado y brindado herramientas para enfrentar esos sentimientos. Así atraemos a la gente hacia el tema”, enfatiza.
Si se hace comunidad, se puede ver qué dudas hay sobre el tema, qué intereses tienen las personas, qué nuevas historias se pueden cubrir, y ayuda a incrementar el tráfico de audiencias, asegura Javier Flores. Finalmente, el maestro del taller concluye que lo importante es informar con rigor, ampliar el mensaje e impulsar a la acción.
Sobre el taller ‘Cobertura del cambio climático para no expertos’
Este taller convocado por la Fundación Gabo, en alianza con el Banco Mundial, se desarrolla de forma virtual los días 14, 15, 16, 22 y 23 de junio de 2022. En la actividad participan 18 periodistas provenientes de países como Colombia, Chile, Bolivia, Perú, Guatemala, Cuba y México, quienes profundizan en conceptos básicos referentes al cambio climático y reciben herramientas, lecciones y recursos para una cobertura rigurosa de este tema.