Ethan Zuckerman es el director del Centro para Medios Cívicos del MIT, una de las universidades más prestigiosas del mundo. Él y su equipo se han dedicado a crear proyectos digitales que conectan individuos y contribuyen al cambio social, y a investigar las posibilidades que internet y las plataformas virtuales ofrecen para que las personas se organicen y ejerzan su poder cívico de una manera más eficiente.
Una de sus tesis principales como periodista e investigador es que hoy los ciudadanos/as experimentan una desconfianza generalizada hacia las instituciones tradicionales, entre las que se encuentran los medios de comunicación. Eso los terminaría llevando a desentenderse de procesos cívicos importantes para una democracia saludable. Algunas manifestaciones de esa desconfianza son la abstención significativa en elecciones, la popularidad de candidatos que prometen derrumbar “el establecimiento” o, en el caso del periodismo, el rechazo visceral que muchos muestran hacia cualquier información proveniente de los medios convencionales.
Las consecuencias de la desconfianza
En una entrevista que dio a la Revista Arcadia pocos días después de que ganara el No en el plebiscito para refrendar los Acuerdos de paz de La Habana, Zuckerman resumió su postura: “[...] No fue el No el que ganó, tampoco Uribe, sino el 65% de personas que no votaron. Lo que en verdad vimos fue un voto contra las instituciones, contra los gobiernos, contra la burocracia. Fue un voto en el que la gente dijo: ‘Estas cosas no nos representan’”.
Las consecuencias de esa inconformidad son nocivas para la misma sociedad. “Las personas pueden ser muy eficaces destruyendo cosas pero no lo son a la hora de construirlas. Eso puede llevar a una situación muy oscura”, sostiene Zuckerman en la entrevista. Y continúa: “Cuando no hay confianza en las instituciones, lo primero que hace la gente es buscar información que le valide lo que siente. Internet ha hecho que sea mucho más fácil encontrar estas historias, estas narrativas de por qué no se debería confiar en el sistema”. Esas, por ejemplo, son las condiciones ideales para que una campaña con información falsa tenga éxito en engañar masivamente, o que un político sin experiencia pero con carisma resulte elegido.
El diagnóstico de Zuckerman ha sido confirmado por evidencias en diferentes acontecimientos y procesos en todo el mundo: para muchos, la información publicada por los periodistas parece tener el mismo –o menos– peso que las cadenas anónimas de Whatsapp. Eso, sumado a la crisis económica por un modelo de negocio que ha perdido vigencia, ha hecho que muchos medios cierren y dejen de cumplir la función de vigilar y hacer contrapeso al poder y de ofrecer los recursos para que los ciudadanos tomen decisiones políticas bien informados.
¿Hay esperanza?
Sí. El panorama no es del todo desolador. Según Zuckerman, hay una posible solución antes de que los medios terminen de perder su dinero y dejen de ejercer el rol fundamental que tienen en la democracia. Lo explicó bien en su discurso como invitado especial en la 41a versión del Premio de Periodismo Simón Bolívar. En resumen, el académico norteamericano sostiene que, para recuperar la confianza, los medios de comunicación deben acercarse a los ciudadanos y ser eficientes ayudándoles a entender cómo funciona la democracia, cuál es su poder dentro del sistema y de qué manera pueden ejercerlo. En pocas palabras, la solución está en que los medios se conviertan en “actores cívicos relevantes”, en que produzcan información que sea útil a nivel individual y social, información que sirva para empoderarse y actuar.
El final del discurso es contundente y ofrece luces para cualquiera que se pregunte hacia dónde debe ir el periodismo: “Con frecuencia, las personas tienen razones para desconfiar de las instituciones. Nuestro trabajo [como periodistas] es descubrir y revelar instituciones que no funcionan bien o que están corrompidas. No podemos quedarnos ahí o dejar a nuestros lectores bien informados pero desempoderados. Tenemos que ayudar a los ciudadanos –nuestros lectores– a entender cómo ellos, personalmente, pueden producir un cambio en el mundo: en las urnas de votación, como consumidores, como emprendedores, a través de redes sociales, de la tecnología. Tenemos que documentar dónde en la sociedad están las palancas del poder y ayudarle a la gente a aprender cómo moverlas. Tal vez no sea justo asignar este desafío a los medios, unas instituciones que atraviesan sus propias dificultades para ser sostenible financieramente. Pero creo que la respuesta a nuestro futuro como industria empieza asegurándonos de que somos actores cívicos relevantes”.
El optimismo de Zuckerman es inspirador. Te invitamos a escuchar el discurso completo (en inglés) en el siguiente video.
También, como extra bonus, te sugerimos leer este ensayo reciente de Zuckerman, en el que explora a fondo el problema de la desconfianza y propone ideas para un nuevo civismo en red.