Las estrategias más creativas de los medios tradicionales para adaptarse al ecosistema digital están sucediendo por fuera de sus páginas web o ediciones en papel. En Colombia, varios medios están aprovechando las plataformas de redes sociales para proponer nuevas formas de interacción con sus audiencias y aumentar la circulación de su trabajo. En ‘Convivencias en Red’ reseñamos algunas de esas estrategias que pueden servir de modelo para otros medios nacionales, regionales o locales.
Furor con Facebook Live
La W Radio hace un uso cotidiano de Facebook Live, sobre todo en el programa dirigido por Vicky Dávila. Eso amplía la narrativa, que se vuelve tanto radial como audiovisual. No hace falta sintonizar la emisora, tampoco entrar a su página web (donde hay señal de audio en vivo), sino que las audiencias digitales pueden seguir la emisión completa desde Facebook. Además, la emisora tuitea los mensajes más significativos. Es decir, lo que pasa en cabina circula por la radio en audio, por video en Facebook y está siendo narrado en texto en Twitter.
Esta forma multimodal es interesante y son los medios los que mejor pueden hacerlo. Las audiencias pueden vera los entrevistados en cabina, pueden sentirse detrás de los micrófonos y conectarse más que antes cuando a lo único que podían tener acceso era el producto final.
El 24 de noviembre, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ visitó las cabinas de Caracol Radio y las redes siguieron el paso a paso de lo que fue su llegada, su entrevistas en cabina. Fotos, videos y por supuesto el audio de sus comentarios y diálogo con los periodistas de la emisora.
Otro ejemplo es La Silla Vacía, que usa Facebook como el principal medio de difusión de La Mesa de Centro, uno de sus espacios de opinión. Es un formato estilo youtuber, a cargo de Carlos Cortés, al que las audiencias responden, no en la página web del medio, sino por Facebook o Twitter.
Los medios y Whatsapp
Casi todos los medios masivos tienen números de Whatsapp para conectarse con sus audiencias. Algunos medios tienen incluso líneas específicas para secciones o programas de radio dentro su emisora o de su programa de televisión (como sucede en redes sociales, donde cada medio tiene múltiples cuentas).
Una apuesta innovadora es ‘Wasapea’ de El Heraldo, por la forma como las audiencias envían información y noticias para que el periódico publique en su versión impresa. Se diferencia de los blog o el periodismo ciudadano como los que tienen Las2Orillas o El Tiempo porque la audiencia no escribe la historia. En el caso de ‘Wasapea’, la audiencia comparte información, datos, hechos, preguntas y es la redacción del periódico la que investiga y redacta las notas.
La otra apuesta innovadora de Whatsapp la tiene La Silla Vacía con su ‘Detector de Whatsapp’. Esta iniciativa fue lanzada en enero de 2017 para verificar cadenas relacionadas con el poder en Colombia. Según el portal su objetivo es “meternos en aquellas conversaciones de nuestros usuarios que forjan su opinión para que esté basado en hechos reales y no en falsedades”.
Medios como El Tiempo tienen 5 cuentas de Instagram, la más popular @eltiempo con con 449 mil seguidores y casi 6000 publicaciones. La usan para videos cortos e imágenes sobre las notas de diarios pero también para mostrar lo que ocurre en la redacción, invitados, etc.
El Heraldo (@elheraldoco) es el segundo periódico más popular en Instagram con 369 mil seguidores, una audiencia significativa teniendo en cuenta que es un medio con alcance regional y no nacional. Hay que resaltar también el uso de Instagram Stories donde publican las portadas del impreso y otras imágenes adaptadas al formato. Esta audiencia es superada por canales de televisión como RCN que en su cuenta tiene 649 mil seguidores y más de 7600 publicaciones.
Si bien todas estas estrategias ayudan a que los medios tengan una relación colaborativa con las audiencias, tienen un inconveniente: todas las interacciones ocurren en plataformas externas que se quedan con los datos de los usuarios. Esa dependencia de terceros para crear comunidades alrededor de la información puede ser un riesgo a largo plazo.
Por María Paula Martínez